Carreras de fondo contra sprints
Uno de los elementos más importantes a tener en cuenta en una campaña electoral son los tiempos de esa campaña. Normalmente, los políticos tienen mucha prisa por comenzar a hacer campaña, incluso cuando aún los plazos legales de dicha campaña no se han activado. Es una de los efectos más perversos de nuestra democracia, los partidos cada vez comienzan antes las campañas electorales para hastió de los electores, cansados del ruido electoral y de la sobre estimulación que suponen esos periodos.
Precisamente en Euskadi, estamos viviendo algo extraordinario. Sin una fecha para las elecciones, ya tenemos la campaña encima de la mesa y prácticamente todos los partidos tienen a pleno rendimiento sus aparatos comunicativos.
Evidentemente, el contexto de renovación de liderazgos ha determinado el inicio no oficial de la campaña. Ante nuevos líderes y candidatos es normal que los tiempos electorales se adelanten ya que los partidos hacen esfuerzos por dar a conocer a sus representantes, pero lo que ha sucedido en Euskadi es bastante inquietante.
Eneko Andueza que ha planteado su campaña como una carrera de fondo frente a Pello Otxandiano e Imanol Pradales que parecen haber establecido unos tiempos más de sprint
Alguien podría datar el inicio de la campaña en la filtración de que el actual Lehendakari no repetiría como candidato, pero sería faltar a la verdad, porque en ese momento ya había un candidato (incluso oficial) que ya estaba campaneando por redes sociales y medios de comunicación. Hablo de Eneko Andueza que ha planteado su campaña como una carrera de fondo frente a Pello Otxandiano e Imanol Pradales que parecen haber establecido unos tiempos más de sprint.
Eneko Andueza comenzó su campaña cuando aún no conocíamos a sus contrincantes. La decisión pudo venir empujada porque su partido ya le había designado como candidato o porque los números de conocimiento y valoración de su figura no se acercaban a su antecesora, Idoia Mendia. El PSE vio entonces la necesidad de comenzar rápido su campaña de promoción de la marca candidato.
Las campañas de largo recorrido tienen varias virtudes y algunos peros que voy a comentar y que creo que pueden afectar negativamente a Andueza.
Como parte positiva, una campaña de largo recorrido, encontraríamos que no hay nadie más haciendo campaña y por tanto se saca al candidato del circuito de la criticas destructivas y ataques del resto de fuerzas políticas y que no genera una sobre estimulación. El votante aún no está cansado de impactos electorales y tiende a prestar más atención que cuando tiene demasiados impactos. Además, Andueza ha podido marcar el tempo de la agenda de discusión en esos primeros meses y buscar declaraciones que llegasen a los medios y pudiesen darle a conocer. El ejemplo más claro son sus declaraciones sobre los posibles pactos con EH Bildu. Consigue mucho espacio en los medios de comunicación y eso aumenta su conocimiento entre el electorado.
Si un partido tiene muchos recursos y los organiza bien puede jugar bien este tipo de campañas, pero si no lo hace corre el riesgo de desgastarse y llegar sin fuerza cuando la campaña requiere más intensidad
Por el contrario, una campaña de largo recorrido tiene ciertos inconvenientes. En primer lugar, son campañas caras. Si un partido tiene muchos recursos y los organiza bien puede jugar bien este tipo de campañas, pero si no lo hace corre el riesgo de desgastarse y llegar sin fuerza cuando la campaña requiere más intensidad. Además, una campaña de fondo, normalmente, se hace con poco análisis previo y poca guía estratégica. En mi opinión, esto ha producido en la campaña de Andueza un error. La falta de análisis ha hecho que Andueza se presente como un posible Lehendakari, cuando los datos y tendencias dicen que eso es algo casi imposible.
En cualquier caso, Andueza tiene el problema de haber empezado demasiado pronto su campaña electoral y cuando los otros candidatos han irrumpido en el escenario, el PSE ha tenido ya sus primeros síntomas de agotamiento.
Por otro lado, tendríamos a EH Bildu y PNV que han optado por una campaña de sprint (pero sin atenerse a los tiempos legales de campaña).
Los soberanista, comenzaron su campaña antes que el PNV y optaron para dar a conocer a su candidato por una estrategia similar a la del PSE. Vincular su imagen a una declaración, idea o argumento de alto impacto mediático y que se vinculase rápidamente con su imagen. Así Otxandiano lanzó aquello de “que gobierne la lista más votada” (con sus matices). La verdad es que la táctica les ha funcionado y Otxandiano ha ocupado buena parte de los espacios mediáticos, otra cosa es que pueda mantener la afirmación durante toda la campaña o el día después de la elección.
Por su parte, Pradales (último en aparecer en escena), también ha tenido una irrupción al sprint y ha llenado medios de comunicación con entrevistas. Sin embargo, Pradales ha marcado una diferencia fundamental con respecto a sus competidores.
El candidato jeltzale pretende lograr una vinculación más emocional con el electorado, sabedor de que al cerebro del votante se llega a través de las emociones
Mientras Andueza y Otxandiano han optado por una estrategia más política e ideológica, vinculando sus imágenes a argumentario político, Pradales ha optado por dar a conocer su persona sin tanta carga política o ideológica y sí, más personal.
Pretende, el candidato jeltzale, lograr una vinculación más emocional con el electorado, sabedor de que al cerebro del votante se llega a través de las emociones y que las emociones de ámbito personal son más vinculantes que las emociones que se transmiten desde la política.
En cualquier caso, el error de su estrategia podría ser una sobre carga de impactos comunicativos que saturen al espectador y puedan producir en la imagen de Pradales un aspecto demasiado pomposo del que luego cuesta mucho desprenderse cuando toque entrar al barro político.
Estas son varias estrategias de gestión de los tiempos electorales, una más de largo recorrido (que puede ser muy desgastante para el equipo y el candidato) y otras dos más de sprint en las cuales los candidatos corren el riesgo de saturar a los electorados. Todo esto, hemos de recordar, sin tener aun una fecha para la cita electoral más importante de las últimas décadas.