Inmediaciones de la Expo City Dubai, sede de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) / ALI HADER - EFE/EPA

Inmediaciones de la Expo City Dubai, sede de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) / ALI HADER - EFE/EPA

Opinión

Empresas y COP

6 diciembre, 2023 05:00

Desde la semana pasada Dubai, la capital de los Emiratos Árabes Unidos, acoge la edición 28 de la COP (Conferencia de Naciones Unidas para el Cambio Climático), una cita anual que intenta confeccionar acuerdos para frenar un cambio climático que se antoja ya irreversible. Acostumbrados a que sean los delegados de los diferentes países los que lleven la voz cantante y a que muchas veces desafinen notablemente a la hora de aportar soluciones urgentes y eficientes, me ha resultado más que interesante que el Grupo Español de Crecimiento Verde, una entidad que representa a más de medio centenar de empresas muy potentes y también a algunas pymes de nuestro país, acuda a la capital del golfo Pérsico proponiendo el abandono total de los combustibles fósiles y su sustitución por energías renovables y eficiencia energética.

Esta iniciativa, es una muestra más de la necesidad, cada vez más acuciante, de que la transición climática se haga con una visión global en la que los diferentes sectores de la sociedad puedan aportar su visión y soluciones para mitigar una crisis climática que está a punto de cargarse uno de los objetivos claves del Acuerdo de París, no superar en más de 1,5 grados la temperatura del planeta.

El Grupo Español de Crecimiento Verde, una entidad que representa a más de medio centenar de empresas muy potentes y también a algunas pymes de nuestro país



Frenar el cambio global pasa por acelerar una transición hacia una economía baja en carbono, que permita reducir al máximo nuestras emisiones, y en este camino las empresas juegan un papel fundamental, primero reconvirtiendo su modelo productivo y luego proponiendo soluciones efectivas que ayuden a conseguir los ambiciosos objetivos que año tras año se marcan en las diferentes COPs. No es una tarea sencilla, sobre todo cuando algunas de las más grandes corporaciones mundiales basan su modelo de negocio en la explotación de estos recursos.

Esta circunstancia se ve claramente reflejada en el encuentro de estos días que se celebra en un país cuya economía depende de sus yacimientos de petróleo y que está presidido por su ministro de Industria y Consejero Delegado de la Empresa Nacional de Petróleo, el sultán Al Jaber. Para este dirigente emiratí, la ciencia no asegura que haya que eliminar totalmente los combustible fósiles para evitar el calentamiento global, curiosa opinión del hombre que se supone tiene que liderar una cumbre en la que el propio Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, subrayó que sólo se puede evitar superar los 1,5 grados si se dejan de quemar estos combustibles.

Para el dirigente emiratí, la ciencia no asegura que haya que eliminar totalmente los combustible fósiles para evitar el calentamiento global, curiosa opinión del hombre que se supone tiene que liderar una cumbre

Dejando de un lado estas contradicciones, inherentes a la raza humana, y centrándonos en el papel de las empresas en la cumbre, el Grupo Español de Crecimiento Verde apunta que para evitar el incremento desmesurado de emisiones y temperatura hay que triplicar la potencia de energías renovables instaladas para 2030 y duplicar la eficiencia energética para ese mismo año. Esta transición ecológica puede generar hasta 14 millones de nuevos puestos de trabajo y el traslado de otros 5 millones de trabajadores que actualmente están en el sector de los fósiles. Son necesarios cambios en la movilidad, la industria y en nuestros edificios, entre otras cosas. Las empresas son un agente clave para conseguirlo y las que se posicionen en este camino van a incrementar exponencialmente su competitividad y sostenibilidad.

Está claro que el papel del sector energético es imprescindible en esta tarea, pero no podemos olvidar también a otros sectores que pueden y deben aportar soluciones innovadoras. Soluciones, por ejemplo, para evitar las más de 7 millones de muertes anuales que provoca la contaminación en todo el mundo, porque el cambio climático es también un problema de salud. Así lo han constatado ya en esta cumbre 123 países que han firmado por primera vez una declaración que sitúa a la salud en el centro de la acción climática.

Esta propuesta considera necesaria una disminución de un 43% en las emisiones de gases efecto invernadero en los próximos 7 años para reducir esta cifra escalofriante de muertes y aboga por preparar los sistemas sanitarios actuales para los impactos que ya está produciendo el cambio climático. En esta transición “sanitaria” podría ayudar mucho el dinero que actualmente dedican los gobiernos a subsidios a combustibles fósiles. Según la española María Neira, responsable de la OMS, ese dinero serviría para cubrir el 75% del gasto sanitario mundial.

123 países han firmado por primera vez una declaración que sitúa a la salud en el centro de la acción climática

Euskadi, por supuesto, no es ajena a esta partitura que se está confeccionado en Dubai. Por primera vez, el Gobierno vasco participa en el programa oficial a través de la Red de Gobiernos Locales y Administraciones Municipales. Lo que pasa y va a pasar en la COP28 es trascendental para nuestro futuro, para nuestra economía y va a incidir directamente en nuestra vida diaria. Sería muy interesante que las empresas vascas fueran aún más activas en este cambio de modelo económico.

Una acción coordinada de nuestro tejido industrial y productivo puede ser el espaldarazo definitivo para convertirnos en un territorio líder a la hora de aportar soluciones innovadoras y eficientes al principal problema mundial. Empecemos por descarbonizar de una manera decidida y urgente nuestra economía porque nuestra supervivencia a medio y largo plazo va a depender del cómo y cuándo lo hagamos. En Euskadi necesitamos líderes que traccionen al resto de empresas y que aceleren esa descarbonización. Una vez más la colaboración público-privada va a ser esencial en este camino sin retorno.