Empresas

Los fondos extranjeros más fuertes en Euskadi se preparan para el impuesto a banca y energéticas

Norges Bank y BlackRock se preparan para un varapalo financiero que repercutirá de forma directa en su cartera inversora en Euskadi

3 agosto, 2022 05:00

Con el impuesto a banca y energéticas cocinándose en los despachos ministeriales, los fondos de inversión extranjeros se preparan para una fiscalidad más dura para unas empresas que pueden suponer varapalos prácticamente equivalentes a su propia presencia en el accionariado de las grandes firmas. La primera entidad en ponerlo sobre la mesa fue Caixabank, pero tras ella se han ido sumando entidades como BBVA, dos de los tres grandes bancos que pagarán prácticamente dos tercios del total de 1.500 millones anuales que espera obtener el Gobierno central del mundo de las finanzas.

BlackRock y Norges Bank son los gigantes de la inversión en empresas vascas: cuentan con más de 9.300 millones invertidos en Euskadi. Con un especial gusto por las cotizadas de la comunidad autónoma -habitualmente valores más seguros-, el fondo soberano noruego y el gigante de Larry Fink tendrán que lidiar con una presencia en empresas que van a comenzar a ofrecer unas rentabilidades muy inferiores a las que hasta ahora tenían proyectadas encima de la mesa. Y es que en las carteras de estas dos entidades en Euskadi figura un abanico seguro 'a priori', pero al que la guerra en Ucrania y sus derivadas, unidas a la hecatombe de Siemens Gamesa, están perdiendo atractivo.

BlackRock está presente en tres empresas vascas... y todas ellas se están viendo afectadas por una u otra coyuntura. Los de Larry Fink cuentan con un total de 5.500 millones de euros en firmas vascas, pero esas tres compañías son BBVA, Iberdrola y Siemens Gamesa: un banco, una energética y una firma hundiéndose a plomo a la espera de que llegue la OPA de Siemens Energy. De cada una de ellas recibe un 5,92%, un 5,16% y un 2,92% de sus dividendos.

En el caso de Norges Bank, la presencia está más diversificada. El fondo soberano de Noruega posee acciones en CAF, Dominion, Faes Farma, Iberpapel, BBVA e Iberdrola. De esas seis empresas, cinco se verán condicionadas o por los impuestos o por los precios de la energía: la industria papelera lleva ya meses lidiando con sobrecostes y pidiendo más ayudas para las gasintensivas, CAF se vio obligada a parar su actividad con el paro del transporte y podría verse abocada a la misma situación en otoño si la crisis energética se complica de nuevo y Dominion afronta de forma colateral una fusión entre MásMóvil y Orange que tocará su parte de Guuk con la intención francesa de absorber a MásMóvil en el futuro.

A eso hay que sumar los tarifazos que harán pasar por caja a BBVA e Iberdrola, que también repercutirá en un fondo que cuenta con más de 2.700 millones invertidos en empresas con sello vasco y en todos los casos con presencias superiores al 3% -en el caso de Iberpapel la participación noruega llega hasta más del 6%.

El CEO de BlackRock, Larry Fink / BlackRock

El CEO de BlackRock, Larry Fink / BlackRock

Otra más en la frente de Larry Fink

Por si no fuese suficiente, hay que sumar la presencia de estos fondos en otras firmas españolas que también pasarán por caja como son el Banco Santander, Repsol o Enagás en el caso de BlackRock. Y todo esto sin dejarse en el tintero los programas de recompra de acciones que están ejercitando las empresas con el objetivo de ofrecer mayores rentabilidades a inversores como los fondos, que ya llegan a las empresas con unos objetivos de beneficios para poder devolver el dinero a quienes decidieron meter sus capital en estos vehículos inversores, que ya han ido pagando la coyuntura económica en los últimos meses.

En el caso de BlackRock, este no es, ni de lejos, el primer varapalo que ha sacudido el 2022 a los de Larry Fink. El fondo estadounidense se dejó en el estallido de la guerra en Ucrania 17.000 millones de dólares -2.500 millones de euros en el caso de Norges Bank- por el bloqueo de las transacciones y el ahogo económico de Europa a la república de Putin. No satisfecha con eso, un estudio cifró esta primavera en 27.000 millones las pérdidas que el cambio climático va a suponer para el fondo estadounidense.