Si algo tienen de especial las elecciones al Parlamento Europeo, más allá de la elevada abstención que las caracteriza, es la circunscripción única que beneficia a los partidos grandes y con más presencia en el conjunto de España. Al contrario de lo que ocurre en las municipales, las autonómicas, o las generales, en este caso da igual que el voto provenga de Vitoria, de Barcelona o de Tenerife, todos tienen el mismo valor, y esto en el PP y en el PSOE lo saben.

Las dos principales formaciones políticas del Estado se toman estos comicios como un nuevo pulso para juzgar las políticas y la salud del actual Gobierno presidido por Pedro Sánchez. Algo similar a lo que ocurre en Euskadi entre el PNV y EH Bildu, donde la coalición soberanista ve el 9-J como una vuelta de las autonómicas del pasado 21 de abril, y una nueva oportunidad para superar a los jeltzales en porcentaje de voto. 

Pero en el País Vasco el problema para socialistas y populares es la presencia más que arraigada de los partidos nacionalistas y soberanistas. El nuevo Parlamento autonómico cuenta con una mayoría abertzale histórica, 54 escaños de los 75 a repartir, y esto complica sobremanera su capacidad para redirigir el voto hacia sus propios proyectos políticos. En las generales del pasado año el PSE logró erigirse como la primera fuerza con su llamado al voto responsable, y avivando el fantasma de un Ejecutivo del PP apoyado en la extrema derecha de Vox. Algo que tratan de repetir en esta campaña de las europeas donde PNV y Bildu son también un rival a superar. 

Por eso, tanto los de PSE como el PP están centrando buena parte de sus discursos en ámbitos de calado completamente nacional. En concreto, este mismo martes el secretario general de los socialistas vascos, Eneko Andueza, en un acto realizado en Muskiz (Bizkaia), hizo referencia a las "obsesiones" de abertzales y nacionalistas en estas elecciones. Especialmente aquellas críticas sobre "los más de 3.000 millones de euros que han llegado de Europa de los fondos europeos" por parte del PNV; y la "obsesión" de EH Bildu "en las cuestiones identitarias, con ese objetivo de lograr la independencia". 

El presidente del PP Vasco, Javier de Andrés, tras el recuerdo de Jesús María Pedrosa, asesinato por ETA, en el cementerio de la localidad vizcaína de Durango / Luis Tejido - EFE

Una moción de censura contra Sánchez

En una tónica similar se encuentra el Partido Popular, solo que los de Alberto Núñez Feijóo están planteando el 9-J como una cuestión de confianza de la ciudadanía a las políticas y los pactos de Pedro Sánchez. En Génova esperan recuperarse del varapalo sufrido en 2019 y seguir la senda de las últimas elecciones generales cuyos resultados, aunque no les permitieron gobernar, si les pusieron como la fuerza más representada en el Congreso de los Diputados. 

Pero si el PP quiere una victoria holgada en estas europeas, Euskadi es una plaza también fundamental. Por esta razón, en un acto político realizado en la localidad vizcaína de Durango, el presidente autonómico de los populares, Javier de Andrés, pidió "ambición" a la ciudadanía de Euskadi para que esta "no se conforme con la fórmula que ofrecen Pedro Sánchez y sus socios".

En concreto, EH Bildu y PNV a quienes acusó de estar lastrando y "desaprovechando" el reparto de los fondos europeos Next Generation a Euskadi. Según De Andrés, hasta ahora "solo se han ejecutado en un 20%", que se ha destinado " a pintar tapias de cementerios y a renovar aceras", en vez de a invertir en "las nuevas generaciones y a crearles una oportunidad de trabajo y actividad económica cara al futuro". 

Pablo Iglesias en el mitin de Podemos de este viernes en Bilbao. Elkarrekin Podemos

Podemos trata de salir de la irrelevancia

Si el PP y el PSOE compiten por ver quien será la fuerza política con mayor representación en Europa -las últimas encuestas dan una ventaja a los populares-, Podemos se encuentra en un escenario completamente diferente. Con Irene Montero a la cebaza de las listas, y después de haber sufrido tres derrotas electorales en menos de cuatro meses: quedándose sin representación en Cataluña, Galicia y Euskadi; los morados mantienen un discurso antibelicista y contra la "economía de guerra" de Europa muy similar al de EH Bildu. 

Una proximidad ideológica de la que ambas formaciones son conscientes y que el pasado domingo abordó el exvicepresidente del Gobierno y cofundador de Podemos, Pablo Iglesias, quien reclamó a los votantes fugados a la izquierda abetzale, que volvieran a confiar en el programa de su formación y en la candidatura de Montero. 

Algo similar a lo que este martes hizo Ione Belarra, actual líder nacional de Podemos, quien llamó a votar en contra de "la escalda bélica" y aseguró que "cada euro que va a un tanque, a munición y a armas es un euro que se retira de la sanidad y la educación pública". Algo que solo "beneficia a las empresas armamentísticas de Estados Unidos y fortalece la posición negociadora de Putin".

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