Una persona deposita un voto en una urna / FCB

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Opinión

Las cosas de comer y las txutxes

5 diciembre, 2023 05:00

Bueno. Ya nos hemos enterado, por Ortuzar, que la chapuza del PNV en la designación de su candidato a lehendakari ha sido un plan meticulosamente trazado y ejecutado al milímetro. Y el que no piense así no entiende lo que es este partido místico y mítico. Hicieron un retrato robot y les salió Pradales, Imanol. Qué se le va a hacer.

Otegi, Arnaldo, ha decidido que no va a ser el cabeza de lista de Bildu. Esperamos a ver qué mujer, profesional, cuarentona, euskaldún, con experiencia en gestión e inmaculada, será la elegida por el arcángel San Gabriel de turno.

Eneko Andueza nos ha aclarado que los únicos departamentos del Gobierno vasco que funcionan son los que gestionan los socialistas, mientras que los otros son un lío autocomplaciente y monótono. Vale. Habrá que intentarlo más y mejor.

Javier de Andrés, previsible candidato del PP vasco, y ex-compañero de columna en este medio, se ha pasado al todopoderoso grupo Vocento para hacer un artículo dominical de una enorme sensatez y amor hacia el euskera. Rascando votos. Solo falta que reparta ese artículo en su partido.

Podemos, o Sumar, … no se me ocurre ninguna tontada. Así de relevantes han quedado aquellos que hace apenas siete años fueron los más votados en Euskadi.

En fin, que me gusta el olor a elecciones por la mañana. Solo falta que se dediquen a hablar de las cosas de comer y no de txutxes. Las cosas de comer son las que nos igualan, nos acercan o nos alejan a los de abajo, a los del medio y a los de arriba. Nos ayudan a decidir, según nuestros intereses. Es cosa de comer los impuestos, la educación, la sanidad, el medio ambiente o la industria, por citar algunos.

Las cosas de comer son las que nos igualan, nos acercan o nos alejan a los de abajo, a los del medio y a los de arriba

Las txutxes son las que diferencian a unos electores de otros. Los otros peores, por supuesto. Los proyectos nacionalistas en torno al euskera son txutxes, por ejemplo.

Quisiera que los partidos hablaran esta campaña de Educación. Máxime cuando ocho de cada diez vascos sale de su colegio, ikastola o escuela sin la competencia necesaria en euskera, ni en castellano, ni -por supuesto-, en inglés. Ocho de cada diez vascos no sabe hablar ni escribir correctamente en cualquiera de las dos lenguas oficiales de Euskadi, por lo que no podrían acceder a ninguno de los puestos de trabajo donde se exigen su conocimiento. No hablo ya de leer, capacidad en vía de extinción por innecesaria, según parece.

Ocho de cada diez vascos no sabe hablar ni escribir correctamente en cualquiera de las dos lenguas oficiales de Euskadi

O de la tendencia en auge de segregar a los pobres en los centros públicos modelo A o B, y concentrar a los ricos en los concertados privados, línea D, es decir en las ikastolas. Y con el beneplácito de la derecha e izquierda nacionalistas, PNV y Bildu. Dos cifras, el 70% del alumnado de los centros públicos de modelos A y B de Euskadi procede de entornos socioculturales y económicos pobres frente a un 7% que son de familias pudientes. Por el contrario, en la concertada de línea D, Federación de Ikastolas principalmente, entre el 14 y el 17% de los alumnos son de extracto humilde, mientras que son de nivel alto entre el 27 y el 35, según la zona donde esté el centro, más o menos euskalduna.

¿Qué proponen los partidos ante estas cifras, o ante la nula resiliencia de nuestros jóvenes, su alto grado de ansiedad, la proclividad a la violencia física, o el machismo imperante? ¿Qué proponen cuando ven la poca motivación del profesorado, su falta de autoridad, la casi nula actualización de sus capacidades? Me gustaría saberlo porque estamos hablado de las cosas de comer.

Igual que de la política de Sostenibilidad y Medio ambiente en Euskadi. El resumen de la legislatura es estremecedor: cero parques eólicos. Cero parques solares. Exportación de residuos a otras comunidades. Cero solidaridad, Cero reducción de gases de efecto invernadero. En 2021, último dato del Eustat, los vascos emitimos más CO2 que en 2018.

