El Consejero de Educación, Jokin Bildarratz es felicitado por el Lehendakari, Iñigo Urkullu, tras aprobar la Ley de Educación en el pleno del Parlamento Vasco celebrado este miércoles / Adrián Ruiz Hierro - EFE

El Consejero de Educación, Jokin Bildarratz es felicitado por el Lehendakari, Iñigo Urkullu, tras aprobar la Ley de Educación en el pleno del Parlamento Vasco celebrado este miércoles / Adrián Ruiz Hierro - EFE

Opinión

El neoliberalismo vasco según el exlíder de ELA: los ricos ganan y los pobres pierden

28 enero, 2024 05:00

Si le preguntáramos, a bote pronto, a una inteligencia artificial como Chat GPT cuál es el “grave déficit que sufren las políticas sociales” debido a la “práctica del PNV”, esta podría responder fácilmente accediendo al libro "El Modelo Neoliberal Vasco” (Manu Robles Arangiz Fundazioa), escrito por Adolfo "Txiki" Muñoz (Mañueta, 1959), sindicalista que comenzó a militar en el ELA durante el franquismo, participó en el congreso de refundación del sindicato celebrado en 1976 y fue secretario General entre 2008 y 2019, y arrojar datos como los que se muestran a continuación.

La destrucción del Estado de bienestar para la clase media

El PNV, con la inestimable ayuda del PSE, utilizó la crisis económica para llevar a cabo un desmantelamiento progresivo del Estado de bienestar. Para estos gestores, garantizar la protección de los ciudadanos no era compatible con los beneficios empresariales. En 2009 el presupuesto general vasco significaba el 15,6% del PIB. Si en 2020 se hubiese mantenido ese mismo porcentaje se deberían haber destinado 2.135,2 millones más que los que se recogieron en los mismos, una cantidad importante dado que el presupuesto total entonces era de 10.743 millones. 

Entonces, la sanidad suponía un 5,39% del gasto, pero los recortes hicieron que se perdieran 501,7 millones de euros cada año. Ello es especialmente relevante dado que el gasto en salud en la CAPV está a la cola de Europa, que destina de media el 7% del PIB. Por detrás, solo están Chipre, Letonia, Rumanía, Polonia y Hungría. Si se homologase a la media europea, el gasto debería incrementarse en 1.832,7 millones, casi el 50% más del actual.

La tasa de interinidad en el Gobierno Vasco y en el de Nafarroa son las más altas entre las de todas las administraciones públicas del Estado

En Educación sucede otro tanto. Si se mantuviera el gasto del 4,34% del PIB de 2009, habría que haber gastado 656,7 millones de euros más cada año desde 2020. Por detrás de la CAPV en gasto en educación solo quedan Bulgaria, Irlanda y Rumanía. Y un dato más sobre el gasto en Vivienda, que ha seguido reduciéndose pese a que desde el Gobierno se reconoce que el acceso a este bien público es el primer factor de desigualdad y de exclusión social en nuestra sociedad: en 2009 el presupuesto fue de 217,4 millones, casi 70 millones menos que 11 años después.

Incluso a nivel laboral la degradación es notable. La tasa de interinidad en el Gobierno Vasco y en el de Nafarroa son las más altas entre las de todas las administraciones públicas del Estado. En el caso del Gobierno Vasco es del 48% en Educación; del 58% en Osakidetza, y del 44% en Justicia. No existe en Europa una situación similar.

El ataque contra los pobres

La ofensiva neoliberal, evidentemente, no se ha producido solo contra las clases medias. Según datos oficiales, el 40% de las personas que viven por debajo del umbral de la pobreza tienen empleo. Dado que además muchas personas perceptoras de la RGI en la CAPV tienen unas condiciones de trabajo tan miserables, complementan sus nimios ingresos con esta renta. ¿Cómo hemos llegado a este punto? Gracias al exlehendakari Patxi López, que recortó un 7% las cuantías de la RGI, endureciendo además los requisitos de acceso para las personas que más la necesitaban. Y con la colaboración del PNV, que continúa sin cumplir la ley que aprobó en 2008 para mantener esta prestación en el 86% del SMI. La realidad es que en 2021 quedó en 706,21, en vez de 953,17 euros, un 26% menos.

El número de personas bajo el umbral de la pobreza en el colectivo de personas mayores de 65 años se había duplicado en 2021 con respecto al año 2016, pasando de 11.000 a 22.710 personas, afectando sobre todo a las mujeres

Ello es aún más duro para los trabajadores que hicieron posible el desarrollo del que fuera un boyante modelo industrial de crecimiento económico. Y sus viudas, en el caso de los que murieron pronto. El número de personas bajo el umbral de la pobreza en el colectivo de personas mayores de 65 años se había duplicado en 2021 con respecto al año 2016, pasando de 11.000 a 22.710 personas, afectando sobre todo a las mujeres.

Y cuando no es pobreza es la exclusión social, que sufre un 16,3% de la población. En solo tres años, la “sociedad expulsada” ha pasado de 20.000 personas en 2018 a 100.000 en 2021. Otra tanta está en camino de acceder a ese ejército industrial de reserva del que nos hablaba Marx en el capítulo 25 de El capital, pues las medidas del PNV-PSE han provocado un fuerte incremento de los contratos fijos discontinuos y a tiempo parcial (más del 60% del total de los llamados indefinidos), usando las empresas “diferentes mecanismos para adaptarse, buscando los parámetros más baratos”, según reza un análisis de El País.

El retroceso empresarial bloquea la reforma fiscal

Los recortes no son solamente un elección política neoliberal llevada a cabo por los dos socios de gobierno, que está por ver si EH Bildu logra desafiar con su ansiada gran coalición, sino un derivado de la incapacidad de las empresas de gestionar la crisis del modelo vasco sin llevar a cabo una sanguinaria estrategia de lucro y extracción de recursos públicos para llenarse los bolsillo mientras todo se derrumba.

