Junio ha empezado con la celebración de 2 de esos días mundiales que ya abarcan todo tipo de temas y circunstancias. ¿Sabían ustedes, por ejemplo, que hay un Día Mundial del Retrete? Pues sí, no es ninguna broma, es el día 19 de noviembre. Confieso que esta saturación de efemérides me ha hecho ser un poco escéptico en cuanto al impacto de sus celebraciones, sin embargo, aunque este impacto sea limitado, creo que, algunas veces, sirven para poner el foco en los retos trascendentales a los que nos enfrentamos como sociedad.
Este ha sido el caso de los 2 celebrados esta pasada semana: el Día Mundial del Medio Ambiente y el Día Mundial de los Océanos. En esta edición, las dos jornadas han estado unidas por un hilo argumental común: la enorme contaminación que generan los plásticos. Este ha sido el tema central de la primera de las celebraciones y uno de los grandes problemas al que se enfrentan los océanos, que reciben más de 11 millones de toneladas de plástico anualmente.
Los océanos son una parte esencial de nuestro medio ambiente. Producen más del 50% del oxígeno de la Tierra y absorben más del 26% del CO2. Precisamente, este incremento como sumidero de carbono está generando un cambio en las condiciones del agua que está provocando una importante pérdida de biodiversidad marina.
Me parece esencial dejar de poner el foco en los problemas para ponerlo en los causantes, todos nosotros a través de un estilo de vida y una economía que se ha mostrado ineficiente y depredadora de la naturaleza
No les voy a aburrir con datos que reflejan la delicada situación de nuestro medio ambiente y la progresiva degradación de nuestros mares. Creo que resulta evidente para cualquier que tenga ojos y oídos. Sin embargo, sí que me parece esencial dejar de poner el foco en los problemas para ponerlo en las causas y, sobre todo, en los causantes, que somos todos nosotros a través de un estilo de vida y una economía que se ha mostrado ineficiente y depredadora de nuestro bien más preciado, la naturaleza que nos rodea, nuestro hogar.
Hay que dejar la contemplación para pasar a la acción, es más, para acelerar esa acción, porque cada vez nos queda menos tiempo. Así que creo que la mejor manera de celebrar estos 2 días mundiales es mostrando ejemplos claros de acciones que se desarrollan en nuestro entorno y que trabajan a favor de acelerar una transición ecológica fundamental para nuestra supervivencia.
La descarbonización de nuestras empresas es un aspecto clave para reducir las emisiones efecto invernadero y para mejorar su competitividad en la nueva economía baja en carbono que está liderando Europa. De eso va el Clean Industrial Deal de la UE, de incrementar la circularidad de la industria y reducir al máximo su impacto en el medio ambiente a la vez que se incrementa su eficiencia.
Este es uno de los objetivos que ha repetido hasta la saciedad el departamento que dirige Mikel Jauregi y que ya están practicando muchas empresas vascas y multinacionales afincadas en el territorio, transformando su producción de una manera integral y reduciendo al máximo su huella ecológica. Esto pasa por cambios en el mix energético del que se abastecen, la eficiencia de sus instalaciones, el consumo de agua, el aprovechamiento de sus residuos o el ecodiseño de sus productos.
Para facilitar el pacto de las renovables es esencial que desde Gobierno vasco se apruebe un PTS de renovables que diga claramente donde se pueden ubicar este tipo de instalaciones
En la descarbonización de nuestra economía juega un papel fundamental el incremento de la producción de energías renovables, un asunto que sigue pendiente de resolver en Euskadi y que pasa por un pacto de país para desarrollar nuevas instalaciones que nos permitan dejar la cola de las regiones con menos generación de energía limpia. Para facilitar ese pacto es esencial que desde Gobierno vasco se apruebe de una vez por todas un PTS de renovables que diga claramente donde se pueden ubicar este tipo de instalaciones.
La mejora de nuestro medio ambiente pasa también por detener la enorme pérdida de biodiversidad y por ganar terreno para la naturaleza en las ciudades, gracias a la construcción de nuevas infraestructuras verdes y a una nueva concepción del espacio público y de las edificaciones en general para introducir el verde de una manera integral. Una buena parte de la adaptación de nuestros municipios al cambio climático depende de este aspecto. También el sector de la movilidad y el transporte es crucial para conseguir un cambio de tendencia.
En este sentido, la movilidad sostenible es la única alternativa y, por eso, proyectos como la nueva línea de cercanías que recorre con mejores frecuencias, la Llanada Alavesa entre Miranda de Ebro y Alsasua, es una excelente noticia.
Otros aspectos como la rehabilitación energética de nuestro obsoleto parque de viviendas son claves también para seguir reduciendo nuestra huella ecológica, a la vez que generamos otro tipo de economía y riqueza que nada tiene que ver con la sobreexplotación de nuestros recursos.
Como decía al principio, puede que estos días mundiales no tengan mucho impacto en la opinión pública, pero no por ello dejan de ser necesarios e imprescindibles para impulsar acciones o proyectos que tienen que desarrollarse a lo largo del año.
Está muy bien y es necesario visualizar y poner en contexto la dimensión del problema, pero creo que cada vez es más importante poner en valor los esfuerzos públicos y privados que se hacen para afrontar esos enormes retos. El vaso todavía no está medio lleno, pero el “agua” empieza a subir de nivel y esto es una excelente noticia para contagiar a todo el tejido productivo y al resto de la sociedad.