La última vez que la gabarra surcó la Ría de Nervión, hace 40 años / EFE

La última vez que la gabarra surcó la Ría de Nervión, hace 40 años / EFE

Opinión

Lo que Rubiales nunca entendería

11 abril, 2024 05:00

Ya no habrá que contárselo porque lo vivirán. Las nuevas generaciones de aficionados y aficionadas del Athletic verán hoy de primera mano lo que significa "la gabarra". Comprobarán que no es un sueño, que no es algo de lo que todo el mundo habla, que aparece en fotografías y en imágenes de televisión pero que en realidad es una ideación, algo que unos cuantos locos imaginaron pero que nunca sucedió. Han esperado tanto para verla, 40 años, han escuchado tantas historias, anécdotas, susedidos (como se dice en Bilbao) de aquellos gloriosos años 80 que seguramente pensaban que no podía ser real. Pero lo es. 

La Gabarra, esa humilde embarcación que la RAE define como un barco pequeño y chato destinado a la carga y descarga de mercancías, tiene para la afición rojiblanca un significado mucho más profundo. Es la barca de Teseo, ese mito de la Antigua Grecia que nos hace reflexionar acerca de la identidad. Y si algo transmite La Gabarra es sentimiento de pertenencia e identitario

Esta leyenda del barco de Teseo viene a contar la historia de una tripulación que navegaba en una nave bastante vieja. Durante su travesía desde la isla de Creta fue dañándose y obligando a sustituir las piezas rotas por otras mejores o a colocar las reparadas en otros lugares. Cuando llegaron a puerto el barco había sido casi totalmente modificado. ¿Podríamos decir que el barco era el mismo que salió de Creta? Ahí está la cuestión. Cambiaron las piezas, se renovaron o actualizaron, pero su esencia, su identidad, era la misma. Aristóteles también quiso dar respuesta al dilema de la barca de Teseo y concluyó que mientras un cuerpo u objeto, por más reconstruido que esté, siga manteniendo su causa final, seguirá siendo el mismo. 

Si algo transmite La Gabarra es sentimiento de pertenencia e identitario

Eso es precisamente lo que sucede con el Athletic y su afición. Intentar poner en palabras lo que significa el famoso "sentimiento Athletic" es bastante complicado. Solo soy capaz de definirlo como un conjunto de emociones profundas capaces de alterar el día a día de todo un país y que ayuda a olvidar los problemas, grandes o pequeños, de aquel o aquella que lo sienta. Cuando pase la ola emocional esos problemas volverán, pero durante un tiempo más o menos largo habrán mejorado nuestro estado. Y sobre todo, habrá contribuido a fomentar la amistad, paliar la soledad y hacernos sentir que pertenecemos a una comunidad en la que los valores del deporte tales como la igualdad, la perseverancia, el trabajo en equipo, la equidad y el respeto son los prioritarios. 

Si eres del Athletic, las diferencias que puedas tener con otras personas o grupos quedan diluidas. Recuerdo una entrevista con el responsable de proyectos de la Fundación Athletic, Galder Reguera. Charlé con él con motivo de la publicación de su libro titulado "Libro de familia" y, cómo no, terminamos hablando del equipo. Me dijo algo en lo que yo no había reparado nunca pero que me abrió los ojos ante una realidad cierta.

El "sentimiento Athletic" es un conjunto de emociones profundas capaces de alterar el día a día de todo un país y que ayuda a olvidar los problemas

Durante los años duros que vivió Euskadi, los del plomo, aquellos en los que la banda terrorista ETA marcaba la agenda social, económica y política vasca, lo único que unía sin fisuras a la sociedad vizcaína era el Athletic. Ahí no valía la ideología, si eras de un palo o de otro o si tu partido apoyaba un modelo de país y otro. Ser del Athletic era, es, sinónimo de no cuestionar tu ideología. Perteneces. Eres un tripulante más de esa barca de Teseo que funciona sin motor, simplemente impulsada por miles de corazones y su voluntad. No creo que haya otro equipo en España capaz de generar ese sentimiento. 

Esto es lo que nunca entendería gente como Luis Rubiales y todos aquellos que utilizan el deporte, y más concretamente el fútbol, para lucrarse, para ganar dinero de forma ilegal, para blanquear regímenes autoritarios en los que los derechos humanos importan un pepino pero que tan nefastos dirigentes utilizan para llenar sus arcas. Jamás entenderán que sentir que perteneces a un Club con valores te engrandece como persona, como sociedad y como país. 

Ser del Athletic era, es, sinónimo de no cuestionar tu ideología. Perteneces

Todo esto hay que explicárselo a los miles y miles de niños y niñas que hoy verán pasar La Gabarra. Sin darse cuenta van a interiorizar una forma de ser y de vivir que va a marcar una parte importante de su vida. No está de más que se lo expliquemos para que digan con orgullo: soy del Athletic. 

Eso sí. Cuando las mujeres del Athletic femenino vuelvan a ganar la Liga de Primera División, como ya han hecho en cinco ocasiones entre el 2003 y el 2016, espero que nadie mire hacia otro lado y la gabarra sobre la que surcarán hoy la ría los hombres lo haga también con las mujeres. Tenemos una asignatura pendiente.