Dragones de verano
Este verano me ha dado por recordar aquellos ejercicios periodísticos que hacíamos en las redacciones de los medios durante los calurosos meses de verano en los que no pasaba nada. O casi. Hacíamos una montaña de un pequeño suceso y lo alargábamos hasta el infinito y más allá. Era un buen trabajo porque nos obligaba a estrujarnos la sesera y a darle vuelta a todo, a buscar agujas en pajares y a encontrar fuentes de las que salía poca agua pero que nos calmaba la sed de palabras con las que llenar el tiempo y el espacio. Eran las famosas serpientes de verano, aquellas que se movían en zigzag e iban cubriendo páginas y minutos.
Las serpientes de verano han muerto, sí. Lo hemos comprobado en veranos anteriores, pero este del 2023 creo que se va a llevar la palma en cuanto a actividad política, social, económica, deportiva, etc. Y no solo por ese frenético trajín que nos hemos traído sino porque aquellas serpientes, muchas veces inofensivas, se han convertido en auténticos dragones que escupen fuegos abrasadores.
Hablando de fuegos, una vez más los incendios, fortuitos o causados por la mano de alguien desalmado que disfruta viendo las llamas crecer, han sido protagonistas. Los provocados son más difíciles de prever pero los otros, los que arrancan con la regla del 30-30-30, es decir, cuando la temperatura supera los 30º, hay más de un 30% de humedad y la velocidad del viento supera los 30 kms, han venido a demostrar que la emergencia climática no es la broma que algunos pretenden que sea. Los fenómenos climatológicos extremos, con sus calores, sus danas y sus inundaciones, provocan muertos y destruyen terreno. Los argumentos de los negacionistas del cambio climático arderán con las bocanadas de fuego que lanzan esos dragones de los que ya nos toca hablar demasiado.
Cómo también nos toca hablar demasiado de mujeres asesinadas. Especialmente cuando éste del 2023 ha sido el verano más negro. Sólo entre julio y agosto a 15 mujeres las ha asesinado su pareja o ex pareja. A ellas se suman, además, otras cuatro víctimas mortales durante el mes de junio. No nos olvidamos tampoco de los 40 niños y niñas que han quedado huérfanas como consecuencia del asesinato de sus madres. No hay problemas más urgente a solucionar que este. La vida de las mujeres está en juego mientras nos preocupamos más de fronteras y banderas. Este asunto no es ya ni una serpiente ni un dragón de verano, es la verdadera lacra de este país.
Ha querido el triste destino que una de las mujeres que más alto gritó “se acabó” se fuese en los últimos días del verano. María Jiménez nos dejó con ese mensaje clavado en el corazón de todas
Si tuviéramos que hacer un ranking de los dragones que han soltado más fuego durante el verano éste estaría liderado, cómo no, por Rubi, nombre por el que se le llamaba al dimitido presidente de la RFEF en aquellos famosos audios en los que Piqué y Rubiales se repartían los palos, los millones de euros en su jerga, que iban a ganar por llevar la Súper Copa de España a Arabia Saudí. En agosto llegaron las futbolistas españolas, ganaron el Mundial, Rubi, quien considera al feminismo como la lacra de España, se vino arriba, besó a Jenni Hermoso por que le salió de sus anteriormente mesados genitales, nos dijo que quienes le criticamos ese abuso de poder, entre otras cosas, somos gilipollas y terminó por escupirnos en la cara su furibundo fuego diciéndonos a las feministas que somos la lacra del país. Si algo hay que agradecerle a este “dragón de verano” es que nos haya dado la oportunidad de hacer pedagogía feminista y haber logrado que al menos una parte de la sociedad haya entendido que no era un beso sin querer al que quitarle importancia sino una muestra más de la cultura de la violación reconocida por el Convenio de Estambul.
Este ranking doméstico no podía dejar fuera la famosa investidura a la que se enfrentará Feijoó los próximos 26 y 27 de septiembre. No ha habido día sin su declaración, sin su fuego cruzado, sin su hoy me quiero reunir pero mañana no y sin su constatación de que por mucho que lo intente, el gallego no va a ir más allá de los votos de VOX, partido que continúa entrando en gobiernos que parecían vetados, Murcia por ejemplo, pero que finalmente les abren sus puertas. Unos y otros lanzan bocanadas de aire nada fresco, siguen con sus políticas de cancelación de todo lo que tenga que ver con la igualdad y se van quemando en sus propias brasas. Al mismo tiempo, las viejas glorias socialistas salen a jugársela al presidente en funciones Pedro Sánchez, y braman a los cuatro vientos que en las últimas elecciones dudaron sobre si votar a su propio partido. Además, se afanan en boicotear una posible negociación con los catalanes de Junts tildando a los posibles negociadores como de “golpistas” y “antidemocráticos”. Fuego cruzado. Los dragones crecen. Puigdemont se frota las manos desde Waterloo.
¡Cómo le hubiera gustado a la maestra María Teresa Campos tener un micro abierto para comentar todas estas jugadas! Ella, la primera reina de las mañanas, ejerció el feminismo desde todas sus atalayas y apostaría a que el asunto Rubiales le hubiera dado para ser la dragona que era cuando de defender los derechos de las mujeres y los abusos que se cometen sobre ellas. Además, fue la periodista que instauró las tertulias políticas en los programas de entretenimiento así que la negociación para conformar gobierno en España también le hubiera dado para fuegos de artificio.
Si algo ha generado una ola de sororidad este verano ha sido el famoso #SeAcabó lanzado por Alexia Putellas como campaña de apoyo a Jenni Hermoso y a todas las mujeres que sufren a los abusadores. Ha querido el triste destino que una de las mujeres que más alto gritó “se acabó” se fuese en los últimos días del verano. María Jiménez nos dejó con ese mensaje clavado en el corazón de todas. Como una dragona de fuego interminable lanzó aquel se acabó, porque yo me lo propuse y sufrí como nadie había sufrido. Hacemos nuestro tu mensaje y tu pasión.