La alianza BBVA-Sabadell lideraría el crédito a empresa sin amenazar a Kutxabank en hipotecas

La fusión BBVA-Sabadell, en caso de llevarse finalmente a cabo, cambiaría de arriba a abajo el panorama financiero en España y reordenaría el podium de principales entidades financieras que completan Santander y Caixabank. Y ya hay territorios que han expresado su preocupación por el elevado peso que puede adquirir el nuevo gigante, de hasta el 60% en el caso del mercado de la Comunidad Valenciana, por ejemplo.

El sector bancario en Euskadi está bastante más diversificado, con alternativas suficientes como para que la posible fusión genere solo un pequeño terremoto controlado. Pese a los orígenes históricos vascos y a que su domicilio social permanece en Bilbao, BBVA cedió el liderazgo global en Euskadi a las cajas de ahorro ahora agrupadas en Kutxabank.

Ese paso, la fusión de las cajas, sí fue un punto de inflexión a nivel de concentración del mercado vasco hasta entonces encabezado por BBK con porcentajes de entre el 15 y el 20% en banca minorista (créditos a particulares) y depósitos. La creación de un único banco para las tres antiguas cajas llevó a que el líder Kutxabank diera un salto hasta porcentajes bastante más amplios que llegan a rondar el 40% en el caso de los créditos hipotecarios, una de las fortalezas de la entidad que encabeza Antón Arriola.

En uno de sus primeros análisis públicos tras relevar a Gregorio Villalabeitia, Arriola destacaba precisamente que quizá se ha alcanzado techo a nivel de préstamos para vivienda en Euskadi, una fortaleza que se traslada además al conjunto del mercado español (casi 6% de cuota), y que se deben dar pasos en otros nichos de negocio, fundamentalmente en empresas.

Antón Arriola y Eduardo Ruiz de Gordejuela, CEO de Kutxabank

El camino para crecer

"Queremos ser más cercanos a las empresas", declaraba Arriola en referencia al menor peso cosechado por el banco prácticamente desde la fusión de las cajas en el área de la financiación empresarial, una posición que se apoyaba en criterios de seguridad (Kutxabank presenta los mejores índices de solvencia del sistema financiero español) en las inversiones y que a partir de ahora toca modificar. Sin prisas, "sin dar la vuelta al banco como a un calcetín", el principal banco vasco busca crecer en el terreno que hasta ahora menos ha pisado.

En esa apuesta puede enmarcarse la nueva sede central que se estrena en el centro de Madrid y que servirá de cuartel general para continuar la expansión en la capital. Hay que remarcar que Kutxabank, que ganó más de 500 millones de euros en 2023 y aumentó beneficios en el primer cuarto de este año, ganaría un puesto en el ránking de grandes bancos en España en caso de concretarse la operación BBVA-Sabadell, hasta la séptima posición.

Banco Sabadell. / EP

Sabadell conoce bien Euskadi

A grandes rasgos, podría decirse que el punto débil de Kutxabank es precisamente donde destaca Sabadell. Sin inquietar ni mucho menos al trío que lidera la banca vasca (la propia Kutxabank, BBVA y Laboral Kutxa), la entidad con sede en Alicante puede lucir una buena hoja de servicios en todo lo referente a la empresa, en especial a la pyme. La absorción del Banco Guipuzcoano durante la crisis de 2008 generó grandes expectativas en torno al nuevo Sabadell Guipuzcoano, que llegaba a ese hito, anterior incluso al nacimiento de Kutxabank, con una cuota de mercado global en País Vasco inferior al 5%.

Ahora la situación es más solvente, sobre todo en ese ámbito más próximo a las empresas. Su aportación a BBVA sería en este punto relevante, más allá de que en conjunto ambas entidades juntas no puedan competir con la dimensión que tiene en Euskadi Kutxabank. En cuanto a su penetración social la presencia 'sobre el terreno' de Sabadell es llamativa siendo el País Vasco un territorio de peso dentro del dibujo general con cerca de medio centenar de oficinas. Además, el banco con raíces catalanas es patrocinador principal de la Itzulia, una de las principales pruebas vascas de ciclismo profesional.

Su relación con Euskadi, fraguada en la absorción del Guipuzcoano en 2010, presenta además otras aristas. Y es que la entidad catalana ya intentó asociarse con Kutxabank en la etapa de Villalabeitia, operación que recibió la negativa de la entidad vasca y que no contaba con el aval del Gobierno vasco, tal y como señaló Iñigo Urkullu en sede parlamentaria. Poco después fracasaría ese primer intento de fusión BBVA-Sabadell.

Casi una década antes, el presidente del Sabadell, Josep Oliu, declaraba en el marco de la absorción del Guipuzcoano estar abierto "a cualquier operación conjunta" con sus socios BBK y Kutxa, que contaban con acciones de la entidad adquirida.