
El hasta ahora Ararteko, Manuel Lezertua, junto a la presidenta del Parlamento vasco, Bakartxo Tejeria EFE
Manuel Lezertua se despide como Ararteko después de diez años
La figura del Defensor del Pueblo Vasco es crucial para la protección de los derechos de los ciudadanos en relación con las administraciones públicas vascas
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Esta semana, Manuel Lezertua se ha despedido de su cargo como Ararteko después de diez años.
Deja atrás una larga trayectoria como responsable de la oficina del Defensor del Pueblo Vasco en la que, a lo largo de esta década, las actuaciones se ha incrementado un 66%, pasando de unas 9.000 a más de 16.000 anuales.
Su función es de vital importancia. El Ararteko es crucial para la protección de los derechos de los ciudadanos en relación con las administraciones públicas vascas porque atiende las quejas, demandas y consultas sobre actuaciones incorrectas o irregulares.
Lezertua se marcha por decisión propia. Es de valorar que él mismo haya presentado su renuncia porque considera que es necesaria una renovación y nuevos aires. "Hace falta una persona nueva, con ideas nuevas y un proyecto a más largo plazo".
Se va con los deberes hechos —su hasta ahora adjunta, Inés Ibáñez de Maeztu, ejercerá el cargo en funciones—, pero eso sí, en su despedida, insistió en la necesidad de reformar la Ley del Ararteko, que tiene 40 años, "para dotar a esta institución de nuevas garantías para su independencia de toda influencia política".