Crusoe Treasure amplía su bodega submarina con una segunda instalación en Punta Galea
La empresa vizcaína tiene ya los permisos para colocar una bodega-arrecife de 175 metros cuadrados entre Getxo y Sopelana
18 agosto, 2022 05:00Superada la crisis del covid, la empresa que gestiona la bodega submarina en la bahía de Plentzia Crusoe Treasure ha logrado los permisos para ubicar una segunda instalación de 175 metros cuadrados de superficie en aguas de la zona de Punta Galea, entre Getxo y Sopelana. El pionero proyecto que germinó hace una década y revolucionó el mercado del vino dará un salto adelante con esta segunda ubicación que dará forma a los planes de expansión de la compañía.
Como adelantó 'Crónica Vasca', la empresa que dirige Borja Saracho lleva tiempo planeando una ampliación del proyecto dando entrada a nuevos socios que permita alcanzar la meta de 5 millones de euros de facturación en un horizonte de cinco años. Los últimos años han sido difíciles a nivel de demanda, pero el negocio está ya en plena remontada una vez superados los obstáculos provocados por la pandemia, en especial el cierre del mercado chino.
Como alternativas, Crusoe Treasure ha tenido que abrir nuevas puertas en países como Japón o Singapur, en el caso de Asia, donde el vino que madura en el mar ha tenido gran éxito, mientras que en Europa se han dado nuevos pasos adelante en Francia, Inglaterra, Bélgica o Alemania. Además, para superar los peores momentos de parón económico durante el covid la firma vizcaína se volcó en organizar catas virtuales de vino.
Más allá del factor exótico que rodea al vino que produce Crusoe Treasure, el equipo de Saracho busca vender un buen producto, y así lo demandan los restaurantes que optan por ofrecer estos caldos. En estos momentos en la instalación de Plentzia, ubicada a unos 20 metros de profundidad, se produce un abanico de una decena de vinos, blancos y tintos principalmente, que nacen ya diseñados para estar bajo el mar.
Acelerón de la producción
La producción actual es de unas 25.000 botellas cada dos años (el tiempo de maduración varía mucho según el tipo de vino), aunque la idea es que la nueva ubicación de Punta Galea permita acelerar este ritmo para lograr que ese nivel de 25.000 botellas se pueda alcanzar cada año.
Se trata de volúmenes lógicamente reducidos en comparación con una bodega convencional, si bien la ampliación permitirá dar un paso adelante para cubrir el tirón de la demanda. Y es que el éxito que ha tenido el vino submarino ha sorprendido a los propios impulsores del proyecto, que nació como un sencillo laboratorio y por tanto sin objetivos comerciales. La única ambición inicial era hacer un estudio que pusiera negro sobre blanco cómo afectaba al vino estar sumergido en agua marina, pero las buenas sensaciones transmitidas por los expertos llevaron a Saracho a comercializarlo y, finalmente, a poner en marcha todo el ciclo de producción incluyendo el cultivo de uva propia enfocada a pasar meses bajo el mar.
La elección de la ubicación de las estructuras que sujetan las botellas requiere también un amplio estudio, principalmente para asegurar que no se rompen las botellas. Finalmente para la nueva ampliación se ha elegido la costa de la zona de los acantilados de Punta Galea, un segundo proyecto para el que la Autoridad Portuaria ya ha dado autorización. En concreto, se concede la ocupación de una superficie de lámina de agua de unos 175 metros cuadrados, con destino a la ubicación de un arrecife artificial-bodega submarina, tal y como se ha publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Con la obtención de los permisos se da el pistoletazo de salida a este segundo capítulo de la historia de Crusoe Treasure, que prepara con mimo el arranque de las operaciones en la zona de Punta Galea, que aun se demorará varios meses.