Imagen tras el principio de acuerdo en febrero de Jainaga, Gobierno vasco y BBK y Vital para adquirir casi el 30% de Talgo

Imagen tras el principio de acuerdo en febrero de Jainaga, Gobierno vasco y BBK y Vital para adquirir casi el 30% de Talgo VK

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Traer Talgo a Euskadi va a salir caro: el empeño del PNV y una foto antes de tiempo

La celebración prematura de la entrada de Jainaga, aunque al final la operación se consume, fue un error que ha condicionado la negociación por comprometer políticamente al Gobierno de Pradales

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Talgo hace tiempo que se convirtió en una patata caliente política y el Gobierno de Imanol Pradales optó por compartir riesgos con Pedro Sánchez. Cinco meses después de dar por hecho el regreso del fabricante de trenes a Euskadi, aquella foto a cinco manos, en la que salen retratados dos consejeros de Lakua pero ningún miembro del Ejecutivo central, es un lastre para el lehendakari.

El brindis antes de tiempo compromete especialmente al Gobierno de Pradales, al que hay que reconocer que ha sabido colocar el debate del arraigo en primer plano pero quizá se ha obsesionado demasiado con Talgo.

Ha subido al barco a BBK, el núcleo de Kutxabank (Vital embarcó sola y lo hizo con toda lógica por la conexión de la empresa con el territorio), y ha sacado a José Antonio Jainaga de su zona de confort.

El dueño de Sidenor sabe de sobra lo que es pujar por grandes empresas, con auténticas millonadas sobre la mesa, y que finalmente los intereses de ambas partes no concuerden. Le ha ocurrido y probablemente le seguirá ocurriendo. Pero si eso sucede fuera de foco, la repercusión es mínima. Lo de Talgo está a otro nivel.

El lehendakari Pradales entrega el premio Korta al industrial José Jainaga por su trayectoria empresarial. EFE/Javier Etxezarreta

El lehendakari Pradales entrega el premio Korta al industrial José Jainaga por su trayectoria empresarial. EFE/Javier Etxezarreta

El precio de la deuda

Y así es muy difícil negociar. Ya el cierre de las variables que se pagarán a Trilantic por su 30% se alargó más de la cuenta. Finalmente se establece un techo a pagar por esa porción de 183 millones, hasta 5 euros por acción, muy por encima del valor actual de la acción de la compañía con sede en Madrid, que se maneja en mínimos desde finales de 2022.

Luego está la financiación bancaria. En ese punto hay que suponer que el dinero del Gobierno vasco y de la Sepi, si como parece hay entendimiento entre Vitoria y Madrid, saldrá barato.

Talgo sigue cerrando nuevos pedidos, el último para Flix

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Pero en los 75 millones cosechados por Lakua entran también entidades privadas, no se ha aclarado cuáles, que pueden coincidir o no con el grupo de futuros accionistas. Los propios acreedores actuales de Talgo, entre ellos Santander y BBVA, quieren las máximas garantías ante las altas cargas que debe afrontar la compañía, entre otras la multa de Renfe, y serán un agente clave cuando haya que renegociar la deuda.

Y, volviendo a la financiación pública, hay que ponerse en el pellejo de CAF, que ve cómo otra empresa del sector recibe un balón de oxígeno de uno de sus propios accionistas (el Gobierno vasco tiene el 3% a través de Finkatuz).

Un tren de Talgo

Un tren de Talgo

El escenario es sumamente complejo, mucho más de lo previsto en febrero, como reconoció el lehendakari hace unos días en una forma velada de asumir que aquella foto fue un error de cálculo.

Pradales viaja este martes a Madrid para intentar completar el puzzle Talgo con Sánchez después de que, según distintas voces jeltzales, la cosa se haya encarrilado estos días. Lo cierto es que el fracaso de la operación sería difícil de explicar en clave política, también para el Gobierno central, y por ello se espera que antes o después haya fumata blanca.