La principal factoría de Euskadi, Mercedes, arrancaba 2024 a medio gas. A la caída de pedidos en el primer trimestre del año y la desactivación de turnos provocada a causa de esta bajada de demanda, se sumaba el plan de flexibilidad acordado entre dirección y sindicatos el pasado marzo para solventar la falta de trabajo de su alrededor de 5.000 empleados. Las cosas, sin embargo, parecen cambiar en el segundo semestre del año, y es que según apuntan fuentes sindicales la producción de los nuevos modelos de la Vito y eVito provocarán un repunte de la producción en la planta vasca.
Tres días de paro en febrero, otros tres en marzo, trece días entre finales de abril y mayo, cuatro días ese mismo mes, y los últimos anunciados: cuatro días de parada en junio -7,14,21 y 24- y otros tres en julio -del 22 al 24-... 30 días de paro que se acumulan ya en la planta vasca. Todo ello con la sombra del ERTE sobrevolando la misma, en especial los dos primeros meses del ejercicio, hasta que la dirección llegase al acuerdo con la plantilla con el que se ampliaban los días que la primera tenía capacidad de suspender jornadas, en un principio fijada por el convenio en 18.
Los primeros meses de este año no han sido fáciles para la fábrica vasca, dirigida por Bernd Krottmayer, sin embargo, las perspectivas de los trabajadores, tal y como apuntan fuentes sindicales, “son buenas”. La esperanza, aseguran, la depositan en el arranque de producción del nuevo modelo de la Vito y eVito, que inicia en apenas un mes, en julio.
Modelos con los que la marca quiere fortalecer la posición de mercado de su gama de tamaño mediano, de sus furgonetas, en concreto lo quiere hacer con un aumento de las opciones de conectividad digital inteligente y con la mejoramejora de los sistemas de seguridad y asistencia con lo que ya cuentan los vehículos actuales.
Son realistas, ya que admiten que precisamente ese mes “por las vacaciones y por las obras de ampliación de la planta” es una temporada complicada para lograr los objetivos marcados en la producción de estos modelos -quieren llegar a las 3.500 unidades por semana, “como hacíamos antes-, pero confirman que la productividad se disparará y “remontará”. Eso sí, lejos de las unidades logradas el año pasado, año récord en la planta alavesa con la producción de 160.000 furgonetas.
"Confianza plena por la planta vasca"
Como parte del acuerdo firmado en marzo entre comité y dirección esta última asumió el compromiso de convertir 100 contratos en indefinidos este mismo año, compromiso que tal y como afirman, “se está cumpliendo”. Ya son 50 los contratos indefinidos sumados, al margen de los 70 contratos relevo que se han firmado estos primeros meses del año.
La compañía, aseguran, está contratando gente, algunos de ellos se presume que irán destinados al diseño y posterior producción de la furgoneta eléctrica VAN.EA para la cual quieren “duplicar la superficie productiva” y que planean lanzar al mercado en 2026. Una apuesta que sumada a la inversión de 1.000 millones de euros y a esos 50 contratos indefinidos firmados en estos meses hacen “confiar a la plantilla en la confianza plena que el grupo Mercedes tiene depositada en su planta vasca”.