Talgo se acerca al objetivo de sanear su caja antes de la llegada de Jainaga

La compra de Talgo se despeja tras un largo y revirado proceso que deja muchas incógnitas aunque también algunos apuntes de color que dibujan un escenario no tan oscuro para José Antonio Jainaga. El industrial bilbaíno asume las riendas de una compañía tocada pero ni mucho menos hundida como demuestra su capacidad para seguir adelante con los grandes pedidos.

Será a finales de septiembre cuando se conozca la situación económica actualizada de una compañía que llegó muy justa económicamente al cierre de 2024 pese a contar ya en ese momento con un alto volumen de trenes en cartera que ha engordado aun más con el macropedido de Flix.

Hay dos datos conectados entre sí que explican en qué punto toma Jainaga el volante de Talgo. Más allá de los más de 100 millones de pérdidas acumulados por la provisión para la multa de Renfe, el fabricante de trenes reporta en las últimas cuentas anuales una delicada situación a nivel de flujo de caja y un nuevo incremento de la deuda.

José Jainaga, con el consejero Mikel Jauregi y Antón Arriola, de Kutxabank

Mucha fabricación y poco cobro

La propia empresa explicó que no se produjeron cobros previstos por los retrasos con Renfe, a lo que se suma una intensa actividad en las fábricas con el correspondiente coste para arrancar el macropedido con Deutsche Bahn.

Una coyuntura por tanto de mucho gasto que no llega a ser cubierto por los ingresos que se traduce en un fuerte aumento de lo que técnicamente se llaman Necesidades Operativas de Fondos (NOF), que vienen a reflejar los esfuerzos económicos de una empresa para abrir la persiana en el día a día.

Si bien la compañía considera en todo caso que esta variable es "normal" dentro de la fase industrial actual no es ningún secreto que Jainaga deberá activar nuevas inversiones que no han sido llevadas a cabo por los gestores actuales, lo que junto a la multa de Renfe ha sumado gran complejidad a la compraventa por la necesidad de sumar músculo económico. La entrada en escena de la Sepi y de Ekarpen deja encarrilada al menos en una primera fase esta cuestión.

Fábrica de Talgo J. P Gandul EFE

Empezar las entregas

Toda empresa necesita equilibrar tarde o temprano el flujo de ingresos y gastos para reducir su exposición a préstamos externos. Y la consecución de la homologación del modelo 230 es un paso crucial para que Talgo empiece a rentabilizar económicamente el pedido de Deutsche Bahn, en el que se lleva tiempo trabajando pero que empezaba a generar quebraderos de cabeza precisamente por las condiciones de los alemanes a la hora de cerrar las entregas de las primeras unidades.

Con la homologación, los Talgo 230 ya pueden circular por Europa, lo que asegura un respiro en lo económico, además de dar fluidez a la cadena de producción en las instalaciones alavesas de Rivabellosa.

Fábrica de Talgo en Rivabellosa

Hay que recordar que Talgo lograba este año un pedido de hasta 65 trenes para Flix, con lo que la carga puede ser inasumible. Una opción sería reducir las unidades pactadas con Deutsche Bahn, fijadas inicialmente en hasta 79.

Volviendo a las cuentas, otro mensaje sintomático en relación a la subida de costes es la decisión de no pagar el extra de objetivos a la plantilla por los resultados del año pasado. Es un desembolso que quedó pendiente de la evolución de la negociación con Renfe por la multa (los sindicatos accedieron a dar tiempo a la empresa para evitar complicar aun más la entrada de Jainaga) y que tendrá que ser resuelta ya por el nuevo equipo gestor.