Era una revisión que se venía anunciando durante un tiempo, pero no ha dejado de generar expectación. A las puertas de un Consejo Vasco de Finanzas que pondrá en marcha toda la maquinaria presupuestaria de las Administraciones públicas, el Gobierno vasco da un primer paso revisando sus previsiones de crecimiento para este año y para 2023. En línea con todas las revisiones realizadas por otras entidades y con los propios nubarrones económicos que ya han dejado sus primeras gotas con paradas en ArcelorMittal o Nervacero, Lakua también revisa todavía más a la baja las previsiones realizadas en marzo tras el estallido de la guerra en Ucrania y augura un frenazo económico que ya está dando sus primeras señales y que dejará el crecimiento del PIB en un 4,3% en 2022 y se quedará en un 2,1% en 2023, la mitad de lo previsto en la pasada primavera.
La recuperación de los niveles económicos prepandemia se pospone así a 2024 como ya habían previsto entidades como BBVA, dejando a Euskadi como una de las pocas comunidades económicas que no se recuperará del mazazo pandémico en términos de PIB hasta pasado 2023. La previsión, clave para empezar a diseñar unos presupuestos que Azpiazu ya ha anticipado que serán más expansivos que las cuentas del año pasado, incluso mejora los datos de creación de empleo tanto para este 2022, con 26.000 puestos de trabajo más, como para un 2023 en el que se crearían 12.000 empleos y el paro cerraría, de cumplirse los augurios gubernamentales, con un 8,3%.
Lo peor para Euskadi será la parte central de 2023, con un hundimiento del sector primario que llegará hasta el -11,3% en el segundo trimestre de ese año y que se espera salvar entre la construcción y el sector servicios. La industria entrará en recesión a final de año, con un PIB industrial que será ligeramente negativo tanto en el tercer como en el cuarto trimestre del próximo año. En el tercero, de hecho, el paro crecerá un 0,3% según las previsiones del Gobierno.
Pese a que el viceconsejero de Economía, Iñaki Barredo, ha señalado a las exportaciones como uno de los grandes motores económicos y los analistas apuntan ya a una posible recesión tanto en Alemania como en Reino Unido -dos de los principales mercados de las exportaciones vascas, que han sido un "sostén" de la economía durante estos meses con datos récord- Azpiazu ha recalcado que sus augurios ya tienen en cuenta en cuenta estos dos factores. "No estamos en una nube" ha remarcado el titular de Economía y Hacienda, que ha asegurado que, por el momento, la recesión económica está descartada. En cualquier caso, las previsiones económicas siguen condicionadas a que el contexto económico, y la inflación en particular, experimenten una mejoría.
El consejero ha adelantado, además, que espera cerrar este mismo miércoles la negociación de los objetivos de déficit con el Gobierno central en la Comisión Mixta del Concierto Económico tanto para el Gobierno vasco como para las diputaciones, donde quedará todavía por concretarse también qué puede llevarse Euskadi de los impuestos que el Gobierno central busca imponer tanto a las grandes empresas energéticas y de la banca como a las grandes fortunas.
Apoyo público y hasta remanentes "para hacer frente a inversiones necesarias"
Azpiazu, que ha asegurado este miércoles que los presupuestos de 2023 serán en cualquier caso más expansivos, también ha adelantado que no habrá miedo a tirar de los remanentes del Ejecutivo autonómico si es necesario. La inversión ha sido hasta ahora uno de los motores de la economía y, aunque se cuenta con que la subida de tipos de interés impacte en el sector privado, el Gobierno vasco cuenta con poner en marcha más programas de ayuda al tiempo que se cuenta con los fondos europeos como otro de los pilares para la inversión privada.
La subida de tipos también está afectando a un erario público que está colocando deuda cada vez a un precio mayor. Azpiazu ha recordado que la emisión de bonos a diez años del Ejecutivo autonómico se hizo a un 1,8% de interés y ahora mismo el bono español se vende a un 3,46% de rendimiento.