La política del PNV se ha basado en utilizar la pandemia para reducir cualquier barrera fiscal para que las empresas mantenga minimanente su arraigo, provocando que sea imposible aumentar los niveles sociales de bienestar en sanidad, educación, prestaciones sociales, dependencia y en el apoyo a aquellas urgencias

En términos de económia política, primero vino la retirada de los bancos. Kutxabank pasó de tener en cartera 4.000 millones en acciones de empresas industriales a menos de 1.000 millones, eliminó a 1.887 trabajadores (34,21%) y cerró 130 oficinas. Después, la dependencia del mix energético sobre el petróleo y gas, que asciende al 81% mientras que la media en la Unión Europea es del 59%, en sectores hipercompetitivos donde las firmas vascas pierden posiciones en los nuevos mercados verdes, como muestra que las renovables tengan un 9% del mix en comparación con el 15% europeo.

Ante la incapacidad de diseñar una estrategia industrial capaz de liderar el desarrollo vasco, la política del PNV se ha basado en utilizar la pandemia para reducir cualquier barrera fiscal para que las empresas mantenga minimanente su arraigo, provocando que sea imposible aumentar los niveles sociales de bienestar en sanidad, educación, prestaciones sociales, dependencia y en el apoyo a aquellas urgencias. Todo a base de mentiras. Como recuerda Txiki en su libro, en la campaña de las elecciones autonómicas de 2020 Iñigo Urkullu, faltando a la verdad, afirmó que “tenemos una presión fiscal más alta que en España”.

La realidad, escribe el sindicalista, es que la presión fiscal vascal es del 32,2% del PIB cuando la media de la UE es del 40,1% y la española del 34,8%. Y sobre la cantidad de fondos europeos solicitada por el Gobierno Vasco en relación a este déficit de presión fiscal que tiene nuestro país en relación con la UE, utilizada para reflejar lo que se deja de ingresar cada año con la petición de dicho dinero, hablaríamos de un mínimo de 36.000 millones durante los seis años de duración del plan comunitario. Esa menor recaudación, falta añadir, se corresponde, más o menos, con el déficit que padecemos en el gasto social: sobre el PIB de cada territorio, la CAPV tiene 7,9 puntos menos que la media de la UE.

Además, la presión fiscal no ha aumentado durante la crisis de 2008, al contrario que en el resto de países comunitarios. Si fuese similar a la de la media europea, se recaudarían 6.000 millones de euros más en la CAPV, casi la mitad de su presupuesto. Ahora bien, ¿a dónde se dirige ese dinero? Pues a las empresas, diría el bot del exsecretario general de ELA. Y seguiría enumerando datos: la media de recaudación por el impuesto de sociedades en la UE es del 2,66% del PIB, mienetras que en la CAPV lo es del 1,64%; si se igualara la presión fiscal, la recaudación aumentaría en 809 millones de euros. Más. Las principales empresas vascas obtuvieron 1.295 millones de beneficios en 2019, de los que solo pagaron 98,7 millones por el impuesto, el 7,6% del total de beneficios. Otro. Los ingresos  derivados del Impuesto de Sociedades han caído de 2.034 millones a los 1.155 en década y media.

El rol de la política

La crisis en la gobernabilidad del PNV, diría el autor del volumen que recoge todos estos datos, pese a “la propaganda oficial”, es cada vez más palamaria. Y, añadiría, la incapacidad de EH Bildu y Podemos para confrontarla y proponer una alternativa verdaderamente progresista, de esas que nos hace avanzar como sociedad, no adaptarnos a lo existente, se hace más evidente a medida que se acercan las elecciones.

“En momentos puntuales Unidas Podemos y EH Bildu se han dirigido críticas recíprocas por las decisiones que adoptaban"

Por disciplina sindical, los ex no hablan una vez han dejado los cargos, y mucho menos si se ha sido Secretario General durante 11 años, por lo que “Txiki” nunca podrá responder en una entrevista si está de acuerdo o no con esta afirmación. Pero esa es la conclusión que desprende de su magnífico trabajo, especialmente de frases como las siguientes:

“En momentos puntuales Unidas Podemos y EH Bildu se han dirigido críticas recíprocas por las decisiones que adoptaban. Lo más significativo es que aquellos acuerdos no implicaban cambios en el contenido neoliberal de las políticas, ni siquiera transicionales con un mínimo contenido real. Las dos fuerzas políticas, eso sí, mantenían una retórica de izquierda, pero sin que la misma se reflejase en los acuerdos que apoyaban; retórica que tendría por objeto mitigar los efectos de su apoyo a la gobernabilidad neoliberal en sus respectivas bases sociales, así como alimentar la competencia electoral.”

¿Apoyo a las reglas de estabilidad presupuestaria? “Unidas-Podemos y EH Bildu en Madrid votaron a favor de la regla del techo de gasto en todas las administraciones”. Al igual que los fondos europeos, “condicionada a la implementación de reformas y recortes”. ¿Cogobernar con un partido corrupto que “corroe el tejido político y ecónomico vasco”, para “poder traccionar procesos de transformación”, como diría Pello Ochandiano, sin al mismo tiempo “minar la confianza en las instituciones y perpetuar un círculo vicioso donde los intereses privados y el poder económico influyen desproporcionadamente en la toma de decisiones políticas”? Tal vez no sea posible. De hecho, estoy seguro de que “Txiki” aconsejaría pensarse dos veces esta estrategia, pues lo más sencillo, dados los límites estructurales del modelo, esr que el PNV se recupere de sus crisis orgánica.