Se cumple un año de la ruptura entre el Grupo Mondragón y dos de sus ‘grandes retoños’, Orona y Ulma. Una división que llegaba después de seis meses con ambas compañías y la dirección del grupo, presidido por Iñigo Ucín, sumidas en una guerra abierta y que ha materializado el peso que estas tenían dentro de una cooperativa que se ha visto resentida tras su salida.
Fue el pasado 16 de diciembre de 2022, cuando el 80% de los 2.789 socios cooperativistas de Ulma y el 72% de los 1.661 socios de Orona que tenían derecho a votar decidían tomar un camino al margen del gigante de Arrasate, uno de los máximos representantes del modelo de cooperativismo vasco. La decisión supuso un ‘varapalo’ para este, ya que, con 11.000 trabajadores y una facturación anual de más de 1.700 millones de euros entre ambas, se podía augurar el agujero que esta salida iba a dejar en el grupo.
La historia se repetía una vez más, haciendo recordar a lo ya ocurrido cuando el grupo de autobuses Irizar y el fabricante de válvulas Ampo abandonaban catorce años atrás Mondragón para disgusto de muchos de los cooperativistas guipuzcoanos. Y así, mientras desde el Grupo apostaban por escribir una nueva etapa reivindicando “el modelo cooperativo para enfrentar los desafíos de los mercados”, y las compañías salientes aseguraban que esta ruptura la única consecuencia económica que tendría sería el cambio en la gestión de los fondos que aportaban al grupo... Lo cierto es que se abría una nueva etapa de incertidumbre en la que el Grupo perdía dos de sus grandes eslavones y estos perdían el respaldo de un gigante que incluye firmas como Eroski, Laboral Kutxa, Fagor o la Universidad de Mondragón.
Beneficios récord
Orona -contracción de ‘Ororena’ en euskera, término que significa "de todos"- fue fundada en 1964 por la fusión de dos pequeñas cooperativas: Orona y Mastra. Solo dos años después, en 1954, esta decidió asociarse al Grupo Mondragón, y en 1970, los dos centros productivos ubicados en Lasarte y Ergobia se unificaron en la nueva planta de Hernani, donde sigue actualmente y en la que cuenta con una superficie de 70.000 m2. Unos años después, en 1985, Orona ya se había convertido en la mayor empresa de ascensores en toda España, llegando a fabricar 13.000 ascensores al año. Además, en 1989, la empresa comenzó a fabricar también escaleras mecánicas. En la actualidad, cuenta con más de 5.600 trabajadores.
La historia de Ulma también arranca en los años 50, concretamente en 1957 creada por seis jóvenes mecánicos que montaron un taller para ofrecer servicios auxiliares a la industria chocolatera de la comarca. Solo cuatro años después constituyeron su primera cooperativa: Cooperativa Industrial Talleres ULMA S.C.I. Este grupo empresarial, con sede en Oñati, es actualmente un conglomerado de más de media docena de empresas independientes, que cuenta con 5.600 trabajadores en plantilla y 81 países a los que da servicio desde que comenzó a internacionalizarse en la década de los 90.
En definitiva, dos fuertes compañías que además cerraron con cifras de récord el mismo año que se ‘divorciaban’ del Grupo Mondragón, ya que ambas cooperativas rompían el techo a nivel de volumen de negocio con unos ingresos que rondaban los 1.000 millones de euros cada una. Por un lado, Orona cerró 2022 con unas ventas consolidadas de 896 millones de euros, un 7,7% más que en 2021. La cifra más alta de su historia y que, además, permitía despuntar tras unos ejercicios de estancamiento en la barrera de los 800 millones de euros. Por otro, en cuanto a Ulma, tras cerrar 2021 en 911 millones de euros rebasaba a finales de 2022 la barrera de los mil millones en ventas, en concreto 1.050, cifra que bebía de la aportación de nueve sociedades que operan en distintos sectores como agrícola, construcción o packaging.
Camino en solitario
Estos resultados dejaban prever que, si bien su salida del grupo iba a suponer una pérdida de apoyo, ambas empresas iban a poder encarar este cambio de ciclo con buenas perspectivas. Previsión que, finalmente, así ha sido. Orona en los primeros meses de 2023 facturó un 15% más de lo que facturó en el primer semestre del año anterior, registrando con esos 620 millones de euros, su mejor cifra. La actividad de Ulma también ha ido in crescendo, ya que aunque no ha facilitado las cifras de sus primeros seis meses del año en solitario, la creación de Ulma Medical Technologies, que integra inteligencia artificial en el sector de la salud, ha supuesto un modo de expansión para el mercado de la compañía.
A falta de conocer los datos de los últimos seis meses de 2023, por parte de Orona, y los anuales, por parte de Ulma y del propio Grupo Mondragón -que perimitarán dar una visión más global y detallada de las consecuencias, en caso de que las haya, de esta ruptura-, todo parece indicar que el primer año de estas cooperativas por separado ha ido mejor de lo esperado.