La firma del convenio ha abierto un nuevo escenario en el Puerto de Bilbao. La consolidación de la paz social es un sello de garantía de cara a atraer más carga de trabajo, y la previsión es ir a más en los próximos meses y, en especial, a partir de 2023. Pero a corto plazo hay todavía piezas sin encajar en el ecosistema portuario, la más relevante la situación de cerca de un centenar de estibadores eventuales que tienen judicializada su situación laboral. A falta de quemar todas las etapas del proceso judicial el colectivo dispone ahora de unos meses con más jornadas de trabajo debido al bajón de plantilla fija por vacaciones.

Un alivio eso sí que no llega para todos. Las empresas de estiba están dejando de llamar a los eventuales que logran ganar su pleito, y ya son una decena los estibadores colocados en esta lista negra a raíz de las últimas sentencias favorables a los trabajadores de la sala 1 de lo Social de Bilbao que encabeza Marta Lucía Moratinos. La jueza se posiciona así con los colegas que consideran irregular la situación de estos estibadores, que acumulan contratos puntuales, normalmente de un día, desde hace más de 14 años, frente a la postura de las salas 10 y 6 de los juzgados bilbaínos, que dan la razón a las empresas integradas en Bilboestiba. Se espera que el Tribunal Superior de Justicia del País vasco (TSJPV), que en su único pronunciamiento ha declarado en fraude de ley estos contratos, confirme o dé marcha atrás al mismo a lo largo del mes de julio.

Contenedores en el Puerto de Bilbao. / Bilbaoport

Entonces empezará a clarificarse una base legal muy compleja precisamente por la propia regulación de la estiba y de los centros portuarios de empleo. Se espera eso sí que el asunto escale hasta el Tribunal Supremo, con lo que probablemente no será hasta entrado el año que viene cuando se resuelva el último recurso. Pero antes tienen que pasar cosas, apunta una fuente conocedora de la realidad del puerto bilbaíno, sobre todo teniendo en cuenta que se espera que el trabajo vaya a más. Ya desde el mes de junio, cuando la plantilla fija de estibadores ha empezado a coger vacaciones, se ha tenido que recurrir a los eventuales para cubrir faltas y la previsión es que seguirá siendo así hasta septiembre.

De los 80 eventuales que quedan en Santurtzi (algunos ya han buscado otras salidas laborales ante la falta de trabajo), cerca de 40 están trabajando prácticamente de continuo en labores complementarias, mientras que hay ya otra decena de trabajadores fuera de la lista tras haber ganado su demanda. Eso deja en estos momentos únicamente 30 nombres a los que recurrir en caso de no poder cubrir un barco con la plantilla fija, y en ese sentido habrá que ver si las empresas modifican su postura respecto a los juicios perdidos en caso de que la lista siga adelgazando y se encuentren con un problema real de falta de manos.

Firma del convenio de la estiba del Puerto de Bilbao en mayo / CV

Convenio y dobles turnos

Antes de recurrir a los eventuales las empresas pueden solicitar a los 300 estibadores indefinidos que doblen turno. Es un procedimiento regulado en el convenio de Bilboestiba y, de hecho, es fuente habitual de conflictos entre el colectivo fijo y el eventual. Una de las reivindicaciones del colectivo de eventuales durante la negociación era que no estaban siendo llamados a trabajar precisamente porque se estaba cubriendo el trabajo a base de turnos dobles.

El nuevo convenio, firmado tras una negociación eterna y una huelga de tres meses a finales de 2020, regula esta cuestión de forma que pasa a ser obligatoria, siempre que la empresa lo necesite, la realización de hasta 22 jornadas dobles al año, con un tope mensual y trimestral y sin rebasar las 1.826 horas anuales. Es un cambio fruto del interés de las empresas por asegurar mano de obra en picos de trabajo y que evidentemente no gusta a los eventuales, que en líneas generales se muestran muy críticos con el acuerdo al entender que el sistema de relevo para cubrir futuras jubilaciones no da garantías de que vayan a estabilizar su situación a corto plazo.

Así las cosas será la evolución del volumen de carga tras unos años muy complicados en el Puerto de Bilbao la que determine si los estibadores eventuales van encontrando continuidad. El propio presidente de la Autoridad Portuaria, Ricardo Barkala, insistía durante las negociaciones del convenio en que la prioridad era la continuidad del centro portuario de empleo para, a partir de ahí, ir encontrando salidas a los eventuales.