La campaña de las elecciones forales y municipales en Euskadi empieza oficialmente en la noche de este jueves al viernes, pero en realidad la contienda lleva ya tiempo en marcha y su principal batalla es la que libran PNV y Bildu: los jeltzales aspiran a mantener su clara hegemonía frente a una coalición abertzale que crece. Esa pugna aparece cristalina en todas las encuestas y marcará todo el ciclo electoral de la comunidad que culminará dentro de un año, con la celebración de los comicios autonómicos.
A nadie se le escapa que estos días previos a la campaña han estado marcados por un hecho que no por esperado deja de ser sorprendente: la presencia de 44 condenados por pertenencia a ETA, siete de ellos asesinos, en las listas de la coalición que comanda Arnaldo Otegi. Sin ir más lejos, este mismo jueves el lehendakari, Iñigo Urkullu, acusaba a los abertzales de faltar el respeto a las víctimas y a toda la sociedad con la inclusión de estos individuos en sus candidaturas. El propio Otegi optaba por no entrar en la cuestión, quizás sabedor del posible desgaste que algo así pueda generar.
Un ciclo largo y completo
Más allá de la fuerte polémica citada, ese mensaje de Urkullu a Bildu evidencia una vez más la dura pugna que libran desde hace tiempo peneuvistas y soberanistas. Pugna que también se evidenció de forma abrupta en el último Aberri Eguna, sólo unas semanas atrás. El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, acaba de remarcar que en Bildu son "abejas que se quieren hacer pasar por avispas".
En ese contexto, todos los sondeos, que estos días iremos desgranando por lugares en Crónica Vasca en diferentes formatos, apuntan a que el PNV mantendrá su hegemonía con claridad pero con un fuerte crecimiento de Bildu. No es descartable, a tenor de esas encuestas, que en la noche electoral del 28-M ambas fuerzas nacionalistas se vean ganadoras de esta cita con las urnas. Para eso, en todo caso, toca esperar.
Lo cierto es que la batalla entre estos dos partidos se antoja como la principal clave de todo el ciclo electoral que se avecina en Euskadi. Un ciclo que será largo y completo. Porque no puede perderse de vista que el 28-M hay elecciones locales y forales, sí, pero con unas generales a la vuelta de la esquina (tocan a finales de este año) y, por encima de todo, con todos los partidos mirando a las autonómicas que deberían celebrarse en el verano de 2024.
Otras claves
No obstante, no sólo PNV y Bildu se juegan cosas en estas elecciones que tienen cierto sabor a ensayo de las citadas elecciones vascas del año que viene. El PSE aspira a consolidarse y crecer en numerosos municipios. Elkarrekin Podemos y sus aliados miden su músculo antes de su hipotética alianza con Sumar. Y el PP vasco también se examina para ver si hay efecto Feijóo o no.
Además, como siempre ocurre con todas las elecciones locales, las batallas son múltiples y variopintas. Están los casos de las tres capitales vascas, los de otras localidades relevantes -que también les iremos contando estos días- y el reparto de poder de las tres diputaciones. A lo que hay que sumar, claro está, las lecturas generales que hagan los partidos de sus resultados y sus posibles consecuencias.