Las industrias gasintensivas piden activar las grandes ayudas europeas para salir adelante
Las firmas están topándose con un tope de 400.000 euros en las ayudas centrales y vascas para el sector "insuficientes" para gigantes como Sidenor, Papresa o Iberpapel
17 julio, 2022 05:00Después de quejarse por lo insuficiente de las ayudas anunciadas por el Ejecutivo central y ante unas ayudas del Gobierno vasco que han vuelto a encallar con el tope de los 400.000 euros por empresa fijados por la Comisión Europea, la industria gasintensiva está tratando de mover ficha para superar ese primer tope puesto por Bruselas para las ayudas de estado. Un marco que, efectivamente, solo permite subsidios de 400.000 euros por empresa, pero que supone una amenaza para las grandes industrias como las papeleras o las siderurgias, con empresas como Sidenor, ArcelorMittal, el Grupo Celsa, Papresa o Iberpapel lidiando con costes energéticos hasta triplicados con respecto a la situación de hace un año y hasta quintuplicados con respecto a los precios habituales de producción.
De ahí que cada vez sean más las patronales que estén buscando soluciones con el Gobierno central o sin él para hacer frente a la crisis energética. Al diálogo abierto por la Unión de Empresas Siderúrgicas (UNESID), se suma ahora la de GasIndustrial, una asociación empresarial que agrupa a empresas con altos usos de esta fuente de energía en la que se encuentran firmas vascas como Sidenor, Papelera del Oria o Iberpapel.
A su frente está Verónica Rivière, que reconoce en conversación con 'Crónica Vasca' la utilidad que han podido tener la ayuda de 400.000 euros para empresas fuera de las grandes consumidoras de gas. "Se lo agradezco al Gobierno, porque es verdad: para esas empresas pequeñas ha sido de gran ayuda". Sin embargo, es evidente que para siderurgias que están pagando facturas energéticas superiores a los 3 millones de euros mensuales por acería y que cuenta con varias plantas -como ArcelorMittal, con cinco superficies en Euskadi y otras seis por el resto de España-, 400.000 euros son absolutamente insuficientementes.
De ahí que esta asociación esté pidiendo al Ministerio de Industria "que despliegue todas las herramientas que le ha facilitado Europa". Un despliegue que, aunque más lento que las ayudas de 400.000 euros, existe entre las posibilidades habilitadas por Bruselas para hacer frente a las consecuencias de la guerra, con programas de ayudas que podrían llegar hasta los 50 millones de euros para aquellas grandes industrias que operasen a pérdidas y que perteneciesen a los sectores que Europa considera que pueden verse especialmente afectados, entre los que se encuentran la práctica totalidad de la siderurgia, el sector del vidrio -donde Euskadi cuenta con firmas como Vidrala o Vicrila- o la industria del papel precisamente.
Precios europeos, fiscalidad y tensiones geopolíticas: el peligroso cóctel para las grandes industrias
El caso es que, pese a que muchas firmas siguen operando a pesar de los precios, otras han tenido que frenar su ritmo su producción ante unos precios del gas que se definen cada día en el mercado europeo, fuera del tope al gas que tiene España con la llamada 'excepción ibérica', de modo que las grandes industrias siguen trabajando con los precios TTF, que es el índice de referencia en el continente y que es el que está detrás de la paralización de ciertas industrias metalúrgicas que están detectando en el seno de GasIndustrial.
De ahí que las ayudas no sean la única medida que ha propuesta esta asociación de empresas con presencia vasca. También se ha pedido -y conseguido- la rebaja de los peajes al gas que hace un mes aprobó la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) o la supresión de la tasa municipal del 1,5% de la facturación que perciben los ayuntamientos donde se ubican las industrias gasintensivas, algo que puede suponer "millones de euros para los grandes consumidores", subraya Rivière -que indica el caso de una papelera perteneciente a la asociación a la que esto le ha supuesto hasta cuatro millones de euros- o la creación de un estatuto gasintensivo para poder acceder a las ayudas.
En cuanto al futuro de cara a un otoño que se prevé difícil en cuanto a los precios energéticos -"tiempos difíciles" afirmaba esta semana el lehendakari Urkullu-, Rivière reconoce que será "complicado". Sin embargo, antes apunta a la reapertura del NordStream 1 -uno de los gasoductos entre Rusia y Europa que está bajo reparaciones estos días, pero sobre el que se especula la posibilidad de que Putin decida no reabrirlo o retrasar su apertura- como el próximo reto de la industria gasintensiva, que volvería a pasar, al igual que con las ayudas y con los precios, por el problema europeo.