Movilización en Bridgestone Basauri contra los despidos / Miguel Toña EFE

Movilización en Bridgestone Basauri contra los despidos / Miguel Toña EFE

Empresas

Bridgestone, Guardian y el riesgo de más despidos ponen a prueba los modelos sindicales

Publicada

No es lo habitual, pero la de Guardian no es la primera ni será la última plantilla que opta por desoir las recomendaciones de las direcciones sindicales, enterrar el hacha de guerra y aceptar lo que ofrece la empresa. La negativa de la asamblea de Guardian a judicializar el ERE pone la lupa en los difíciles equilibrios a los que están sometidas las estrategias sindicales en un momento crítico en algunos sectores industriales.

Resuelto al menos hasta que se concrete si hay o no inversores interesados el cierre de la histórica firma de Llodio, el principal foco de conflicto laboral se traslada ahora a Bridgestone Basauri, aunque hay puestos de trabajo en juego también en MFS Trapagaran o SDA Factory. Solo en estas cuatro empresas pueden perderse más de 600 empleos industriales de golpe.

En el caso de Bridgestone el enfoque sindical está condicionado por el formato del despido colectivo, que incluye también a la planta cántabra. La propia configuración por 'colores' del comité, con mayoría de CCOO y UGT, es distinta a la que había en Guardian, aunque en estos casos las siglas importan poco, al menos en una primera reacción.

Movilización de Bridgestone en Torrelavega / Nacho Cubero Europa Press

Movilización de Bridgestone en Torrelavega / Nacho Cubero Europa Press

Unidad en Basauri

El comité de Bridgestone ha salido en bloque a la huelga y declara a este medio su firme intención de mantener la unidad y de hacer frente a la decisión empresarial para lograr cero despidos. El propio municipio de Basauri se ha volcado para presionar a la multinacional ante la magnitud del ERE, que supera de salida los 300 despidos.

Huye así el comité de especulaciones en torno a una posible negociación para 'empatar' y reducir la cifra de afectados, un mal menor que, llegado el caso, pondrá a prueba una vez más ese nexo entre sindicato y plantilla.

Planta de Guardian Llodio

Planta de Guardian Llodio

En Guardian, que ya perdió a la desgajada Glavista, el ERE parecía abocado a los tribunales tras el cierre del periodo de consultas sin acuerdo. Pero las indemnizaciones que puso en la mesa la multinacional americana y la expectativa de una futura reactivación de la planta más adelante llevaron a los trabajadores a considerar que era mejor parar, aceptar la propuesta y a otra cosa.

Un giro de guión que contravenía lo que ELA y LAB consideraban mejor, así lo reconocieron estas dos organizaciones, que acusan a la multinacional de "presionar y desgastar" a los trabajadores y al Gobierno vasco de permitir a las empresas actuar "con impunidad" en estas situaciones.

Movilización en Guardian Glass

Movilización en Guardian Glass Iñaki Berasaluce / Europa Press

Contextos difíciles que se reproducen ahora en Bridgestone y en otras empresas más pequeñas de los sectores más castigados por la coyuntura industrial como la automoción o la siderurgia. Es en esos frentes tan delicados donde los sindicatos se juegan una parte importante de su credibilidad en un contexto social de cierto desapego hacia la política y los agentes de su entorno.