La sobreactuación es un arte difícil. Puedes dejar escenas inolvidables, como el tango de Al Pacino en Esencia de mujer, o el mutis de Jim Carrey en El show de Truman, o pestiños infumables como casi todas las pelis de Eddie Murphy. O cualquier comparecencia del líder de la oposición.
Mafia o democracia, clama Feijóo y apostilla con un llamamiento a Sánchez que en su cabeza —o en la de su asesora— sonaba increíble ¡Ríndase a la democracia! Todo ello como telonero de la más querida por el público, Isabel Díaz Ayuso, que advierte seriamente —es decir sin reírse— que las dictaduras entran a sorbos, como el champán de Juan Pardo, y como muestra ahí está el cambio de nombre la Universidad del País Vasco, que sigue llamándose Universidad del País Vasco aunque en su logo solo figure EHU, siglas de Euskal Herriko Unibertsitatea.
La sobreactuación tiene un peligro importante, que no te tomen en serio. Que te vean como un farsante. Que a la tercera vez que anuncias que viene el lobo ya no acuda nadie, o casi nadie, a la Plaza de España. De la misma manera que una obra literaria, teatral o cinematográfica no puede estar todo el tiempo en el hype de la tensión y el drama, y debe dar descansos narrativos que permitan coger aire, en política no se puede estar todo el tiempo anunciando el apocalipsis, a no ser que quieras que te confundan con un testigo de Jehová o un mormón.
Y eso es exactamente lo que el PP ha escogido como estrategia política para que Feijóo, finalmente, quiera y pueda gobernar. Da igual que los datos económicos no acompañen al diagnóstico. Da igual que los tuyos te avisen de que las generales no se ganan solo con la crispación y las terracitas del interior de la M30, que hacen falta votos catalanes y vascos. Da igual que llegue un nuevo verano y la gente esté pensando en como lo va a pasar. Todo da igual ante la realidad alternativa y distópica que alguien —llamemosla fachosfera— se ha inventado y que la dirección del PP ha comprado.
No entiendo de qué manera centrada gobernaría Feijóo sin mayoría absoluta y dependiendo de los votos de VOX
No entiendo, o acabo de entender el viaje al centro que anuncia Feijóo y sus voceros días después de pactar con VOX los presupuestos en varias autonomías a cambio de comprar la agenda ultra del partido ultra. No entiendo de qué manera centrada gobernaría Feijóo sin mayoría absoluta y dependiendo de los votos de VOX —es lo que dicen las encuestas— una vez rotos los puentes con los separatistas irredentos que se empeñan en hablar leguas minoritarias. No entiendo que es lo que consiguen los populares para los ciudadanos de las comunidades que detentan, rechazando las ayudas del gobierno social, comunista y separatista para paliar el problema de la vivienda. Pero qué sabré yo.
Mafia o democracia. Y un día después empiezan a salir audios de María Dolores de Cospedal —ex ministra de Defensa, ex presidenta de Castilla La Mancha o ex secretaria general del Partido Popular, entre otras cosas—, en animada charleta con el policía fascista Villarejo urdiendo cositas cloaqueras y hablando —figuradamente quiero suponer— de matar a un fiscal. Y quiero recordar que hace unas semanas esta señora compareció ante el Senado y negó toda relación con estas sordideces. Es decir, presuntamente, mintió.
Mafia o democracia, cuando el juez acaba de dejar en libertad condicional al que fue número dos del Ministerio de Interior de la época de M punto Rajoy. Este señor ha admitido que se inventaban cosas turbias contra Podemos, que luego impresentables propagandistas del caos —me niego a llamarles periodistas— se dedicaban a pasear por las tertulias.
Por cierto, este señor, Francisco Martínez, fue detenido por orden de una juez que investiga cositas como blanqueo de capitales, organización criminal, descubrimiento y revelación de secretos, particularmente allanamiento o intrusismo en un sistema informático así como apoderamiento y cesión de datos reservados.
No sé yo si son los indicados para hablar de Mafia o democracia
Y paro el ventilador. Pero los casos aislados son incontables en el PP y las sospechas de otros, y las certezas, aumentan cada día. No sé yo si son los indicados para hablar de Mafia o democracia. Ellos siempre han elegido la primera.
Si emuláramos a la Vida de Brian y nos preguntáramos en voz alta, ¿qué ha hecho el PP por nosotros? Me temo que el silencio sería palpable, estruendoso o atronador. Elijan ustedes el oximorón que prefieran.
Es verdad. No todo lo que reluce en la banda del gobierno del Perro es oro. Ni mucho menos. Y espero y quiero que limpien la porquería. Pero oigan, no me vacilen con la Mafia, que como bien sabemos, señores de la derecha, siempre se sienta a su mesa. Frente a su sálvese quien tenga, yo me quedo con todas esas cosas, pequeñas, silenciosas. Con esas yo me quedo. Grande Pablo.
Así que, por si no nos vemos, ¡buenos días, buenas tardes y buenas noches!, y haciendo una reverencia, hago mutis por el foro.