El 70% del alumnado de los centros públicos de modelos A y B de Euskadi procede de entornos socioculturales y económicos pobres frente a un 7% que son de familias pudiente

El Gobierno vasco no se atreve a poner un parque eólico desde hace 18 años. Es una cobardía calculada. Por miedo a perder votos frente a un Bildu ruralista, agrario, bucólico y fuera de la realidad, pero con capacidad para montar una comisión antimolinos en cualquier pueblo.

El modelo pijoabertzale de Bildu, con Camper diesel y empleo público, empieza a ser algo más que una caricatura. Su lucha medioambiental es una broma. Se limita a la selección de los residuos (y no siempre) y a comprar la lechuga al vecino. Si les mencionas que la energía la traemos de y pagamos a Francia (nuclear y verde, creo) o a Castilla y León se la pela. Ellos están por el reciclaje de ropa o por comprar ropa cara que parece reciclada, no se muy bien ¿Independentzia energética? ¡Qué me esta usted contando!

¿Parques eólicos? Mucho ruido, exterminan la fauna avícola que se suicida arrojándose contra sus aspas. Además nuestras sagradas cumbres no pueden quedar holladas por semejantes mamotretos ¿Solares? Ancha es Castilla y hay mucho campo. Todo coherencia ecológica. Hablemos de todo esto estas elecciones.

Y de sanidad pública y privada. No puede ser que en un año, del 30 de junio de 2022 al 30 de junio de 2023, el número de pacientes que esperaban una primera cita con un especialista en Osakidetza crezca de 39.034 a 69.523. Treinta mil más. Un incremento del 78,13%. Son más y esperan más en 2022 29 días de media, en 2023, 44 días.

Si hablamos de listas de espera para intervenciones quirúrgicas hay 2.056 pacientes más en el último año. Un 9,23%. Pacientes con más paciencia, porque la espera media en junio de 2022 era de 64 días y en 2023 ascendía a 68.

El modelo pijoabertzale de Bildu, con Camper diesel y empleo público, empieza a ser algo más que una caricatura

¿Merece la joya de la corona que los partidos nos hagan saber sus intenciones? ¿Seguiremos sin cubrir los puestos necesarios de atención primaria o pediatría porque no hay suficientes médicos con perfil lingüístico? ¿Por qué no se han formado en los últimos quince años a los profesionales necesarios para mantener nuestro sistema, aún sabiendo día y hora de cada jubilación de los profesionales precedentes? ¿Está apostando el PNV por las mutuas privadas? ¿Será Osakidetza capaz algún día de organizar unas oposiciones limpias? Preguntas, preguntas...

En Industria, ¿qué pasa con Repsol? ¿Por qué 'gure' Josu Jon Imaz pone su espada en el cuello de la consejera de Industria para que presione a Pedro Sánchez y no les suban los impuestos? ¿Se acabarán yendo a Portugal? ¿Va a resultar que a los empresarios vascos, aunque no lleven pulserita, también se les acaba la patria en la cuenta de resultados? Y quien dice Repsol, dice Michelin, Gamesa, Tubacex, ... Horizontes oscuros. Hablemos.

Y si lo hacemos sobre la Industria y la Economía vasca hablemos de sindicalismo. Da la sensación de que solo conciertan los sindicatos minoritarios, mientras que los mayoritarios (y nacionalistas) LAB y, sobre todo, ELA están a otras cosas, como blindar y pagar espléndidamente los puestos de trabajo que retribuimos entre todos, o defender la preeminencia del euskera en las convocatorias públicas, aunque sea en detrimento de los servicios que deben prestar. Dice el lehendakari que agrupamos en Euskadi el 50% de las huelgas de España. ¡Toma cupo, Moreno! Un país con los sueldos y las pensiones más altas de la península permanentemente tensionado por los conflictos laborales.

Un país con los sueldos y las pensiones más altas de la península permanentemente tensionado por los conflictos laborales

Así que no puede extrañar que el PNV ni la huela en el terreno sindical. Y a este paso, dentro de nada, en el político. Le va a salvar que tiene el apoyo de los malvados socialistas para mantener Ajuria Enea. Que es lo que le va a faltar a Bildu. Y lo que les seguirá faltando mientras continúen con sus ensoñaciones supremacistas y negacionistas.

Las cosas de comer y las txutxes. Gobernar para los vascos y vascas que existen y son reales, o hacerlo para los vascos imaginarios, de un país imaginario, segregando de paso a la mitad de la ciudadanía.