Parece que finalmente la propuesta que lanzó hace unos días la vicelehendakari segunda, Idoia Mendia, sobre hacer festivo el 8 de marzo de 2024, avanza en la dirección deseada por el Ejecutivo, el cual, este jueves ha conseguido aprobar en el Parlamento vasco una proposición para llevar adelante un proyecto que ha levantado mucha tensión en la última semana.
Después de que la vicelehendakari planteara el pasado 22 de febrero, en el marco del Día Europeo de la Igualdad Salarial, la posibilidad de incluir en el próximo calendario laboral una festividad de carácter feminista, el resto de formaciones políticas e instituciones feminsitas no tardaron en dar su opinión al respecto. En especial Elkarrekin Podemos-IU, que celebró las intenciones del Gobierno, pero criticó que Mendia hiciera suya una idea que la coalición morada ya había comunicado con anterioridad.
Desde entonces, la avalancha de críticas y declaraciones no tardó en dominar parte del debate político y social de Euskadi, enturbiando lo que comenzó como una propuesta con la simple intención de convertir en festivo una “efeméride feminista”, y llevando a la Cámara Vasca una disputa más política que ideológica.
Así, el Parlamento ha debatido, y rechazado, una iniciativa de Elkarrekin Podemos-IU sobre esta cuestión, en una sesión donde han quedado más que claras las diferencias en torno a la propuesta la vicelehendakari y la de la coalición morada, desde la cual, su portavóz Miren Gorrotxategi, ha apuntado que “no se estaba teniendo en cuenta” a las instituciones feministas, y que se estaba ignorando la posición de Emakunde, contraria a la proposición de hacer del 8-M una fecha festiva en el próximo año.
La única formación que ha dado su apoyo a la propuesta de Podemos ha sido EH-Bildu, desde donde han acusado a la vicelehendakari de usar esta propuesta como "una cortina de humo", y han aseverado que esta propuesta es "un intento de apropiación" del 8 de marzo.
Apoyo único del Ejecutivo
Finalmente, la enmienda a la totalidad que habían presentado PNV y PSE-EE ha salido adelante, solo con los votos de los partidos del Gobierno, y con ella se insta al Ejecutivo autonómico a entablar un proceso de negociación con Emakunde y el resto de instituciones feministas para que el calendario laboral del próximo año contemple ciertas efemérides feministas.
Una vez aprobada la enmienda y con el posibilidad cada vez más cerca de un 8 de marzo festivo en 2024, Mendia ha declarado ante los medios que ahora toca “iniciar los procedimientos administrativos” necesarios para aprobar esta iniciativa en el primer semestre del año, “porque de ello depende los calendarios laborales de cientos de miles de trabajadores en este país”.
Además, consciente de que el apoyo de Emakunde no es seguro, ha apuntado que desde su departamento “estudiarán” lo que la institución plantee en el expediente administrativo y “en función de eso se tomará la decisión final de elevar al consejo de gobierno una propuesta de calendario”.
Sin embargo, en caso de que el 8 de marzo no salga como fecha elegida, Mendia ha recordado que la “única opción que queda” es la de alojar este día el 19 de marzo, coincidiendo con el día del padre. Algo marcado por un Real Decreto que “constriñe mucho las posibilidades de una comunidad autónoma” a la hora de programar festivos en el calendario laboral, y que solo plantea dos posibilidades, “elegir entre el 25 de julio, Día de Santiago y el 19 de marzo, San José”, o proponer una fecha “de arraigo y especial tradición en la Comunidad Autónoma”, fecha que en este caso coincidirá con el Día de la Mujer.