Hace falta conciliar para que los hijos puedan ejercer de buenos hijos

"Hace falta conciliar para que los hijos puedan ejercer de buenos hijos"

Cultura

Vanessa Montfort: "Hace falta conciliar para que los hijos puedan ejercer de buenos hijos"

La nueva novela de Vanessa Montfort acerca al lector una realidad poco contada antes, la de la figura de la madre como un humano con pasado, presente y futuro

19 diciembre, 2023 17:48

La presión por alcanzar las expectativas marcadas por la sociedad de ser ‘buena madre’ es, cada vez más, un tema recurrente en las reuniones entre aquellas mujeres que han decidido tener hijos. Los altibajos emocionales, la incomprensión, los estándares marcados o la compatibilidad, a veces forzada, con los retoños preocupan, según el último estudio del Club de Malasmadres, a 9 de cada diez madres españolas, que se sienten a menudo juzgadas. La cosa cambia si revertimos la situación y hablamos de la presión por ser ‘buenos hijos’, sensación que pocos hijos experimentan.

Vanessa Montfort nos acerca este escenario en su nueva novela ‘La hermandad de las malas hijas’. Su última obra, que explora los lazos entre madres e hijas a través de sus cuatro protagonistas, cuatro mujeres y un hombre, y sus respectivas madres, hará al lector cuestionarse preguntas como: ¿Qué le dirías a tu madre que no le has dicho nunca?’.

Esta nueva novela… ¿Va dirigida a las madres o a hijas?

Por el momento, está siendo bien aceptada por ambas. Vienen las dos generaciones juntas a las firmas de libros. Me ha sorprendido, porque este libro, aunque lo he escrito con amor y humor, no refleja la realidad que se muestra habitualmente en otras obras, no trata a las madres como una figura sagrada, sino como un ser humano con errores y aciertos a los que no se les puede pedir perfección. También es porque no se le puede echar la culpa de todo lo que nos pasa a los padres.

¿Cómo consigue plasmar esta realidad?

Pongo a dialogar a dos generaciones que tienen que comenzar esa conversación. Unas ya son maduras y otras envejecen, a unas les paso la revolución feminista de puntillas y no pudieron ejercer esa libertad que les habían prometido y otras la han vivido plenamente. A muchas madres les crearon unas expectativas de libertad que no se han cumplido, pero sí que las han visto reflejadas en sus hijas. 

Vanessa Montfort/Ángeles Torres

Vanessa Montfort/Ángeles Torres

En su novela repite varias veces la frase: “No todas las mujeres son madres, pero todas son hijas"...

A veces se nos olvida que todas las madres tienen un presente, un pasado y un futuro, tienen sus inquietudes actuales, van más allá de la figura material. Cuántas veces nos sentamos con nuestras madres a preguntarles: ¿Con qué sueñas, qué te preocupa, cuáles son tus inquietudes? 

¿Y por qué no lo hacemos?

Porque no hay tiempo… Vivimos apropiados por nuestras vidas. A veces no tenemos tiempo ni para nosotros mismos como para ponernos a pensar en otras personas. Y si lo tenemos, las que somos madres lo usamos para conciliar con nuestros hijos, no para ejercer de buenos hijos. Y estamos dejando atrás una población que envejece. 

Dicho todo esto… ¿Por qué surge este libro? 

Lo hace después de la pandemia porque veo que a mi alrededor y en mí misma surge la preocupación por los más mayores y por recuperar el tiempo. No se habla casi de que la sociedad concilie trabajo y familia para que los hijos puedan ejercer de buenos hijos. No se busca una solución para que la sociedad concilie de esta manera. 

¿Cree que la relación entre madre-hija ha cambiado en los últimos años?

Tengo la sensación de que la brecha generacional que existía entre nuestras madres y sus madres es menor y hay menos conflicto que entre nuestras madres y nosotras porque han pasado muchísimas cosas para la mujer. Nuestras madres ya sabían que había otro mundo para la mujer pero no lo han vivido, lo han visto reflejado en nosotros. Y este espejo es muy duro porque llegan a la vejez y dicen: ¿Qué he hecho con mi vida a parte de vivir con la familia?

Además, se habla ahora mucho de la presión de los hijos para alcanzar las expectativas marcadas por los padres pero poco de la presión de estas madres por ser “suficientes” o buenas madres para sus hijos.

Sí, y esto se puede ver reflejado en el libro, que por cierto es casi un test de autoconocimiento. Son personajes que existen en la sociedad, como la madre controladora, la sumisa, la que vive la ausencia de su hijo de forma muy profunda… La idea era que la gente se viera reflejada.