Los aranceles de Trump y la industria vasca / CV

Los aranceles de Trump y la industria vasca / CV

Empresas

Los avances en Talgo dan un respiro a la industria vasca en plena tormenta por los aranceles

La crisis de la automoción lastra los resultados de grandes empresas y aumentan los temores del sector del vino

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Cuando esta semana en Berlín se anunciaron los resultados del Grupo Mercedes, con un descenso del beneficio del 56% y un recorte en las previsiones de ventas e ingresos para 2025, sonaron todas las alarmas en la industria vasca, donde la planta alemana de Vitoria, con 5.000 empleos directos y 30.000 indirectos, resulta capital.

El golpe de Mercedes se suma al de otros fabricantes de automóviles. La crisis de la automoción europea se antoja demoledora. Las razones son el temor a la política arancelaria de Donald Trump y la pujanza de los coches llegados desde China.

Prueba de ello es que, como acaba de desvelar este diario, Michelin, la otra gran fábrica en Euskadi, ha visto reducidas sus exportaciones un 75% en seis meses. Otro síntoma de que se ven problemas en el horizonte que, además, se agigantan porque llega ya el seísmo de los aranceles

La cruzada de Trump no se detiene. La sensación generalizada es que el acuerdo arancelario entre la Unión Europea y Estados Unidos, alcanzado el pasado domingo, va a generar un fuerte impacto en la economía vasca. Y, más concretamente, en la industria, tal y como señalaron desde Confebask.

Preocupación por los aranceles

La opinión de la patronal está justificada porque la verdad es que cunde la preocupación en la citada automoción y también en otros sectores como el del vino, que tanto depende de sus ventas al país norteamericano. 

Así las cosas, pese a los magníficos datos de paro, rozando ya el pleno empleo, el panorama para la economía vasca es más sombrío de lo que puede parecer. La tormenta resulta innegable para la industria. En las empresas y en Lakua los ánimos no son los mejores. 

En este contexto de nubarrones que se atisban a lo lejos, lo positivo para Euskadi o, mejor dicho, para el Gobierno vasco llegó en el consejo de ministros celebrado el martes, porque en su seno se dio luz verde a la entrada de la Sepi en Talgo. Un nuevo avance que en Ajuria Enea reciben con alborozo. 

Jauregi celebra

Lo verbalizó el titular de Industria, Mikel Jauregi, que sostuvo que se están dando pasos "firmes y decisivos para el arraigo y futuro desarrollo industrial de Talgo", así como "para garantizar los miles de puestos de trabajo directos e indirectos que genera esta empresa". 

El consejero celebró el movimiento gubernamental, acordado el 15 de julio por el lehendakari, Imanol Pradales, y el presidente del Ejecutivo central, Pedro Sánchez, como "una buena noticia para el país" y se apresuró a anunciar que la sede social de Talgo volverá a Euskadi

No en vano, se trata de la gran apuesta empresarial del Gobierno vasco en esta legislatura. Cada vez está más cerca que el presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga, tome el control de la empresa ferroviaria como líder de un consorcio donde están el propio Ejecutivo y las cajas vascas.

La operación, además, cuenta con una financiación extra de un fondo donde están Kutxabank, las tres diputaciones forales y Corporación Mondragón. O, dicho de otra manera, se trata del principal movimiento empresarial y político vasco en años.

Es normal, por tanto, que en muchos despachos se respire tranquilidad por los avances en Talgo. Pero el respiro es pequeño, porque también es lógico pensar que esa luz no es suficiente, ni mucho menos, para detener la potente tormenta arancelaria.