La presión que las fundaciones bancarias de BBK, Kutxa y Vital ejercen sobre Kutxabank para obtener un reparto de dividendos es uno de los elemento que blinda al banco vasco ante futuras fusiones. Las entidades financieras están recibiendo mensajes de los reguladores, tanto del Banco Central Europeo (BCE), como del Banco de España, para que estudien aquellas operaciones de unión que les permitan ahorrar costes, mejorar la rentabilidad y proteger mejor su capital. Un proceso sobre el que el presidente Gregorio Villalabeitia ya señaló que Kutxabank "no está, en absoluto, cerrada", aunque la buena situación de solvencia del banco, entre los mejores de Europa, le permite "ser exigente" para "buscar compañero de viaje" para mantener la filosofía de control de riesgos y gobernanza, "eso no nos gustaría perder".
Y es que es precisamente esa filosofía, según han explicado dirigentes de entidades financieras españolas a 'Crónica Vasca', es la que dificulta que las diferentes 'novias' que se pueden postular para una fusión con Kutxabank vean la viabilidad de la operación. Una de las razones es que la fusión no ofrece gran rentabilidad por la exigencia que tiene el banco vasco de sus accionistas -las antiguas cajas convertidas en fundaciones bancarias-. Kutxabank se ha convertido en la entidad financiera que más dividendo ha anunciado para repartir a cargo a los resultados de este año en España. Ese compromiso sobre los beneficios que deben seguir repartiéndose para la antigua obra social ahuyenta a candidatos, que no faltan, para buscar una fusión con el banco vasco.
Las mismas fuentes destacan la calidad del patrimonio y los activos de Kutxabank pero inciden en que una fusión deben aportar rentabilidad y actualmente la entidad que surgió de la unión de las cajas vascas mantiene un elevado compromiso con sus fundaciones en el reparto de dividendos. Esta política deja muy asignado el resultado operativo y se convierte en algo que, mientras no se modifique, no facilita una hipotética fusión. Y es que para este año, el banco presidido por Villalabeitia ha elevado al histórico porcentaje del 60% de los beneficios la cantidad a repartirse entre BBK, Kutxa y Vital. Se trata del dividendo más alto del mercado financiero en España.
La vuelta a los dividendos se ha terminado de confirmar en este 2021, tras el parón obligado por el BCE para proteger los activos bancarios en plena crisis de la pandemia. Kutxabank obtuvo la calificación de los bancos pequeños y medianos más alta de Europa logrando así la luz verde para poder repartir beneficios sin las cortapisas anteriores.
El resto de entidades también aprovechan esta nueva situación para volver a la senda del pago a los accionistas. Así, el BBVA, para dar un mensaje de tranquilidad a sus accionistas tras su operación en Turquía, subió su 'pay out' al 50%, entre metálico y acciones, la cifra más alta en su trayectoria, ya que la entidad era más bien conservadora en su política de dividendos.
Bankinter también ha recuperado el pago del 50% de sus beneficios a los propietarios de títulos del banco. El Santander, ha fijado un 40%, la mitad en metálico y la mitad en especie. Y Caixabank, después de tener que reducir el pago al 30% en 2020, ha anunciado la recuperación también del 50%. Sabadell ha dejado la decisión definitiva para la reunión de su consejo de administración de diciembre, pero ha realizado ya reservas para asegurar, al menos, el pago de un 30%.
Para lograr este reparto de beneficios, Kutxabank viene desarrollando un importante esfuerzo de gestión para generar ingresos a través del ahorro de costes y el cobro de servicios bancarios. Han sido más de 100 millones los ahorrados en costes desde 2017, además de la incómoda tarea del cobro de comisiones. El cobro por servicios y seguros a los clientes se ha multiplicado por 1,5 desde 2018, 152 millones de euros más, y han supuesto más de la mitad de sus ingresos operativos en lo que llevamos de este año. Un movimiento que, junto a la apuesta por la banca online, que solo en este año ha crecido un 20% hasta el punto de que el 56% de los clientes son ya usuarios digitales, han permitido a la entidad sortear con grandes resultados toda la tormenta de la pandemia.
Los cambios en el consejo, tras la adecuación del peso de los representantes de BBK, Kutxa y Vital, que ha dejado a la alavesa con un representante menos, son otra de las claves en un hipotético escenario de fusiones. Y es que los patronatos que dirigen las fundaciones todavía tienen cierta permeabilidad política. De hecho, el patronato de Kutxa es elegido por las Juntas Generales de Gipuzkoa. De momento, en 2022 habrá que afrontar la continuidad o no del actual presidente Gregorio Villalabeitia.