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Los supermercados de Euskadi también acusan la factura de la guerra en Ucrania

Superficies como BM, Mercadona o Eroski garantizan el suministro de todo tipo de productos pese a la psicosis aunque acusan la factura energética

16 marzo, 2022 05:00

La industria, el campo, la pesca, la logística, el transporte, los consumidores... La crisis de Ucrania no deja sector sin verse afectado por las derivadas económicas de la guerra y tampoco escapan de ello los supermercados con presencia en Euskadi. A las dificultades que ya se venían arrastrando durante las últimas semanas, cadenas como BM, Mercadona o Eroski suman ahora la obsesión de parte de los consumidores por acaparar productos y la emergencia energética, de la que tampoco se escapan estas superficies.

Basta con pensar en un supermercado grande para hacerse cargo de la ingente cantidad de energía que se consume en estas superficies. Hay refrigeración en los almacenes, calefacción en los hornos que calientan las barras de pan, frío de nuevo para conservar las carnes que es todavía mayor si hablamos de congelados. A eso hay que añadir toda la iluminación, la maquinaria de limpieza, los sistemas de seguridad, las cintas de las cajas... En total, una factura que en una tienda de Eroski puede acaparar el 40% del gasto que supone una superficie para la compañía de Elorrio. La cadena vasca ha notado un incremento "notable", "importante" en su factura energética según señalan fuentes de la compañía, que señalan a este gasto como el segundo mayor, solo por detrás del personal y que es un factor "crítico".

En el caso de la cooperativa integrada en el Grupo Mondragón se está salvando relativamente bien la crisis de productos como el aceite de girasol. Eroski no está notando una afección por la huelga del transporte, pero sí que han tenido que racionar la distribución de productos como el aceite de girasol, del que los clientes pueden llevarse dos litros si están en un supermercado y cinco si hablamos de un hipermercado. Fuentes de la firma señalan que costará un tiempo encontrar otros países de los que abastecerse de aceite, ya que Ucrania y Rusia eran los principales proveedores de aceite de girasol. Pese a ello, Eroski se había aprovisionado especialmente hace unas semanas tanto en sus seis plataformas logísticas como en sus tiendas. Inicialmente ese movimiento se había hecho pensando en la próxima Semana Santa, pero también está permitiendo lidiar con la alta demanda que parece haber suscitado la invasión rusa.

BM también está detectando esas "prácticas de acopio". La compañía -cuya adquisición por parte de PAI Partners ha sido autorizada por Bruselas- entiende que el acopio durante estas dos últimas semanas tiene una relación directa con "la inquietud ante las tendencias inflacionistas de los últimos meses y el conflicto de Ucrania". En el caso de la compañía del grupo Uveco estas prácticas no se ciñen exclusivamente al aceite de girasol; también se están detectando en productos como pastas, sopas, harinas, conservas y leche en polvo. En Eroski también han notado un cierto encarecimiento en lo que se refiere a la demanda de derivados de cereales. En conversación con 'Crónica Vasca' fuentes de BM hacen un "llamamiento a la calma porque el sector tiene capacidad de adaptación para mantener el servicio y el abastecimiento adecuado". La compañía guipuzcoana sostiene que la actividad habitual en tiendas y logística se está manteniendo con normalidad.

Repercusión de costes

Mercadona tampoco ha sido ajena a esta situación. Pese a ser una cadena más joven en su llegada a Euskadi, con un centro logístico en Vitoria está consiguiendo garantizar el suministro. Eso no ha quitado para que el conjunto de la compañía haya acusado la crisis en sus beneficios, según la firma de Juan Roig, que presentaba este martes resultados, la crisis de costes le ha supuesto una pérdida del 6% de beneficios: 680 millones de euros. Afortunadamente, la compañía mantiene desde hace 15 años un contrato energético a precio fijo con una de las grandes eléctricas del país, lo que, según fuentes de la compañía, les hizo pagar por encima del precio del mercado libre en 2020 para ahorrarse dinero en 2021. En cualquier caso, el debate entre todas las compañías gira en torno al mismo asunto: la repercusión de los costes.

Se trata de un asunto delicado porque toda la cadena de valor tiene que ganar dinero. El sector primario ya se ha quejado en 'Crónica Vasca' precisamente de este asunto, pero también se ha reconocido el trabajo de empresas como BM o Eroski, que en el caso de la carne de vacuno han permitido subir en 30 céntimos el precio para otorgar a los ganaderos algo más de margen ante una crisis que ellos también están notando. En general, la política de Eroski está intentando no repercutir esos costes, pero fuentes de la compañía reconocen que hay productos "donde es imposible". Es el caso, por ejemplo, de todos los derivados de los cereales más allá del propio aceite de girasol. En cualquier caso se está peleando porque el precio sea justo. Mercadona también ha intentado seguir esta misma política y asegura haber contenido los precios más de 3,5 puntos por debajo del IPC.