Las instituciones central y vascas acuerdan el impulso definitivo a la Y vasca
Ministerio y administraciones vascas, con la ausencia de la Diputación de Bizkaia, firman un documento que recoge la encomienda de gestión a Euskadi y los planes para terminar el TAV con estaciones provisionales
9 febrero, 2022 18:51El Ministerio de Transportes ha suscrito dos protocolos con Vitoria, Bilbao y con el Gobierno vasco para sentar las bases con las que impulsar la llegada definitiva de la alta velocidad a las capitales vizcaína y alavesa. Se trata de un documento que activa la encomienda de gestión de las obras al Gobierno vasco y que abre la simultaneidad de las acciones para llegar a Bilbao a la estación provisional de Basauri, mientras se acomete el soterramiento de la terminal de Abando, y en Vitoria se permite avanzar en paralelo con los trabajos de integración urbana del ferrocarril en la estación de la calle Dato con los de la conexión en Arkaute a la red de alta velocidad.
La firma de los protocolos de la ministra de Transporte, Raquel Sánchez, con el consejero del sector del Gobierno vasco, Iñaki Arriola, y con los alcaldes de Vitoria y Bilbao, así como con el diputado general de Álava, no supone un avance de novedades, pero es un paso determinante que pone "negro sobre blanco" el compromiso de acelerar "al máximo" los trabajos para permitir que en 2o27 la Y vasca esté en funcionamiento, aunque no estén definitivamente terminadas las estaciones de Bilbao y Vitoria. Según ha explicado la ministra, "estamos más cerca y tomando la recta final para que el TAV llegue a Euskadi".
Además los protocolos recogen la encomienda de gestión para que el Gobierno vasco pueda licitar, adjudicar y ejecutar las obras que no sean de la infraestructura viaria y se establece por escrito el compromiso para que la estación de Bilbao sea soterrada definitivamente, aunque tenga que esperarse en el tiempo más allá de la puesta en marcha del TAV. Esta cuestión no es baladí, ya que su anuncio había generado una dura contestación por parte del alcalde de Bilbao, Juan María Aburto, que rechazó cualquier posibilidad de provisionalidad. Finalmente, el hecho de que se recoja por escrito que Abando será soterrada y que sus obras irá a la paralelamente ha sido motivo para el primer edil de la capital vizcaína para afirmar que "hoy Bilbao está contenta". Se pone por lo tanto final a una polémica que centró el debate de la Y vasca este pasado otoño.
Ausencia de Bizkaia
En la firma han participado los dos ayuntamientos afectados, el Gobierno vasco y el Ministerio de Transporte, lo que ha evidenciado la ausencia de la Diputación de Bizkaia. Y es que el diputado general de este territorio, Unai Rementería, todavía no ha confirmado si participará o no en la financiación de las obras. Se calcula que la llegada a los dos capitales ascenderá a unos 1.6oo millones de euros y el Gobierno de España está dispuesto a asumir el 5o% del coste de la obra civil. En Álava, Diputación y Ayuntamiento ya han llegado a un acuerdo para financiar la otra mitad a partes iguales, pero en Bizkaia, Rementería aún no ha dicho nada. A pesar de los esfuerzos del alcalde de Bilbao por explicar que "la cuestión de hoy no es la financiación", la presencia del diputado general de Álava respaldando las actuaciones en Vitoria ha hecho notar la ausencia de Rementería.
La firma de este miércoles ha sido sobre dos documentos, uno para Bilbao y otro para Vitoria, en los que se recoge formalmente la encomienda de gestión que el PNV reivindicó en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado para el Gobierno vasco y una serie de compromisos para dar los primeros pasos. En el caso de Bilbao, el objetivo es avanzar en paralelo en la construcción e integración de la llegada a la estación soterrada en Abando y la creación de un apeadero provisional en Basauri que estará operativo hasta que acaben las obras de la estación de la villa vizcaína. Desde este apeadero se establecerá una conexión de cercanías con el centro de Bilbao.
El protocolo para Bilbao recoge la creación de dos grupos de trabajo que afrontarán las dos actuaciones: la del soterramiento de la estación de Abando y la creación del apeadero provisional de Basauri. En la medida en que se vayan dilucidando los proyectos constructivos y se vea que parte de la obra afecta a la vía férrea y cuál no, se irán realizando las encomiendas de gestión. De momento, lo que ya han empezado son las licitaciones para realizar el túnel de casi 7 km que hará la llegada a Bilbao del TAV. Lo que sí ha quedado claro es que la solución urbana al soterramiento en Bilbao llegará después de 2o27, que es cuando se espera esté funcionando ya la Y vasca, pero se trata, como ha dicho la ministra Raquel Sánchez, "de que los ciudadanos no se queden sin la alta velocidad a la espera de las estaciones".
Licitación de la conexión Burgos-Vitoria
MIentras tanto, en Vitoria, avanzan los trabajos para resolver el nudo de Arkaute, que supone la conexión a la red de alta velocidad, y, por otra parte, la integración urbana de la vía y su llegada a la estación de la calle Dato. Dentro de los compromisos por parte del Ministerio se cuenta la redacción del proyecto básico para la integración del ferrocarril en la ciudad de Vitoria que contempla el tramo urbano y la conexión con Arkaute. Con ese documento se podrá realizar una primera aproximación presupuestaria, así como separar qué es actuación sobre vía, que desarrollará el Gobierno central y el resto, que será adjudicado al Gobierno vasco mediante sendas encomiendas de gestión.
Para el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, esta "es la definitiva" y ha pedido demostrar con hechos la voluntad política que ha permitido la firma de este protocolo para avanzar en la llevada de la Y vasca a Vitoria.
Una de las claves de la alta velocidad vasca es su conexión con el resto de la infraestructura viaria de Euskadi, una operación que pasa por Burgos. Sobre el trazado que une la capital castellana con Vitoria, la ministra Sánchez ha confirmado que antes de marzo se licitará la redacción del proyecto constructivo, un paso determinante para poder afrontar su construcción.