Imagen del juicio celebrado este mircoles con presencia de los dos sectores de EA. / EFE

Imagen del juicio celebrado este mircoles con presencia de los dos sectores de EA. / EFE

Política

EA se consume en los tribunales entre acusaciones de venganza y falta de democracia

Eusko Alkartasuna dirime en dos juicios la batalla entre sus dos sectores: la actual dirección y los críticos. La formación, integrada en Bildu, vive la peor crisis de su historia

17 noviembre, 2022 05:00

Eusko Alkartasuna (EA) va consumiéndose en un sinfín de juicios que enfrentan a los dos sectores del partido. La dirección actual, encabezada por Eva Blanco, y el grupo de críticos, liderados por Maiorga Ramírez, se vieron las caras este miércoles en los juzgados de Vitoria. Y volverán a vérselas este jueves. Ambos 'bandos', cuya relación se antoja irreconciliable, dirimen en los banquillos de los tribunales la batalla definitiva de la peor crisis de esta formación política integrada en EH Bildu

Esta batalla que incluye acusaciones mutuas de venganza y de falta de democracia -las mismas que profirieron unos y otros este miércoles- puede alcanzar su cénit este jueves, porque una juez tiene que decidir si toma medidas cautelares sobre el congreso extraordinario que la actual dirección convocó por sorpresa para este mismo fin de semana. Unas medidas que podrían llegar a la suspensión del mismo

El juicio iniciado esta semana en Vitoria trae causa de la demanda presentada por Maiorga Ramírez y otros tres dirigentes del sector crítico por la decisión de la Ejecutiva Nacional de EA de retirarles la condición de afiliados durante 4 años. El pasado mes septiembre el juzgado ya admitió a trámite la solicitud de suspensión cautelar de estas expulsiones. 

Una guerra desde 2017

Tal y como ya informó este diario, EA vive una suerte de crisis perpetua desde 2017, cuando la militancia eligió por pocos votos a Pello Urizar como líder frente a la candidatura del citado Maiorga Ramírez. La marcha del vencedor causó otra embrollo no menor en 2019, cuando el propio Ramírez se enfrentaba a la mentada Blanco en las primarias el control del partido.

El perdedor impugnó aquel proceso por presuntas irregularidades cometidas por Blanco y su equipo. Desde entonces, la situación del partido roza lo insostenible. Juicios, acusaciones y peleas en las que se entremezclan las nefastas relaciones personales y las diferencias políticas. Entre ellas, por ejemplo, el papel que debería jugar EA dentro de Bildu. Los críticos consideran que la voz del partido no se escucha y reclaman más protagonismo en la coalición. La dirección, en cambio, considera que las cosas van viento en popa

El congreso 'doble' de febrero

La guerra civil de EA mutó ya hace tiempo en guerra judicial. Sin ir más lejos, el pasado junio el citado juzgado de Vitoria decretaba la suspensión de todos los acuerdos adoptados en el Congreso Nacional de Eusko Alkartasuna celebrado el pasado febrero y los nombramientos realizados en él, entre ellos el de Eva Blanco como secretaria general de la formación. 

En aquel cónclave ya se vivió un momento cercano al surrealismo. Porque las bases cercanas a la dirección celebraron el congreso propiamente dicho mientras los miembros del sector crítico, incluido el fundador del partido, Carlos Garaikoetxea, celebraron una suerte de asamblea paralela en otro lugar al mismo tiempo. 

La división sigue igual

En este contexto, la vista de este miércoles en Vitoria, a solo unos días del congreso extraordinario convocado por la dirección, volvió a evidenciar las profundas diferencias entre unos y otros. Tal y como informó Efe, la secretaria general de EA, Eva Blanco, defendía que la dirección de su partido actuó "bien" en el proceso que culminó con la suspensión de afiliación a cuatro dirigentes del sector crítico.

Ellos, por el contrario, afirmaban que lo sucedido fue un acto de "venganza" plagado de "irregularidades" y pidieron una vez más que esa "expulsión" quede sin efecto. Después, en un comunicado, este sector expresaba que en la vista "ha quedado clara nuestra indefensión" y "las numerosas irregularidades" perpetradas durante el proceso de expulsión que decidió la dirección.