Por la vía rápida. Así se ha alcanzado un pacto de la envergadura que tiene el firmado este viernes por PNV y PSE. Los también socios en el Gobierno vasco reeditan así el acuerdo que les ha permitido gobernar las principales instituciones forales y municipales durante los últimos cuatro años. Y, de paso, taponan el empuje que Bildu mostró el 28-M de cara a las inesperadas elecciones generales del 23-J.
Nadie dudaba de que peneuvistas y socialistas vascos alcanzarían un acuerdo. Menos aún al conocer los resultados de las municipales y forales del pasado domingo, cuando Bildu creció sobremanera sobre todo en detrimento de los jetlzales. Lo sorprendente, en todo caso, es la premura con que han rubricado esta alianza.
"Sin dudas"
Las fuentes consultadas por este diario apuntan a que el acuerdo se ha hecho por la vía rápida precisamente a raíz de la convocatoria de elecciones generales por parte del presidente del Gobierno. "Cuanto antes lo cerremos, antes se acabarán las dudas, que es lo que no tienen que tener los votantes en las siguientes elecciones". Se evitan, por tanto, las suspicacias y se deja claro a unos y otros quiénes van a tener el poder.
La realidad, por más que Bildu quiera o no aceptarla, es que el PP prestará sus votos para que PNV y PSE gobiernen tanto en el Ayuntamiento de Vitoria como en la Diputación de Gipuzkoa, que es donde la coalición abertzale triunfó el pasado domingo. Ni una ni otra institución serán gobernadas por los soberanistas.
Muchas plazas en juego
No son esas dos las únicas plazas que jeltzales y socialistas arrebatarán a Bildu. Porque lo mismo ocurrirá al menos en otros cuatro ayuntamientos. Especialmente doloroso para Otegi y los suyos es lo que ocurra en Durango (Bizkaia), localidad muy disputada entre nacionalistas donde nuevamente el voto del PP será decisivo.
De hecho, con este acuerdo PNV y PSE se aseguran mantener el poder en las tres diputaciones forales, en las tres capitales, ahí es nada, y en una treintena de consistorios más. De paso, además, exhiben la solidez de su entente ante esas elecciones generales del 23-J donde ambos se juegan tanto. Los socialistas quieren mantener el Gobierno central. Y los jeltzales buscan la revancha del 28-M con Bildu.
Mensaje de estabilidad
Y es que con este acuerdo PNV y PSE pretenden también enviar un mensaje de estabilidad a los ciudadanos en tiempos convulsos. Es palmario que Otegi y los suyos van a contratacar acusando a unos y otros de "pactar con la ultraderecha" o "con el PP de Ayuso", como ya han empezado a hacer, pero no es menos cierto que en Euskadi se vota en clave muy diferente en las generales y las autonómicas.
Lo que ocurra el 23-J en Euskadi es importante, sobre todo después del 28-M, sí, pero no es determinante para las elecciones vascas del próximo año. Esas donde PNV y Bildu pelearán a cara de perro por la hegemonía en la comunidad.