Verónica Echegui

Verónica Echegui Javier Etxezarreta EFE

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Verónica Echegui en nueve películas imprescindibles

La inesperada muerte de la actriz madrileña nos anima a bucear en su cinematografía para rescatar sus mejores trabajos, entre ellos, alguno inolvidable

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Yo soy la Juani (Bigas Luna, 2006)

La película que puso su nombre en boca de todos y por el que la actriz de 23 años fue nominada al Goya a la mejor actriz revelación. Yo soy la Juani cuenta la historia de una joven del extrarradio que sueña con ser actriz, pero que tiene un novio tóxico y celoso que le corta las alas (excelente, Dani Martín). Se trata de un drama desgarrador y atípico sobre una parte de la sociedad que no queremos ver y con el que la actriz demostró un lado salvaje y chirriante que no exploró demasiado a lo largo de su carrera, pero que aquí la hace brillar como una grandísima intérprete. 

Verónica Echegui y Dani Martín en el estreno de 'Yo soy la Juani'

Verónica Echegui y Dani Martín en el estreno de 'Yo soy la Juani' Europa Press

El patio de mi cárcel (Belén Macías, 2008)

En esta ocasión se metió en la piel de una atracadora que es incapaz de adaptarse a la vida fuera de la cárcel y de las amigas que allí tiene. Su interpretación fue desgarradora y conmovedora, con lo que demostró que lo de Yo soy la Juani no fue la suerte de una principiante. En el filme la acompañaron Candela Peña, Ana Wagner y Blanca Portillo, un reparto único en el que consiguió brillar con luz propia y que le valió su segunda nominación al Goya. Un drama carcelario diferente que no cosechó buenas críticas, pero que tiene algo especial.

Katmandú, un espejo en el cielo (Icíar Bollaín, 2011)

La tercera nominación al Goya para Verónica Echegui fue de la mano de un personaje real, una maestra catalana que, en los años 80, decidió irse a vivir a Nepal para desarrollar ambicioso proyecto educativo. Este drama íntimo sobre el camino de descubrimiento de una mujer sola le valió, además, algunas de las mejores críticas de toda su carrera, pues lleva el peso protagónico del filme con sorprendente desenvoltura. Aunque la historia es un poco previsible, ella se eleva por encima de una narración bellísima con unos paisajes que te cortan el aliento. Está, sencillamente, maravillosa.

La gran familia española (Daniel Sánchez Arévalo, 2013)

Entraba la actriz en la treintena con esta descacharrante comedia en que se mezcla el romance, el fútbol, la familia y las bodas. Junto a Quim Gutiérrez, Antonio de la Torre y Roberto Álamo, entre otros muchos buenos actores, Echegui demostró estar también divina cuando se desmelenaba y sacaba su lado más divertido. Con ella, además, Daniel Sánchez Arévalo se posicionó como uno de los grandes directores de comedia de nuestro cine en una película que, de manera inteligente, homenajea, desde el cliché y la risa, aquella final de Suráfrica que España ganó.

No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas (María Ripoll, 2016)

Pocas películas hacen una mayor declaración de intenciones con su título, que adapta la popular novela de Laura Norton. En su primera colaboración con la directora María Ripoll, Echegui interpreta a una joven que culpa al karma (o al destino o a la mala suerte) de todo lo malo que le ocurre en la vida. Aunque las críticas fueron irregulares, la actriz demostró poder dar vida con total desenvoltura a una mujer anodina y sin fuste a la que ella, sin embargo, logra dotar de un encanto y una luz especial.

La actriz Verónica Echegui en la Alfombra Roja de la XXXVI Edición de los Premios Goya

La actriz Verónica Echegui en la Alfombra Roja de la XXXVI Edición de los Premios Goya Javier Ramírez Europa Press

Me estás matando, Susana (Roberto Sneider, 2016)

El gran Alberto Luchini diría de ella: “La vis cómica de Gael García Bernal, la elegante sensualidad de Verónica Echegui (...) y una potente banda sonora son los valores añadidos de una película que dignifica un género tan de capa caída como la comedia romántica”. Poco más que añadir sobre esta divertida película en que las chispas que surgen entre el actor mejicano y la actriz española dan por resultado una frescura y espontaneidad difíciles de lograr en el género. Una pequeña joya de su filmografía.

La niebla y la doncella (Andrés Koppel, 2017)

En este aplaudido thriller en el que Echegui compartió reparto con Quim Gutiérrez y Aura Garrido, interpretan a unos guardias civiles que investigan un turbador caso en la isla de La Gomera. La trama y la narración son absolutamente redondas y no dejan un segundo libre al espectador y que está en la línea de otras películas coetáneas que funcionaron bastante bien como El guardián invisible o Contratiempo. Una película acertada en la que la actriz está poderosa.

Objetos (Jorge Dorado, 2022)

Su nueva aproximación al thriller fue junto a Álvaro Morte en esta película, en que dan vida a una policía y al responsable de una oficina de objetos perdidos, respectivamente. Juntos construyeron una historia oscura e inquietante que sabe ponerse severa en las escenas dramáticas y poderosa en las de acción. Tuvo críticas enfrentadas, sobre todo por su guion, pero el elenco actoral está espléndido y la banda sonora y el montaje se te quedan clavados para siempre.

Yo no soy esa (María Ripoll, 2024)

Su último trabajo en el cine fue de la mano de María Ripoll, de nuevo en una comedia romántica en que demuestra que su vis cómica estuvo siempre intacta. Su papel de una mujer que despierta del coma después de 20 años y se encuentra un mundo completamente diferente al que debe aprender a adaptarse es, sencillamente, encantador e inolvidable. Verónica Echegui, a sus 41 años, dejó como testamento cinematográfico una película desenfrenada y gozosa sobre la alegría infinita de vivir.

Echegui en el Festival de San Sebastián

Echegui en el Festival de San Sebastián Raúl Terrel Europa Press