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Talgo acaricia la llegada de Jainaga gracias al apoyo de la Sepi y la refinanciación de la deuda

La compleja arquitectura financiera de la operación sigue su curso gracias al impulso político

Más información: El Gobierno da luz verde a la entrada de la Sepi en el accionariado de Talgo

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Un paso de gigante, pero todavía no definitivo. Talgo ya acaricia el desembarco a los mandos del presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga, tras la luz verde del Gobierno central a la entrada de la Sepi en la operación y a expensas de la reestructuración de la deuda de la compañía. 

La compleja arquitectura financiera de esta operación sigue su curso gracias al impulso político. La verdad es que este movimiento empresarial -pero tan empujado desde Moncloa y Ajuria Enea- parece un galimatías porque hay tantos socios como intereses.

Jainaga lidera el consorcio vasco donde también están las cajas vascas y el Gobierno de Imanol Pradales (a través de Finkatuz). Todos ellos aportan los 150 millones de euros para comprar a Trilantic el 29% de la empresa ferroviaria. 

Además, el fondo Ekarpen -formado por el Gobierno vasco, Kutxabank, las tres diputaciones forales y Corporación Mondragón- aportará otros 75 millones de euros extras como crédito convertible en acciones.

La Sepi -o sea, el Gobierno central- también se suma con otros 75 'kilos' para una ampliación de capital (45) y con obligaciones convertibles en acciones (30), tal y como acordaron el lehendakari y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Pero igualmente para la llegada a puerto de la operación es decisivo el concurso de una veintena de bancos que aportan la financiación, sobre todo destinada a que la empresa afronte su deuda de más de 400 millones de euros. 

El papel de los bancos

La comunicación remitida por la Sepi a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) este martes expone que su aterrizaje está sujeto a que Talgo cumpla una serie de condiciones.

Entre ellas, aparte de la compra por parte del consorcio vasco a Trilantic y de la emisión de las citadas obligaciones convertibles, aparece "la aprobación por las entidades financieras de una nueva estructura de endeudamiento"

O sea, la reestructuración de la deuda de Talgo que, según sus últimos resultados, supera los 400 millones. Cantidad a la que hay que sumar, como gran problema para la empresa, la multa de 116 millones que debe pagar a Renfe

La refinanciación que realizarán una veintena de bancos se hará, según el texto enviado a la CNMV, en dos tramos. El primero es la financiación de 650 millones con vencimiento a 6 años y el segundo es una línea de circulante de 120 millones con vencimiento a tres años con extensión automática durante dos años más. 

Además, las entidades financieras "adicionalmente" concederán una nueva línea de avales por valor de otros 500 millones de euros. 

Talgo no asegura que tenga ya conseguida esta financiación, claro, pero es de suponer que las condiciones están cerca de alcanzarse. 

En cualquier caso, el siguiente paso es que Talgo convoque una junta extraordinaria para aprobar los cambios accionariales explicados y la citada ampliación de capital. Parece que será un trámite no demasiado difícil para la empresa. 

Y así, con muchos socios y con dinero público comprometido por dos gobiernos, la gran operación será por fin una realidad.