El Gobierno vasco en su primer Consejo de Gobierno del pasado año 2022 / Europa Press

El Gobierno vasco en su primer Consejo de Gobierno del pasado año 2022 / Europa Press

Política

El Gobierno vasco afronta un nuevo curso político marcado por su brevedad y los numerosos frentes abiertos

El Ejecutivo de Iñigo Urkullu se reúne este martes en el Palacio de Miramar de San Sebastian para realizar el Consejo de Gobierno y retomar la actividad política

29 agosto, 2023 05:00

Como marca la tradición, el Ejecutivo vasco estrena el nuevo curso político con la reunión del Consejo de Gobierno en el Palacio Miramar de San Sebastián. Lo hace este martes, y aunque la foto de familia sea algo diferente a la del pasado año, fruto de los cambios que se han producido en este último curso -con la salida de Beatriz Artolazabal y su sustitución por parte de Nerea Melgosa-, los retos que este debe afrontar no han variado demasiado.

El encuentro marcará definitivamente la vuelta a la rutina política en Euskadi, y tras este, el lehendakari, Iñigo Urkullu, cuyas apariciones públicas durante el verano han sido muy limitadas, comparecerá ante los medios de comunicación para explicar aquellos asuntos que se hayan abordado durante esta primera reunión del Ejecutivo de coalición entre el PNV y el PSE. 

Sin embargo, esta vuelta a la actividad política por parte del Gobierno cuenta con un factor diferencial y de gran importancia, la sombra cada vez más grande de las próximas elecciones autonómicas de Euskadi que, aunque no cuentan con una fecha concreta, previsiblemente se celebrarán entre los meses de mayo y junio del 2024. Un factor que condicionará por completo los ritmos y la forma de actuar del Ejecutivo vasco

De hecho, este primer Consejo del ejecutivo del curso se realiza tan solo dos semanas antes del último pleno de política general de esta legislatura, el cual tendrá lugar el próximo jueves 14 de septiembre y donde se retomará también la actividad parlamentaria en Euskadi. Una vuelta al Parlamento vasco que también estará especialmente marcada por las autonómicas y por las prisas del Ejecutivo por aprobar muchas de las normas que todavía tiene pendientes. 

El lehendakari, Iñigo Urkullu a su llegada al primer Consejo de Gobierno del pasado curso político / Europa Press

El lehendakari, Iñigo Urkullu a su llegada al primer Consejo de Gobierno del pasado curso político / Europa Press

De la conflictividad social a la Ley de Educación

Más allá de las numerosas leyes que Gobierno espera aprobar en los próximos siete u ocho meses de legislatura (como pueden ser la Ley Vasca de Educación, la Ley de Transición Energética y Cambio Climático, o la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Euskadi, entre muchas otras) Urkullu y el resto de su Ejecutivo deben afrontar un clima de conflictividad social cada vez más acentuado que podría afectar gravemente las aspiraciones del lehendakari para que el PNV se mantenga a la cabeza del Gobierno. 

Aquí, en este ambiente cada vez más bronco en determinados sectores de la sociedad vasca, es donde entran conflictos abiertos y de largo recorrido como el que se produce en Osakidetza por la falta de recursos; y el que mantiene el Departamento Vasco de Seguridad con la Ertzaintza

De hecho, algunos de los sindicatos del principal cuerpo de policía de Euskadi, Erne, Esan y Sipe -que junto con Euspel conforman la llamada Unidad Sindical de la Ertzaintza-, han convocado una concentración frente al Palacio de Miramar para este martes, coincidiendo con el Consejo de Gobierno, y con la que buscan volver a poner en el foco público su lucha por un nuevo convenio y una mejorar sus condiciones salariales y laborales. 

De esta forma, las centrales sindicales vuelven a salir a las calles de Euskadi como ya hicieron durante la primera mitad de este 2023 -especialmente durante el tercer trimestre, y con énfasis en la salida del Tour de Francia desde Bilbao-, con el objetivo de encontrar solución a un conflicto con el Departamento dirigido por Josu Erkoreka que parece no tener fin

Algo similar es lo que ocurre con Osakidetza, cuyo deterioro cada vez más significativo y pronunciado, tanto en los recursos que a esta se le dedican como en las condiciones laborales de sus trabajadores, está llevando al Servicio Vasco de Salud a una situación que empieza a encontrar sus límites. Una crisis que la consejera Gotzone Sagardui -que tomó el cargo que esta crisis ya abierta-, y en general todo el Ejecutivo de Urkullu, deben abordar si no quieren verse en graves problemas antes de las próximas elecciones vascas.