Gobernar una ciudad en minoría se está convirtiendo en costumbre para Gorka Urtaran. El hijo de la mano derecha de Cuerda lleva siete años rigiendo los destinos de la capital de Euskadi con aritméticas distintas y aguantando un equilibrio de poderes más que complicados. Ahora la demoscopia sigue sonriéndole, aunque con una mueca algo menos abierta por la cercanía de EH Bildu según el panel electoral de EM-Electomanía para Crónica Vasca.
La legislatura de la pandemia en Vitoria tiene otro apellido en la capital alavesa: y del BEI. El autobús eléctrico de Irizar, un proyecto 'made in Urtaran', ya es una realidad, pero sigue contando con un importante grupo de detractores en la ciudad, que ven en el bus eléctrico inteligente una maquinaria que solo entorpece el tráfico en Vitoria y que no es operativa. Sin embargo, lo que muchos vieron como la maquinaria que iba a cavar la tumba política de Urtaran no parece haberle costado rédito a un alcalde que, de momento, mantendría sus siete concejales y hasta vería crecer su intención de voto.
En su primera entrevista del curso político, el alcalde ya mostró su confianza en que el bus eléctrico funcionase. "Con el BEI es como cuando una persona quiere hacer dieta, sabe que tiene que hacerla y el día que le toca empezar se enfada, porque incomoda. Pero va a ser un acierto, un referente para otras ciudades", afirmó un Urtaran que ahora ha visto cómo Eneko Goia ha mostrado su interés por copiarlo en San Sebastián.
Junto al BEI, la legislatura se lleva como punto positivo una encomienda de gestión que acerca el TAV a Vitoria con 2027 como la fecha en el horizonte de la capital de Euskadi. Como adelanto, los vitorianos van a ver cómo su trayecto a Madrid se acorta a partir de julio en algo más de 40 minutos cuando la alta velocidad llegue a Burgos. A diferencia de Aburto, el alcalde de Vitoria sí tiene claro el apoyo de la Diputación de Álava.
En el capítulo industrial el cierre de URSSA es quizá la mancha más grande que se lleva el alcalde de Vitoria, que se ha topado con la oposición política a la hora de recalificar los terrenos del Campo de los Palacios. En el lado opuesto, el regidor de Vitoria se puede apuntar el éxito de Basquevolt con el interrogante de la inversión de Mercedes en la planta alavesa como la incógnita a despejar en las próximas semanas. Los sindicatos, por el momento, se mantienen en sus reclamaciones sobre la flexibilidad y la indexación de sus salarios al IPC y encaran otra semana con huelgas tras el "histórico" paro de la semana pasada.
Sin mayoría y con Podemos más debilitado
Con una sola candidata confirmada oficialmente -Rocío Vitero, de EH Bildu, aunque está absolutamente descontada la designación de Ainhoa Domaica por parte del PP-, está todavía por ver incluso si el propio Urtaran opta por repetir una cuarta legislatura como candidato jeltzale para ser alcalde por tercera vez. De hacerlo, el resultado electoral, en cualquier caso, le dejaría de nuevo en minoría para gobernar. La coalición con el PSE seguiría sumando 13 concejales y su socio para cuadrar mayorías, Elkarrekin Podemos, tendría un asiento menos en el pleno: dos en vez de los tres actuales.
Fuera de ahí, si se repiten los resultados, solo tendrá a EH Bildu y al PP para acuerdos puntuales. De hecho, queda pendiente conocer también quién será el candidato morado a la alcaldía de Vitoria. Hay que recordar que Óscar Fernández pertenece a Equo y que la formación ecologista ya fue separada de Elkarrekin Podemos a los comicios autonómicos, donde José Ramón Becerra no consiguió ningún escaño en el Parlamento vasco. Habrá que ver si los verdes vuelven a entrar en las cábalas de Podemos para las municipales -buena parte de ello dependerá de las propias intenciones de Yolanda Díaz a nivel nacional- o no. Y en caso negativo, ver quién sería la apuesta de Podemos: si el partido se decantaría por Garbiñe Ruiz o buscaría otros rostros para lanzarlos a una campaña que, en cualquier caso no será fácil.