Ikerlan celebra su quincuagésimo aniversario y lo hace por todo lo alto, ya que ha organizado diversas actividades en las que invitan a diversos colectivos y a parte de la sociedad a disfrutar de esta efeméride. Y es que el centro tecnológico vasco, especializado en tecnologías digitales e inteligencia artificial, sistemas electrónicos embebidos y ciberseguridad, energía y mecatrónica, abrió sus puertas en 1974 de la mano de diversas cooperativas y la Universidad de Mondragon. Sus soluciones tecnológicas contribuyen a avanzar en áreas como la industria, la movilidad o la energía, en empresas del entorno, como Orona, CAF, Ingeteam o Fagor, pero también a multinacionales como Telefónica o General Electric.
Ikerlan pertenece al tejido cooperativo y es el principal centro tecnológico de Grupo Mondragon. Desde el año 1982 colabora con empresas de todo tipo, cooperativas y no cooperativas. "El 55% de nuestros ingresos proceden de proyectos privados con diversas empresas y el 45% restante de programas públicos impulsados por instituciones vascas y europeas", tal y como señala Ion Etxeberria, director general de Ikerlan, que en 2023 facturó en torno a 30 millones de euros. "Estamos creciendo estos últimos años a un ritmo de entre el 10 y el 15% y para este año la previsión también es de doble dígito", vaticina.
Además, el grupo de origen gipuzkoano prepara su asentamiento en Bizkaia, ya que a sus sedes de Hernani y Arrasate se sumará próximamente una tercera sede, que se ubicará en Bilbao, en el Parque Tecnológico de Zorrotzaurre, aunque de momento, cuentan con unas oficinas en el Auzo Factory del barrio de Matiko, un centro de operaciones con vocación temporal.
-Este año celebran su 50 aniversario, ¿cómo fueron sus inicios?
-Así es. Sorprendentemente, en los años 70, en Mondragón, muchas de las tecnologías en las que estamos trabajando ahora, como la inteligencia artificial de la que tanto hablamos hoy, ya estaban en plena ebullición. La base de algoritmia se desarrolló entre los 60 y los 80, lo que pasa que no había capacidad de cómputo, es decir, no había ordenadores suficientemente potentes ni datos recogidos para poder hacer ese trabajo. Y en los 80, en Ikerlan, ya hacíamos robots incluso. La tecnología robótica ya estaba lista para implementarla, pero no era rentables para las empresas, así que no fructificó.
-¿En qué objetivos centran su actividad principal actualmente?
-Aproximadamente, algo más de la mitad de nuestra actividad es transferir nuestra tecnología a las empresas y el resto es hacer proyectos de investigación que nos permitan captar esa tecnología para luego transferirla a las empresas. Y además, tenemos claro que queremos transferir nuestro conocimiento a las empresas de nuestro entorno. En ese sentido, desarrollamos el 80% de nuestra actividad con empresas vascas. Y el 20% restante con multinacionales como Telefónica, General Electric, Nestlé, Airbus… Empresas potentes, que nos permiten acceder a proyectos interesantes y nos mantienen en forma tecnológicamente, ya que con ellas podemos aplicar tecnologías que las empresas de aquí todavía no están demandando.
-Cuentan con una plantilla de profesionales formada por 420 personas y prevén incorporar a un centenar más en su nueva sede de Zorrotzaurre. ¿Es difícil encontrar talento?
-Sí. Nuestro objetivo es incrementar nuestro equipo de forma importante en los próximos años. Entonces, otro de nuestros vectores, además del de transferir tecnología, es formar a personas, especializarlas en ámbitos como la ciberseguridad, por ejemplo, porque para ser un experto te hace falta un recorrido. Nosotros empezamos a tener ya el reto del talento en primera persona desde hace 10 ó 15 años, cuando aún no se había diagnosticado en el resto de sectores, pero ahora las instituciones ya lo han asimilado y hay diversos programas para atraer talento, porque no podemos conseguir responder a este reto solos, sino que debe ser a través de la colaboración público-privada.
Cada año se forman con nosotros en torno a 100 personas que vienen de 12 universidades distintas, la mayoría de Euskadi, pero el 35% vienen de fuera, de Cantabria, Asturias o de Galicia, y entre 40 o 50 se quedan con nosotros. Entonces, uno de los retos es ser atractivos como país para atraer talento de fuera de Euskadi porque la demografía no nos ayuda. Yo nací en el 75, un año en el que en Euskadi nacimos 40.000 personas, mientras que el año pasado sólo 13.000.
