El cineasta Guillermo Arriaga cuenta la historia falsa de la medicina

Entrevistar al hombre que imaginó y escribió películas como 'Amores perros' o '21 gramos' es como adentrarse en un laberinto. No sabes por dónde puede salir él o a dónde puedes llegar tú al escuchar las respuestas de Guillermo Arriaga (Ciudad de México, 1968), un mastodonte de la escritura, sea en modo cine o en modo novela. 

Crónica Vasca charla con este autor por teléfono. Está en un aeropuerto, rumbo a cualquier parte donde le reclaman para presentar su último libro, 'Extrañas', o para hablar de cualquier cosa con esa cadencia sabia que destila. Cuando te habla no sabes distinguir la parte real de la ficción, como si la vida fuera un paseo por el realismo mágico de sus antepasados latinoamericanos. 

La conversación podría definirse como rara. Todo en este autor tiene un halo distinto, fuera de lo común, como que este libro se llame 'Extrañas' pero las criaturas que le dan nombre no aparezcan hasta la página 300. O como que esté escrito de una manera por momentos ilegible porque eludió incluir "que" o "porque".

De hecho, leer a Arriaga también es, de alguna manera, un viaje hacia lugares insospechados de la mente. Es como ver, por ejemplo, 'Los tres entierros de Melquiades Estrada', película por la que recibió el premio al mejor guion en Cannes. Es, en suma, algo difícil, fascinante y misterioso. 

¿Por qué se ha pasado a la novela histórica?

Tengo formación de historiador, estudié Maestría en historia, porque siempre me ha llamado la atención. 'Escuadrón guillotina', mi primera novela, es una novela histórica, concretamente una historia falsa de la guillotina. Y 'Extrañas' es una historia falsa de la historia de la medicina. Es una novela de imaginación fundamentada en la historia. 

¿Qué son esas extrañas de las que habla su novela?

Las extrañas son seres humanos con una configuración física absolutamente excepcional, fascinante y rara... Tan rara es que no hay registros de estas personas, salvo cada 3000 años. A quienes ven a estos seres les causan estupor. Quienes lo lean, después de leer, que lo busquen en YouTube.

¿Cómo llegó a ellas?

Me llegó la idea como un relámpago, creo que las vi en algún momento y se quedó en mi inconsciente. Y mi inconsciente me dijo 'esta es la novela y así la vas a escribir'. Al principio quería hacer una novela ambientada en varios lugares y en varias épocas, en Mongolia, Noruega, Inglaterra y México en diferentes siglos, pero luego la que permaneció fue la inglesa, que me condujo hasta aquí. 

¿Vendrán otras extrañas ubicadas en esos lugares?

Esas historias quedan en el olvido de momento.

¿Con el maltrato a las extrañas quiere denunciar el maltrato a cualquier ser que es diferente?

Yo hablo de ese maltrato, de la humillación a los que son distintos. Las personas con diferencias han sido los más relegados siempre. Y como seres humanos, podemos sentir empatía hacia ellas.  

La novela habla sobre la medicina. Usted la defiende frente a la magia y la superstición. Ahora, por las vacunas contra el covid, se pone en duda el papel de la medicina... 

Lo que pasa es que las vacunas consisten en meter a tu cuerpo una sustancia desconocida y hubo personas temerosas... Sí hubo reacciones que provocaron las vacunas, hay un porcentaje de gente que murió por la vacuna. Yo mismo sufrí secuelas serias por la vacuna. Pero creí que vacunarse era estar más protegido y proteger a los demás.

¿Qué secuela sufrió?

Una neuropatía, mi sistema inmune reacciona con gran virulencia a objetos extraños. Esos anticuerpos atacaron a mi sistema nervioso. Un amigo mío murió por miocarditis producida por la vacuna... Obviamente confío en la medicina, pero cada cuerpo reacciona de forma distinta.

Es curioso cómo la medicina de pronto da saltos gigantescos... Estamos a unos años de vencer a la mayor parte de los cánceres, los trasplantes de órganos han salvado la vida de miles de personas (tengo un amigo con dos pulmones de otros que hubiera muerto sin trasplante hace 7 años, que por cierto ha tenido covid dos veces y ahí sigue vivo). 

Yo creo en la medicina, en los médicos, en lo que no está corrompido, claro. En la novela se trata de explorar cómo la medicina se consolidó poco a poco a finales del siglo XVIII. Un siglo que me interesa porque es de aventuras, romántico. 

¿Fue una consolidación rápida o paulatina?

Fue una consolidación muy rápida. Una vez que descubrieron las vacunas se empezaron a usar para otras enfermedades. El microscopio generó un salto gigantesco para saber qué generaba las enfermedades. El manejo del acero permitió cosas como los bisturís y los escalpelos. Hicieron avanzar muy rápido la medicina... Descubrieron que lavarse las manos antes de la cirugía reducía la mortandad un 80%... Todo fue en ese momento, a finales del siglo XVIII. 

¿Por qué hay tanta violencia en sus historias? ¿Es reflejo del ser humano o tiene que ver con vivencias personales?

Yo creo que cada escritor es un cristal que refracta la luz de distinta manera. Y esa refracción viene de acuerdo a las vivencias que cada uno tiene en su vida. Sábato lo decía: las obsesiones te eligen a ti y no tú a ellas. No puedo dar una explicación racional. Experimenté mucha violencia en mi barrio, no en mi familia. 

En este libro no hay tanta fragmentación desde el punto de vista temporal ni tantas historias cruzadas...

Lo que trato de descubrir es lo que la historia pide, no lo que yo quiero. Aquí la historia no pidió historias cruzadas, en otras sí era obligado. 

¿Cuál es la diferencia de escribir para cine o para novela?

En ambos casos creo que es literatura. A quien escribe dramaturgia nunca se le discute. Me molesta la forma despectiva en que se habla del guión. 

¿Entonces encuadra el guión dentro la literatura?

En la novela, como en las películas, es el punto de vista lo más complejo de discernir: desde qué punto de vista lo voy a contar. Eso es lo que más importa y es común a ambos géneros. Siempre es lo importante porque determina lenguaje, la estructura, cómo se dialoga.