Dos visitas en una sola semana son las que nos va a girar el libertario presidente argentino, Javier Milei. Visitó España el pasado fin de semana para acudir al Economic Forum, una reunión de economistas, empresarios, políticos y ex políticos a los que les une no solo su tendencia liberal, sino también su posición a la derecha de la derecha, es decir, en la ultraderecha.

No nos olvidemos de la presencia en el acto del presentador de televisión Iker Jiménez. Participó en el evento con una ponencia sobre la crisis de los medios de comunicación, su pérdida de credibilidad y la concentración de la información. La charla la finalizó al grito de "¡Viva la libertad, carajo! Nada más que añadir".

La siguiente visita será mañana viernes 13 cuando el líder de la motosierra reciba el premio Escuela de Salamanca de la asociación liberal española llamada El Club de los Viernes. Entre visita y visita, el clonador de dogos habrá aprovechado para reunirse con la italiana Meloni, el español Abascal o el líder de los genocidas, Netanyahu.

Una movilización histórica que tras una serie de feminicidios sacó a la calle en 2015 a más de 200.000 personas para decir basta ya

Coinciden las visitas de Milei a España con la celebración en Argentina de los diez años del movimiento Ni una más, una movilización histórica que tras una serie de feminicidios sacó a la calle en 2015 a más de 200.000 personas para decir basta ya y activar la cuarta ola del feminismo.

Entonces, el asesinato a manos de su novio de una adolescente de 14 años embarazada fue la gota que colmó el vaso del sufrimiento y provocó la reacción de actrices, políticas, artistas, empresarias, referentes sociales y mujeres de todo el país al grito de "No vamos a alzar la voz? ¡Nos están matando!"

En estos diez años de andadura, el movimiento Ni una más ha continuado su lucha contra los feminicidios y ha abierto nuevos frentes como combatir la violencia económica o impulsar la marea verde en favor del aborto.

El gobierno de ultraderecha de Milei sostiene que el feminismo es una distorsión del concepto de igualdad

Paso a paso, sin pausa y sumando activistas en todos los países del mundo, el movimiento se encuentra ahora con un nuevo escenario político. El gobierno de ultraderecha de Milei sostiene que el feminismo es una distorsión del concepto de igualdad, que solo busca privilegios, que su agenda es asesina y sanguinaria en referencia al aborto o que la ideología de género es cosa de pedófilos.

Cuestiona que si uno mata a una mujer sea un feminicidio y critica que conlleve una pena más grave que si uno mata a un hombre. Sus propuestas se centran en eliminar la figura legal del feminicidio, los cupos laborales para minorías sexuales, la paridad y las políticas contra la discriminación hacia la mujer y las diversidades sexuales.

Las visitas de Milei a España y sus reuniones con líderes políticos de este país me resultan altamente inquietantes. Santiago Abascal, líder de VOX, ha lanzado discursos tan antifeministas como los emitidos por el argentino. Que si la ideología de género, las feminazis, la extinción del macho ibérico y su sustitución por el macho magrebí, que si las leyes benefician a las mujeres que denuncian la violencia que se ejerce sobre ellas, mientras que los hombres agredidos no tienen respaldo, etc, etc, etc. Lugares comunes del populismo, ese que propone soluciones sencillas a problemas complejos y que nunca llegan a solucionar nada, sino que lo enfangan aún más.

Hace muchos años que Simone de Beauvoir nos advirtió de la posibilidad de que los derechos de las mujeres nunca se den por sentados

La situación mundial, con líderes poderosos enfrentándose a líderes multimillonarios, pero todos dispuestos a continuar con sus privilegios hegemónicos, nos hace recordar a mujeres como Simone de Beauvoir. Hace muchos años que nos advirtió de la posibilidad de que los derechos de las mujeres nunca se den por sentados, sino que pueden ser cuestionados y eliminados en tiempos de crisis.

Parece que vamos hacia ese negro destino si no ponemos pie en pared y salimos a la calle para gritar alto y claro “Ni una más” y para continuar defendiendo unos derechos que algunos dan por conseguidos sin poder demostrarlo.

Es necesario mantener prendida la llama que hace diez años encendieron las 200.000 personas que se echaron a la calle en Argentina para marcar una agenda feminista que aún sigue sin cumplirse.

Una década después, el país está gobernado por un hombre ultraderechista y negacionista de esa agenda de la igualdad, hombre que se reúne con otros libertarios tan cercanos a nosotras como quien lidera la tercera fuerza política española.

Su ideología, contraria a los avances de las mujeres, se extiende como una mancha de aceite de mala calidad. Que no se apague esa llama que hace diez años grito "Ni una más".