No tenemos personas suficientes para reemplazar a quienes vayamos saliendo del mercado. En Ikerlan estamos poniendo en marcha un proyecto en Latinoamérica para intentar que sea nuestra cantera futura, porque creo que es la gran oportunidad que tenemos las empresas vascas, también las españolas. Por afinidad cultural, el idioma, sus universidades… y para ellos aterrizar en Euskadi o en España puede ser mucho más natural que aterrizar en Noruega o en Alemania.
-Una de sus áreas más punteras es la Inteligencia Artificial, algo en lo que llevan trabajando hace años, ya que en 1995, ya participaron en el desarrollo de la IA requerida por Metro Bilbao. ¿Cuáles son sus proyectos más ambiciosos en estos momentos en torno a esta área?
-Sí. Ahora mismo tenemos una decena de empresas, desde pymes hasta grandes multinacionales, con las que estamos trabajando ya en aplicaciones industriales de inteligencia artificial. Les damos conectividad para obtener datos y explotarlos a través de una plataforma digital. En lo que estamos trabajando es en que a través de la inteligencia artificial las máquinas se autodiagnostiquen y sean capaces de avisarnos de los fallos que van a tener. De este modo nos ahorramos paradas, tiempos de repuestos, etc.
Pero no sólo eso, también estamos avanzando en que nuestra interacción con estas máquinas sea a través de un lenguaje natural, de manera que para los profesionales sea mucho más fácil realizar su trabajo. En cuanto a IA de tratamiento de imagen, estamos trabajando para que sea capaz de identificar, a través de imágenes, posibles fallos en esas máquinas.
-¿Y en materia de electrónica digital, qué avances han desarrollado?
-Ya en los años 80 hicimos una apuesta por la electrónica digital, que es la base de toda la digitalización. Y estamos muy enfocados en electrónica embebida, que es el sistema que controla cualquier elemento inteligente, desde una lavadora hasta un aerogenerador. Y esta electrónica, además, está conectada para que se puedan ver los datos del aerogenerador desde las oficinas centrales, por ejemplo, lo que hace que, al darle conectividad, la ciberseguridad se vuelva crítica porque si te hackean un parque eólico y te lo paran estás perdiendo dinero cada segundo que pasa.
-En materia de ciberseguridad, precisamente, habéis dado un paso adelante con la creación de su startup Orbik, con la que pronto váis a convertiros en certificadores en ciberseguridad, algo que será obligatorio a partir de 2026.
-Sí. Europa ha aprobado una normativa que va a ser de obligado cumplimiento para los productos electrónicos que hace que los productos tengan que certificar un nivel mínimo de ciberseguridad. En vista de ello, muchas empresas no están esperando a 2026, porque el coste reputacional que tiene que aparezca en prensa que un equipo tuyo ha sido hackeado, ha hecho que ya estemos ayudando a diversas empresas a realizar diseños más robustos. Estamos a punto de obtener ya la certificación por parte de la ENAC, la Entidad Nacional de Acreditación, y entonces nos convertiremos en el cuarto laboratorio a nivel europeo certificado, lo cual pone a Euskadi en el ámbito de la ciberseguridad en primera línea de Europa.
-Otro de sus proyectos más destacados es el impulsado desde su spin-off Battbelt, centrada en alargar la vida útil de las baterías eléctricas utilizando las propiedades inteligentes de los materiales. ¿Qué pruebas están haciendo en estos momentos y qué posibilidades de aplicación real hay?
-Las baterías para el almacenamiento de energía son clave y estamos trabajando en algoritmos para detectar el envejecimiento de las baterías para hacer una gestión óptima de las mismas y tenemos una patente que es capaz de adaptar la presión que sufren para extender su vida útil un 20%.
Noticias relacionadas
- Ikerlan apuesta por la IA: "Aplicada a las renovables permite realizar previsiones con certeza"
- Ikerlan lanza un certificado de ciberseguridad industrial con el que facturaría 2 millones en 2027
- Ikerlan y Capital Energy impulsarán la digitalización y la sostenibilidad en el sector de la energía
- Ikerlan desarrollará sistemas capaces de alargar un 30 % la vida útil de las baterías eléctricas