¿Modelos lingüisticos? Sí, no y todo lo contrario. Esto que suena a trabalenguas es lo que está pasando con la célebre Ley de Educación que ha llegado por fin al trámite de enmiendas en el Parlamento vasco.
Como les venimos contando, PNV y PSE pactaron en el último momento incluir una mención a los modelos lingüisticos en el preámbulo de la ley. La segregación y la pelea por los modelos es lo que enfrenta a los partidos. Y ahora sucede, ni más ni menos, lo que muchos veníamos advirtiendo que iba a ocurrir.
Nos situamos en abril de 2022: todos los partidos excepto PP y Vox firman el Pacto Educativo. Un acuerdo que iba a ser histórico con una ley que iba a durar décadas. Así lo proponía el lehendakari, Iñigo Urkullu. Sin embargo, cuando llega la letra pequeña y hay que acordar qué se quiere en realidad, aparece el choque, desaparece el consenso. Resulta que en realidad ese "acuerdo de país" no era para tanto. Elkarrekin Podemos ya se bajó hace un tiempo por la segregación y el asunto de los modelos divide a los otros tres partidos.
El PNV ha incluido los modelos pero dice que hay que superarlos, en palabras del consejero de Educación, Jokin Bildarratz. El PSE, que es quien los ha impuesto en el texto, asegura que los modelos están vigentes. Y Bildu dice que los modelos no estaban en el pacto, que han sido superados en la realidad y que habría que apostar por una inmersión lingüstica en las aulas. Lo cierto es que en un principio la ley abogaba por que cada centro educativo elaborase su propio modelo lingüistico en función de su realidad sociocultural...
La mayor parte de la comunidad educativa aboga por un modelo que no sea el de los modelos, valga la redundancia. Sin embargo, tampoco está claro por cuál apuesta cada uno de esos actores. Así las cosas, pasa el tiempo y la Ley de Educación, que iba a ser la principal de esta legislatura, sigue sin aprobarse en pleno octubre de 2023.
Si servidor tuviera que apostar, lo haría a que no habrá ley esta legislatura.