@aidampereda
Siemens Energy sigue desgranando sus planes de futuro a cuentagotas, lo que no deja de acrecentar la preocupación entre sus trabajadores y clientes, atentos a las maniobras diseñadas por la multinacional alemana para tratar de atajar las millonarias pérdidas que arrastra la compañía desde que anunció problemas técnicos en las turbinas de sus aerogeneradores 4.X y 5.X fabricados por Siemens Gamesa.
A principios de este mes de mayo, coincidiendo con la presentación de los resultados del segundo trimestre de su año fiscal, su CEO, Jochen Eickholt, anunciaba su marcha de la compañía, una decisión que llevaría aparejada un nuevo ajuste de plantilla en la división onshore (de eólica terrestre), que encadena diversas reestructuraciones en los últimos años.
No obstante, emplazaba a las siguientes semanas para conocer más detalles acerca de estas medidas, por lo que ha habido que esperar hasta ayer para tener conocimiento, a través de un email remitido a los trabajadores poco antes de reunirse con los representantes sindicales, de cuántos puestos de empleo estarían en juego en esta inminente reestructuración.
No obstante, estas medidas están sujetas al proceso de consulta, que se iniciará con los interlocutores sociales de acuerdo con la normativa de los países afectados. En España, previsiblemente, no se iniciará la mesa de negociación hasta la segunda quincena de julio, tan sólo dos semanas antes de la llegada del nuevo CEO, Vinod Philip, que tomará el relevo de Eickholt. Será entonces cuando se precisará cómo afectará este plan de ajuste a cada centro de trabajo y el calado que estos recortes tendrán en las oficinas de Zamudio, en Bizkaia, donde trabajan más de 600 personas.
"Compromiso" con el negocio onshore
Los planes de Siemens Energy se basan en su "posición de liderazgo en el mercado" offshore (eólica marina) para lograr un crecimiento rentable. "Continuaremos con nuestras actividades de aceleración y mejoraremos la industrialización de nuestras operaciones de producción mediante la implementación de estándares de producción en serie más estrictos", explican.
Sin embargo, han asegurado que desean mantener su "compromiso con el negocio onshore". Para ello pretenden centrarse "en mercados selectos de Europa y Estados Unidos", que ofrezcan rentabilidad y un marco regulatorio estable, aunque eso sí, no descartan explorar nuevas oportunidades fuera del continente europeo y del continente americano, analizando, caso por caso, su viabilidad comercial.
Así, para su negocio onshore en la India están estudiando "todas las opciones", entre las que se incluye su venta pero también posibles asociaciones con otras empresas, ya que se trata de "un mercado muy importante" en el que la compañía cuenta con "una importante cartera de pedidos" que tienen que atender en plazo.
Con todo ello, la multinacional alemana ha anunciado la destrucción de 4.100 puestos de trabajo a nivel global. El área de oficinas será la más perjudicada, especialmente en Dinamarca, donde se suprimirán 570 empleos; España, con la destrucción de 430 puestos; y Alemania, donde los recortes afectarán a 370 personas.
Creación de nuevos puestos de trabajo en otras áreas
También el departamento de producción sufrirá esta reestructuración, si bien, la compañía califica como "temporal" el recorte de 670 empleos en Portugal y otros 190 en Dinamarca. Todo dependerá de la carga de trabajo futura, subrayan.
A pesar de esta reducción de plantilla, la multinacional alemana confía en recuperar empleo con la creación de nuevos puestos de trabajo en áreas como el offshore, donde esperan seguir creciendo, ya que su intención es mantener "el nivel actual de empleo en Siemens Gamesa" en los próximos años.
"Aprovecharemos las oportunidades dondequiera que surjan para mitigar la reducción a través de la fluctuación natural, las iniciativas de recapacitación y la cobertura de vacantes dentro de Siemens Energy. Dado que las grandes fluctuaciones son comunes en nuestra industria, las aprovecharemos tanto como sea posible", ha precisado Eickholt. Sin embargo, estas palabras no son suficientes para los sindicatos, quienes rechazan estos ajustes y solicitan un plan de viabilidad para evitar dichos despidos.