El PNV dice adiós a Urkullu y estrena bicefalia: Pradales vende gestión y Ortuzar vende nación
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El modelo PNV sigue, pero cambian sus protagonistas. O, al menos, uno de ellos. El acto del Aberri Eguna que celebraron este domingo los peneuvistas fue, entre otras cosas, la despedida de todo un lehendakari como Iñigo Urkullu. Se renueva así la famosa bicefalia que los jeltzales siempre utilizan con alguien al frente de Ajuria Enea y alguien a los mandos en Sabin Etxea.
Al frente del partido sigue, por ahora pero quizás no por mucho tiempo, un Andoni Ortuzar que este domingo volvió a hacer las delicias de los peneuvistas con sus ataques a EH Bildu, por un lado, y con su mensaje más reivindicativo desde el punto de vista soberanista, por el otro. Para el recuerdo su calificativo de "yogur light" a una coalición abertzale que, a su juicio, simula haber cambiado para intentar ganar en las urnas mientras maneja una "agenda oculta".
Contrastan el tono y el fondo de Ortuzar con las formas del candidato a lehendakari, Imanol Pradales, que, como parece haberle enseñado su maestro, el saliente Urkullu, insistió en remarcar las bondades de la gestión peneuvista. El aspirante enhebró un discurso trufado de datos económicos, lanzó críticas veladas a Bildu y sus sindicatos afines por avivar la conflictividad y habló de sus propuestas sobre vivienda, Osakidetza y educación. Pura gestión. "Modelo PNV", dijo Pradales donde podría haber dicho "modelo Urkullu".
Pradales y Ortuzar, por tanto, son el nuevo tándem de poder del PNV. Y parece que se reparten los papeles con igual precisión que sus antecesores en los cargos. Claro que en la política vasca existe la certeza, todavía no confirmada pero certeza, de que esta bicefalia tampoco durará demasiado, proque Ortuzar está de retirada. Durará, eso sí, hasta las elecciones cruciales del 21-A, en las que la pelea por la hegemonía del nacionalismo está más apretada que nunca.
El adiós a Urkullu
Unos llegan y otros se van. Urkullu se despedía este domingo de la militancia jeltzale. Había aroma de ocasión especial en la Plaza Nueva de Bilbao. Aunque el lehendakari todavía hará campaña antes del 21-A y traspasará la 'makila' a quien le sustituya en Gernika (seguramente a Pradales), este era su último Aberri Eguna al frente del Gobierno vasco y quizás una de sus últimas apariciones como estrella del PNV.
Iniciaba Urkullu su intervención dando gracias "de corazón" a la sociedad vasca por la confianza depositada durante estos años en su gobierno, "a cada persona, por su contribución y esfuerzo, y a la familia del Partido Nacionalista Vasco por el apoyo recibido". Y lo hacía después de un largo y caluroso aplauso con el que las bases jeltzales dijeron adiós.
Ese fue el momento más emotivo de este domingo. Los dirigentes y los militantes aplaudiendo a un hombre de partido que tuvo la moderación, la gestión y el diálogo como principales herramientas en sus 12 años en el Palacio de Ajuria Enea.