Soplan vientos de descarbonización en Europa y la eólica llama a la puerta. A todo negocio asociado a un aerogenerador se le auguran grandes éxitos y, sin embargo, también hay grandes firmas interesadas, por diversos motivos, en tomar distancia con los molinos gigantes. El fiasco de Gamesa de la mano de la multinacional Siemens es el capítulo más oscuro en un sector del que también quiere salir la compañía de origen vasco Elecnor. Incluso Ingeteam, en plena expansión, ha optado por deshacerse de la filial dedicada al mantenimiento de parques eólicos y otras infraestructuras renovables.
La ingeniería de Zamudio explicaba este último movimiento, que supone la salida de Ingeteam de un negocio que emplea a 1.600 trabajadores, en la estrategia de concentración de esfuerzos en el ámbito de los sistemas de conversión de energía y la electrificación. Precisamente la planta de Ortuella, heredera de General Eléctrica, prevé un fuerte incremento de la producción de convertidores de potencia, hasta 700 anuales, lo que conllevará una ampliación de instalaciones y un importante aumento de plantilla, según el periódico Deia.
La compañía que encabeza Adolfo Rebollo remarca en todo caso que salir de esta filial de mantenimiento no significa abandonar el negocio eólico, por el que van a continuar apostando en línea con la estrategia orientada a las renovables. La participada por Kutxabank encuentra comprador para esta división de servicios en la británica RES, que sigue por su parte ganando posiciones en el negocio renovable en Europa. "Estamos en un momento crítico para la transición energética", indicaban desde la compañía con sede al sur de Inglaterra.
Precisamente desde las islas británicas llegaba músculo económico para una de las últimas podas de la antigua Gamesa. La compañía ahora en manos de Siemens Energy vendía el año pasado a SSE Renewables una cartera de más de 600 millones de euros en proyectos terrestres en desarrollo en el sur de Europa (España, Portugal, Italia y Grecia) dentro de ese intento ya casi desesperado por salvar un negocio que sigue arrojando números muy preocupantes y arrastrando a la propia matriz alemana.
Fábricas a la venta
El declive de Siemens Gamesa, que se agrava con cada nuevo anuncio sobre la evolución del negocio, es seguramente la muestra de que no todo vale en el sector de la generación eólica. Dando por hecho que la demanda no puede ser el problema ante el apetito de los inversores por instalar aerogeneradores, la compañía germano-vasca se enfrenta ahora a una grave crisis reputacional. Y es que a los malos resultados corporativos se unen los fallos técnicos de sus turbinas que, a su vez, disparan las pérdidas y ponen a la cola a los clientes en busca de una compensación.
El hecho es que la multinacional alemana no ha logrado aun colocar las ocho plantas productivas de la antigua Gamesa que tiene en venta, lo que refrenda la poca confianza del mercado en el futuro del negocio. Diversos medios han avanzado que tres de ellas podrían estar muy cerca de pasar a manos de la suiza ABB, si bien no estarían entre ellas las dos vascas (Asteasu y Mungia). En todo caso la operación no debería demorarse más allá del 30 de septiembre, cuando concluye el ejercicio fiscal de la compañía. Recientemente Siemens Gamesa ha vendido también la parte que le quedaba de la asturiana Windar, especializada en la fabricación de torres y soportes para los molinos.
Enerfín busca comprador
Quizá de todos estos movimientos el más llamativo, casi sorprendente, sea el de Elecnor. La compañía de origen vasco (fundada en Bilbao actualmente tiene la sede oficial en Madrid) es una cotizada de gran tamaño, ronda los 20.000 trabajadores en todo el mundo, aunque con una exposición mediática reducida. Una de sus últimas apariciones públicas se producía para confirmar que está dispuesta a vender la parte mayoritaria de su filial de energía Enerfín, con múltiples proyectos en marcha tanto en España como Canadá y Latinoamérica.
La ingeniería con raíces vasco-andaluzas confirmaba a la CNMV en junio que, tras intentar dar con un socio minoritario para Enerfín, va a proceder a traspasar la mayoría de su filial a un nuevo propietario, para lo que ya habría varios candidatos, según medios especializados. Pese a su tamaño y su perfil internacional el peso de esta filial en la actividad y la plantilla en Euskadi es muy limitado, según fuentes sindicales.