La política nunca es agradable. No lo ha sido en el sorprendente relevo al frente del PNV. Aitor Esteban es el gran protagonista de la semana porque liderará la formación hegemónica de Euskadi tras truncar las opciones de reelección de Andoni Ortuzar mediante una suerte de rebelión que terminó con la renuncia del actual presidente.
Cuando la semana pasada Crónica Vasca adelantó que Esteban iba a dar la batalla frente a Ortuzar, su victoria parecía improbable, casi una quimera. Y en pocos días se ha llevado el gato al agua, para lo que no ha faltado un diálogo frente a frente con su antes amigo y durante unos días rival.
Esteban ha demostrado estos días la misma habilidad que como negociador y orador se ha labrado en el Congreso de los Diputados, donde todo el mundo le respeta por su buen hacer. Su llegada es un cambio de caras, que no de generación, para un PNV que necesita mejorar si quiere evitar el sorpasso de Bildu.
De momento, los abertzales quedan retratados porque frente al cambio peneuvista apuestan, como contamos este sábado y ya adelantamos tiempo atrás, Arnaldo Otegi se eterniza como su líder.