Optimismo contenido entre la plantilla de Talgo tras el anuncio de acuerdo con la Sepi

La gran apuesta de la legislatura del Gobierno vasco está más encaminada que nunca. Tras la cita de este martes entre Pedro Sánchez e Imanol Pradales y la confirmación del apoyo de la Sepi de 75 millones  para ayudar a Talgo a refinanciar su deuda, el cierre de su venta y su regreso a Euskadi, es inminente. 

Pradales logra el apoyo de la Sepi a Talgo y desatasca la apuesta empresarial de la legislatura

Era lo que faltaba por suceder y aunque todavía falta por conocer los detalles de la fórmula bajo la que operará la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, este movimiento permite que la operación orquestada por José Antonio Jainaga, Lakua, Vital y BBK y ahora el Ejecutivo de Pedro Sánchez, de un paso más.

A la espera de saber si la entrada de este órgano se hará como  accionista o solo dando respaldo financiero -se barajaba la opción del préstamo convertible en el futuro en acciones-, el empresario vasco cuenta ya con vía libre para cerrar la compra e intentar que el fabricante de trenes se recupere de la 'delicada' situación que en estos momentos atraviesa. 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe en Moncloa al lehendakari, Imanol Pradales Irekia

Mantenimiento del empleo

Y es que esta 'delicada' situación ha sido uno de los condicionantes que ha entorpecido la operación de compra, situación que además se había agudizado con la millonaria multa interpuesta por Renfe. Que fuese perdonada o rebajada era una de las prioridades de las partes interesadas en la compra de Talgo y, aunque si bien esta sanción no se ha anulado, el presidente de Renfe, Álvaro Fernández Heredia, si ha aceptado flexibilizarla. 

Sin dar más detalles, ahora las miradas están puestas en cómo la entrada de la Sepi marcará los próximos pasos y cómo estos van a repercutir en los pedidos y producción del fabricante de trenes. 

Y precisamente es en estos puntos en los que se han centrado las reacciones de la parte social y plantilla. Desde UGT lo han catalogado como una "buena noticia", aunque han pedido que "todos los esfuerzos económicos desde lo público, todas las subvenciones y todas las ayudas que se den a la empresa estén vinculados al mantenimiento del empleo".

Talgo es, han insistido desde la central sindical, una empresa vasca "de toda la vida y que ha dado empleo aquí toda la vida pero no siempre ocurre así y nos encontramos también en situaciones en las que se ayuda a la industria con presupuesto público, pero llegado el momento se agota esa ayuda, cierran la persiana y nos encontramos con trabajadores fuera".

Por su parte, desde el comité de empresa, y como llevan reclamando desde hace meses, piden que el "tema del accionariado se aclare cuanto antes para que Jainaga decida donde invertir esos 150 millones de euros". 

Y es que, según fuentes sindicales consultadas por Crónica Vasca, aunque la valoración general es positiva y ven este nuevo movimiento como una reactivación de un contexto que hasta ahora estaba en 'sand by', toman este movimiento con "cautela", insisten, en que "hasta que no se cierre la operación definitivamente no se va a saber la magnitud de las decisiones que la nueva cúpula de Talgo tomará".

Todo ello, además, con la vista puesta en las compensaciones correspondientes al ejercicio 2024 -hasta ese mismo año habituales- todavía pendientes y sujetas a que la incógnita 'multa de Renfe' se despeje.