La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ha sido una de las protagonistas indiscutibles de la semana. Mientras todos los profesionales sanitarios, y especialmente los de la Atención Primaria, reclaman auxilio a gritos, ella presenta un plan para Osakidetza con un reto claro: "trasladar a la ciudadanía que estamos ante un cambio cultural de usos y costumbres con nuestros recursos sanitarios y habrá que desplazarse con más frecuencia para determinados procesos". Como era de esperar, esto despertaba la la crítica frontal de toda la oposición, sindicatos y los propios facultativos que censuran este plan criticando la "falta de planificación" del Ejecutivo y acusándolo de ocultar un "desmantelamiento" del servicio público que camina hacia el "modelo Ayuso". Con toda esta polémica, la consejera se veía obligada a recular y puntualizar que no se trata de un plan inmediato sino "en un plazo que pueden ser 10 años". Lo sindicatos ya han convocado manifestaciones y han pedido su dimisión.