De Miguel sale de la cárcel para ver a su madre enferma con un permiso penitenciario

El cabecilla de la mayor trama de corrupción descubierta en Euskadi, el exdirigente del PNV alavés Alfredo de Miguel, salió de la cárcel de Zaballa el pasado domingo para visitar a su madre enferma en Bilbao gracias a un permiso penitenciario extraordinario, el primero desde que entró en prisión.

De Miguel ingresó en la cárcel alavesa el pasado 6 de julio para cumplir su condena de 12 años y 4 meses, aunque de manera efectiva pasará 9 años preso, tras ser condenado por encabezar una red para obtener irregularmente contratos públicos de administraciones gobernadas por PNV y cobrar comisiones.

Fuentes penitenciarias han confirmado la información adelantada por el diario El Correo —recogida por EFE— y han precisado que se trata de un permiso extraordinario regulado por el artículo 155 del Reglamento Penitenciario como un derecho que asiste a los internos para atender situaciones familiares relevantes (alumbramiento de esposa o fallecimiento o enfermedad grave de familiar, entre otras.).

No es por tanto un acuerdo potestativo por parte de la administración penitenciaria, gestionada en Euskadi, por el Departamento vasco de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, y además, según las mismas fuentes, este tipo de permisos de salida "nada tienen que ver con el tratamiento penitenciario" ni con el grado de cumplimiento de la pena. En este sentido, añaden que no es necesario tener cumplida la cuarta parte de la condena porque son extraordinarios y subrayan que pueden disfrutar de ellos "incluso las personas que están en situación de prisión preventiva".

En el caso de que un interno solicite permiso para visitar a su familiar con enfermedad grave en el domicilio debe cumplir además una serie de requisitos que pasan, entre otros, por la presentación de una serie de documentos como el certificado médico de Osakidetza.

Estos permisos extraordinarios pueden concederse cuando hay un ingreso hospitalario, pero también cuando la dolencia grave impide al allegado trasladarse al centro penitenciario para poder tener un "vis a vis" con su familiar privado de libertad.

La normativa penitenciaria no establece la duración concreta de estos permisos de salida más allá del "tiempo imprescindible", que en el supuesto de las visitas a familiares enfermos en sus casas se estima en un tiempo máximo de una hora.

Se añaden además los tiempos previstos para el traslado. Cuando el domicilio está en una localidad de Bizkaia se establecen 90 minutos para el viaje de ida desde la prisión alavesa y otros 90 para la vuelta, en total unas cuatro horas desde la salida de la cárcel.

Estos permisos son concedidos por la junta de tratamiento de cada centro penitenciario y autorizados por los servicios centrales penitenciarios del Gobierno vasco. Cuando el interno no ha disfrutado de permisos ordinarios previos, el extraordinario lleva aparejado la medida de seguridad de custodia policial, cuyas circunstancias o medidas asociadas las decide la Ertzaintza.

En función del perfil de la situación de vulnerabilidad del familias puede contemplarse la recomendación de custodia policial no uniformada para evitar situaciones impactantes con consecuencias negativas en la estabilidad emocional de la persona enferma. Dada la edad media de los reclusos la concesión de permisos extraordinarios para visitar a familiares gravemente enfermos es muy habitual.

Hasta el 29 de septiembre de este año, se han aprobado este año 491 permisos de este tipo, incluyendo tanto la causa de fallecimiento, como la de enfermedad grave (203) , y la de alumbramiento, entre otros.