Dice Fermín Trujillo en La que se avecina que a los negocios hay que echarles billetes al principio. No le falta razón al pillo de la popular serie televisiva y las energías renovables son la mejor prueba de ello. Pocos sectores demandan tanto esfuerzo (privado y público) con tan poca garantía de éxito pese a las horas de estudio y laboratorio que anteceden a cualquier iniciativa innovadora en este campo.
En el caso concreto de las renovables marinas Euskadi arrastra un currículum particular. Las condiciones de la costa vasca, por la gran profundidad del fondo pocos metros mar adentro, no son las mejores para la instalación de aerogeneradores. De ahí que hayan surgido apuestas pioneras en torno a plataformas flotantes como el dispositivo Demosath de Saitec, que es el que ha hecho hasta ahora un recorrido más largo y prometedor.
En cambio, las movidas aguas del cantábrico favorecen otro tipo de energías alternativas y hace años que Euskadi puso el foco en el vaivén de las olas. Aunque el molino flotante de Saitec ha acaparado la atención mediática en los últimos años, la Plataforma de Energía Marina de Bizkaia, Bimep, sociedad ubicada en Armintza compartida por el Gobierno vasco a través del EVE y el Ejecutivo central vía IDAE, ha albergado otras propuestas para la extracción de energía del mar con diverso resultado.
En lo que respecta a la energía undimotriz la gran referencia es la instalación de Mutriku (aunque físicamente se encuentra en el puerto del municipio guipuzcoano es propiedad de Bimep) inaugurada en 2011. Fue la primera planta de este tipo en Europa en comercializar la energía que envía a la red. Aunque con una aportación al conjunto del mix testimonial, su rendimiento ofrece pistas sobre cómo mejorar la tecnología en torno a la obtención de electricidad a través de las olas.
2025, el año clave
Con todo, la sensación es que las expectativas que generó en su día la energía de las olas han ido a menos. Puede ser ahora, en un nuevo despertar en la instalación de proyectos renovables en Euskadi, cuando la undimotriz acelere de cara a poder aspirar también a su cuota de protagonismo, copado en estos momentos por la eólica y la fotovoltaica.
En la nómina de sinsabores se encuentra por ejemplo el proyecto Penguin de la empresa finlandesa Wello, cuyo dispositivo flotante de 150 toneladas para extraer electricidad de las olas sufrió averias a los pocos meses de instalarse en Armintza y acabó amarrado y semihundido en el Puerto de Bilbao. Es la prueba de que las apuestas en el mundo de la energía, normalmente con un importante respaldo institucional, también pueden salir mal.
Aun así, las olas encaran ahora su particular 'reválida'. Se aproximan nuevas pruebas para demostrar que pueden ser una fuente viable económicamente. La propia zona de Bimep en Armintza albergará probablemente a lo largo de 2025 dos nuevas 'boyas' gigantes correspondientes a dos proyectos ya relativamente avanzados, uno de la ingeniería bilbaína Idom y otro de la australiana Carnegie Clean Energy.
Proyecto EuropeWave
En el caso de Idom, el dispositivo Marmok (marmoka es medusa en euskera) ha realizado ya una larga prueba en el mar superando tres inviernos consecutivos en mar abierto. Ahora se trata de proceder a aplicar las mejoras correspondientes en la enorme estructura para devolverla a Bimep y acercarse al gran objetivo de cualquier proyecto de este tipo: alcanzar la rentabilidad comercial. En el viaje Idom dipone como socios en el plano tecnológico del Grupo Mondragon y de Tecnalia.
En cuanto a la australiana Carnegie, el proyecto CETO Achieve acumula una importante partida de ayudas públicas por distintas vías, hasta 7 millones de euros, para probar su sistema de captación de energía en Bimep. Lo hace a través de su filial CETO Wave Energy Ireland y cuenta en este caso como socia con Saitec, buena conocedora de la zona de Bimep.
Ambos proyectos, el de Idom y el de Carnegie, son dos de los tres elegidos para avanzar en el marco del programa EuropeWave que impulsan Euskadi, Escocia y la red europea de energía marina (el tercero es de la escocesa Mocean Energy).
Por otro lado, el EVE mantiene abierta otra vía para la mejora de la tecnología undimotriz que se probará en Mutriku (programa TurboWave) que acaba de conceder ayudas a la propia Idom, a la bilbaína Arrecife Energy y a otros dos proyectos más liderados por una firma asturiana y otra portuguesa.