El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, durante un mitin.

El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, durante un mitin. EP

Política ANÁLISIS

El PNV cree que pactar con un PP tan unido a Vox sería un suicidio de cara a las elecciones vascas

Los peneuvistas ni se plantean respaldar a Feijóo. Su estrategia consiste en combatir la pujanza de Bildu y apostar por el mismo socio en Euskadi y Madrid

8 agosto, 2023 02:30

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La clave está en las elecciones autonómicas vascas de 2024. Por ello el PNV ni se plantea respaldar la investidura de Alberto Núñez Feijóo. Y es que los peneuvistas consideran que un apoyo a un hipotético gobierno del PP, aunque sea sin Vox pero con sus votos, sería un suicidio político ante la cita con las urnas más importante de los últimos años. 

En Sabin Etxea, sede del partido hegemónico en Euskadi, la principal preocupación es mantener el poder en la comunidad tras los comicios previstos para el próximo verano. Consideran que un respaldo al PP propulsaría las opciones de EH Bildu de dar el 'sorpasso' a los jeltzales. Y, lo que es más importante, abonaría el terreno para que el PSE, sólido socio de los peneuvistas, pudiera plantearse una alianza con Bildu y Podemos para gobernar

"Nuestro socio es el PSE"

"Es imposible, simplemente imposible que apoyemos a Feijóo", aseguraban hace unos días fuentes consultadas por Crónica Vasca. Ya entonces negaban un apoyo a los populares aunque Vox se echase a un lado, como ocurrió el pasado domingo. En esas autonómicas del año que viene "nosotros necesitamos a nuestro socio, el PSE, con quien además acabamos de acordar gobiernos en ayuntamientos y diputaciones", por lo que un respaldo al PP no es viable. 

El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, durante un mitin del 23-J.

El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, durante un mitin del 23-J. EBB

Esa opción de apoyo peneuvista a Feijóo es "una realidad paralela", como definían los peneuvistas este lunes al dejar claro que no se moverán ni un milímetro del contundente rechazo a los populares que su presidente, Andoni Ortuzar, anunció al día siguiente del 23-J. "Nosotros somos el freno a la derecha", sostuvo ese día. Fuera de Euskadi llovieron las críticas porque los jeltzales no son precisamente de izquierdas, pero la estrategia estaba (y está) fijada.  

Las autonómicas

Dicha estrategia combina la lucha contra la pujanza de Bildu, por un lado, con la apuesta clara por no cambiar de socio en Euskadi, por el otro. Para explicar esto último la aritmética es demoledora. Ahora mismo PNV y PSE gobiernan Euskadi gracias a una holgada mayoría absoluta. Y, como se ha dicho, son socios en los principales ayuntamientos de Euskadi y en las tres diputaciones. Sus relaciones son buenas salvo algún sobresalto puntual. 

Es obvio que en el caso hipotético de que el PNV optase por cambiar de socio y apoyar al PP en el Congreso de los Diputados, los citados acuerdos con los socialistas vascos en todas las instituciones vascas podrían quedar heridos de muerte. Y, para colmo, peneuvistas y populares no suman (ni con los resultados de 2020 ni con lo que dicen las encuestas para 2024) para gobernar juntos Euskadi. Por eso, el cambio del tablero político vasco que azuza el PP simplemente es inviable.

Más allá de esas cuentas, además, lo cierto es que para Ortuzar y los suyos el socio preferente es el PSOE, al igual que para los socialistas vascos el compañero de viaje elegido es el PNV. Eso lo explica todo y eso no tiene visos de cambiar. 

En otro orden de cosas, no puede perderse de vista que en el PNV saben que Sánchez vive un momento de debilidad por su dependencia de los partidos nacionalistas y es ahora cuando puede conceder más exigencias para ser investido. Más que nunca. Y más que el PP, sobre todo en materia territorial. En ese marco el PNV habla de "reconocimiento nacional" y de "derecho a decidir" pero, sobre todo y ante todo, quiere un nuevo Estatuto para Euskadi. Y eso es más factible con el PSOE en Moncloa.