Imanol Pradales y Pello Otxandiano se enfrentan a las elecciones autonómicas más apretadas de la historia. Los cabeza de lista por PNV y EH Bildu arrancan la carrera por la Lehendakaritza con un empate técnico, según el sondeo de encuestas realizado por Crónica Vasca, o con un escaño por encima para los jeltzales, según la cuarta publicación del Barómetro de Euskadi, que elabora Electomanía para este medio.
La coalición abertzale, tal y como se refleja en ambas mediciones, lograría cinco escaños más que en 2020, cuando consiguió 21, hasta alcanzar al PNV -que por su parte perdería los correspondientes-; consolidándose de nuevo como segunda fuerza política y confirmando el crecimiento de los de Otegi que ya se experimentó en las elecciones municipales, forales y generales de 2023.
Sea como sea, este aparente resultado dejaría en una posición comprometida a la formación nacionalista, que ha mantenido el liderato en Euskadi -a excepción de 1986 cuando el PSE traspasó al PNV únicamente por dos escaños- desde que comenzase la democracia. Así, la evolución de este partido ha sido lineal, oscilando entre los 21 y los 33 escaños en los comicios, -21 en 1998 y 33 solo tres años después en 2001-.
Similar ha sido la evolución de EH Bildu, que desde sus primeras elecciones, en 2012, se ha posicionado como segunda fuerza en el territorio. Irrumpió con fuerza en el contexto político vasco hace doce años y, desde aquel momento, no ha bajado de los 18 escaños, que consiguió en 2016. En los comicios de 2020 consiguó sumar tres escaños a esos 18, y ahora todo apunta a que sumaría otros cinco hasta quedarse muy cercano o incluso empatar con los de Ortuzar.
Y es que, según los sondeos y con Pello Otxandiano como candidato, la coalición abertzale lograría su techo histórico, con el 31,5% de sufragios y 26 escaños en la Cámara de Vitoria. Cinco escaños y casi cuatro puntos más que en las anteriores elecciones vascas. Por su parte, el PNV que ahora encabeza Imanol Pradales lograría el 34,1% de los votos y 27 escaños. Esto supone, en todo caso, un fuerte descenso respecto a los resultados de las autonómicas de 2020, cuando llegaron al 39,1% de apoyos y 31 asientos en el Parlamento vasco.
Bajo este contexto, las elecciones del próximo 21 de abril, así como la campaña electoral, se dibujan como una de las travesías más complicadas a las que se ha enfrentado el PNV en su historia.