Sara Buesa: "La sociedad tiene el deber de reparar todo ese daño del que se fue parte o testigo"
La hija del portavoz de los socialistas vascos en el Parlamento de Euskadi, Fernando Buesa, ha recordado a su padre y a su escolta, Jorge Díez, 23 años después de su asesinato
22 febrero, 2023 22:0223 años después de su asesinato a manos de la banda terrorista ETA, Fernando Buesa y su escolta, Jorge Díez, han sido homenajeados este miércoles por la sociedad vasca, familiares y amigos. A la ofrenda floral que ha tenido lugar junto al monolito que se levantó en recuerdo de Buesa y Díez en el lugar en el que ambos fueron asesinados el 22 de febrero de 2000 mediante un coche bomba, le ha seguido un In memoriam en el Palacio de Congresos Europa que, bajo el lema 'Reconocer para reconocernos', ha contado también con la participación del periodista Jon Sistiaga.
Un año más, Sara Buesa, la hija del que fue vicelehendakari del Gobierno Vasco, diputado general de Álava y portavoz del PSE-EE en el Parlamento Vasco, ha sido quien en nombre de la Fundación Buesa ha reflexionado sobre todo lo que como sociedad debemos afrontar tras años de violencia terrorista. "Por mucho que pasen los años, el daño permanece, profundo e irreparable. Sigue intacto lo que amé de aita. El recuerdo de nuestros últimos momentos juntos. El desgarro por su vida arrebatada. La huella de su ausencia", ha asegurado.
Recuerdo a los 300 asesinatos sin resolver
Fue un 22 de febrero del año 2000 cuando los miembros de ETA, Asier Carrera y Luis Mariñelarena, cumpliendo las órdenes de Xabier García Gaztelu, alias Txapote, colocaron 20 kilos de explosivos en una furgoneta. Vehículo del que se apartaron y vigilaron hasta que a primera hora de la tarde el entonces portavoz de los socialistas vascos en el Parlamento de Euskadi, Fernando Buesa, y su escolta, Jorge Díez Elorza, se aproximaron. Y los terroristas activaron los explosivos para perpetrar el doble crimen.
"Cada 22 de febrero me asomo al abismo y respiro el vértigo. El tiempo se detiene y me transporto a aquel martes lluvioso de febrero. Es una fecha grabada para siempre por el asesinato de aita y Jorge. ¿Sabéis que, de los 365 días del año, 318 están señalados por asesinatos terroristas? Es un calendario negro del terror, en el que cada día es un recordatorio de vidas segadas de forma violenta e injusta; de sueños y proyectos de vida truncados; de personas con padres y madres, con hijos, familia y amistades que reviven su muerte y lloran su pérdida", ha añadido.
Buesa ha aprovechado también para recordar los más de 300 asesinatos cometidos por ETA sin resolver: "La dimensión y la profundidad del daño que arrastramos es inmensa. Es un peso que lastra nuestra identidad, nuestra convivencia y el futuro para nuestros hijos. La verdad siempre está ahí, la veamos o no, la elijamos o no. Nos espera eternamente. No podemos ignorarla. El conjunto de la sociedad tiene una deuda con las víctimas y un deber de reparar todo ese daño del que se fue parte o testigo".
Y ha recordado también a los asesinos de su padre y de su escolta, afirmando que su destino está unido al suyo: "Las personas que asesinaron a aita y Jorge no condicionan mi ser, mi sentir ni mi forma de estar en el mundo. Pero de alguna manera al matar a aita unieron su destino al mío. Hay un nudo de dolor en mi interior que sólo ellos podrían deshacer. Y ellos, aunque no lo quieran, llevan consigo la marca de la sangre de mi familia. Su redención pasa por nuestra reparación. Este entuerto sólo podrá resolverse desde lo humano. Yo no les considero monstruos, ni tan siquiera enemigos. Sino personas, tal como yo, con vivencias distintas, con ideas profundamente equivocadas que les llevaron a deshumanizar su mirada y a llegar a matar a otras personas por ellas".
"Dulce amnesia colectiva"
Por su parte el periodista vasco Jon Sistiaga, que ha publicado recientemente "Purgatorio", una novela sobre el terror, y que ha sido invitado al evento, ha descrito el terrorismo como un fraude: "Todo aquel relato que esté buscando un fundamento ético a actos como matar es un fraude". Para el vasco el terrorismo de ETA marcó su destino profesional, ya que el asesinato de Enrique Casas, ha confesado, le hizo "ser consciente de lo que estaba ocurriendo a su alrededor", aunque, ha admitido, "no todo fue fácil. En un momento dado, en Euskadi, ya no se podía hacer periodismo porque también nos convertimos en víctimas".
El momento de empezar a matar, ha matizado en relación a las palabras de la hija de Fernando Buesa, "está relacionado con reconocer al otro. Cuando dejas de reconocer a la otra persona dejas de ser un ser ético, pones en pausa tu humanidad. En Euskadi, como en la Ruanda o la Belfast que he conocido, todos se conocían, sabían lo que estaban haciendo... Por eso intento encontrar una explicación a sus actos, a poner en suspenso su humanidad".
Sobre los terroristas y tras muchas entrevistas con antiguos miembros de la banda, ha asegurado que su sensación es que "esta no es la Euskadi por la que mataron, por la que han estado 40 años en la cárcel. Salen y ven que no es la utopía que esperaban". Sobre la sociedad vasca su percepción es diferente. Ha insistido en que en el territorio "vivimos en una dulce amnesia colectiva y nos hemos olvidado de lo que pasó hace solo diez años". Por eso el periodista ha invitado a la reflexión sobre "cuántos se pusieron de perfil durante ese tiempo" y sobre la parte de la sociedad que estuvo involucrada con ETA. "Para encontrar a esa Euskadi integradora hay que mirar a los ojos", ha concluido.