El consejero Mikel Jauregi con José Antonio Jainaga y Antón Arriola / EP

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Empresas

La hora de la verdad para Talgo: el Gobierno vasco negocia ante la presión de la banca

M. A. Lertxundi
Publicada

Será pronto, pero no de forma inminente. Con esa precisión respondía hace unos días el consejero vasco de Hacienda, Noël d'Anjou, cuestionado por cuándo habrá luz verde definitiva para el desembarco de José Antonio Jainaga en Talgo.

Eso viene a significar que, vencido el enésimo plazo para rubricar la operación, la prisa es relativa. A estas alturas es evidente que algo ha fallado en relación al cálculo inicial de mediados de febrero, cuando se alcanzó un preacuerdo para la compra del 30% de la compañía y desde Ajuria Enea se dijo que la operación se cerraría en unas pocas semanas.

Llegados a este punto casi es preferible disponer de todas las garantías de cara al futuro industrial de Talgo que correr para cerrar la compraventa antes del parón veraniego.

Aunque se da por hecho que, en un sentido u en otro, la cuestión se resolverá como tarde en julio ya que la propia compañía no puede esperar mucho más para aclarar su situación accionarial.

Talgo sumó 150 trabajadores en sus plantas españolas en 2024 para aliviar el atasco industrial

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El papel de la Sepi

En los últimos días se ha consolidado la posibilidad de que el Gobierno central acabe rematando la operación a través de la Sepi ante la insuficiencia del consorcio que lidera Jainaga y en el que está el Gobierno vasco y las fundaciones BBK y Vital.

Los bancos piden más músculo a los nuevos propietarios de ese 30%, fondos propios en términos empresariales, en definitiva más dinero para asegurar la viabilidad estos próximos años ante la escasa caja que genera la compañía por su debilidad a nivel de producción.

Planta de Talgo en Madrid

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Según el Ejecutivo vasco, que se juega mucho en la operación, hay opciones más allá de la Sepi para contentar a la banca, y en eso se estaría estos días, además de en terminar de cerrar los flecos para el pago de la multa de más de 100 millones de euros a Renfe.

En los flecos lleva la cosa meses, por otro lado, un tiempo en el que la oferta lanzada por Jainaga, Lakua y Vital y BBK se ha topado contra la evolución errática del fabricante de trenes en los mercados, que apunta a que se va a pagar más de lo que realmente vale la empresa.

Aun así, Talgo conserva grandes vínculos con Euskadi no solo sentimentales, hay más de medio millar de trabajadores de Rivabellosa esperando la resolución de un culebrón que se alarga demasiado y amenaza con aplazar sine die un plan industrial con inversiones que asegure la credibilidad de la compañía para con sus clientes.